miércoles, 12 de abril de 2017
Reseña: CUERPOS. LAS OTRAS VIDAS DEL CADÁVER de Erica Couto-Ferreira
Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:
CUERPOS. LAS OTRAS VIDAS DEL CADÁVER de Erica Couto-Ferreira.
La historiadora Erica Couto-Ferreira nos guía por un inquietante, divertido y filosófico retablo de momias, esqueletos, “petrificados” y demás despojos terribles -y bellos-, y en el proceso nos regalará una reflexión sobre todos nosotros. “Cuerpos. Las otras vidas del cadáver” muestra el arte de petrificadores rivales que competían por descubrir la mejor técnica de conservación de cadáveres, la exposición artística de los difuntos, las ejecuciones públicas (con famosos verdugos que escribieron sus memorias), el consumo de partes del cuerpo humano con fines médicos, la circulación de reliquias, vampirismos, etc. Todo ello salpicado de reflexiones filosóficas y referencias literarias que defienden la idea de que la vida del cadáver puede ser más duradera que la del cuerpo animado.
Soy consciente de que lo siguiente que voy a comentar suena exagerado, pero no somos pocos los que hemos vivido en nuestras carnes esta terrible revelación:
Entre la población más ignorante (entiéndase como los que son voluntariamente imbéciles y así se sienten felices) existe la creencia de que aquellos que disfrutamos con el género del terror y las historias violentas sentimos una especie de atracción casi sexual por la muerte y los restos que ésta deja a su paso. "¿A vosotros os gusta ver gente muerta?","Cuando sales con tus amigos vais a cementerios a bailar con cadáveres desenterrados?", "¿Duermes en un ataúd para sentirte más cerca de la muerte?"... y demás sarta de estupideces.
Que si, que lunáticos hay en todas partes, y gracias a Internet hemos descubierto que no es tan rara la existencia de personajes con costumbres de lo más variopintas e insanas, pero es lo de siempre, que por dos gilipollas todos debemos llevar encima la misma etiqueta colgada al cuello.
Yo, al igual que la gente con dos dedos de frente bien articulados, he pensado en la muerte con respeto y por supuesto, con temor. A fin y al cabo, no hay nada más seguro e inevitable como la total certeza de que algún día vamos a morir, así que igual de previsible es el momento en que todos alguna vez reflexionemos sobre la idea de lo que habrá después, si dolerá e incluso dedicamos un instante para preguntarnos qué dejaremos atrás, qué será de la carcasa vacía que hemos controlado a lo largo de toda nuestra vida mortal.
A todo esto la historiadora Erica Couto-Ferreira da una respuesta acerca del papel que ha desempeñado el cuerpo humano sin vida, la historia pasada, presente y futura del cadáver, ya sea por su preservación, su simbología e incluso su miedo una vez la persona ha fallecido. CUERPOS. LAS OTRAS VIDAS DEL CADÁVER es una breve pero exhaustiva búsqueda de esa vida a partir de que ésta acaba.
Nunca sé cómo abordar una lectura como esta, y resulta más que evidente mi falta de profesionalidad. No hay argumento o trama a la que agarrarme ni personajes ficticios a los que analizar. Este libro nos cuenta una historia, por supuesto, pero una historia real que lleva desarrollándose hasta el día de hoy, en la que aún queda muchísimo que contar y donde lamentablemente también muchos aspectos han sido pasados por alto. No se puede criticar la historia de la humanidad, pero sí cómo está contada, si este paseo entre cuerpos conservados y supersticiones resulta ameno, sorprendente o inesperado. A esto, las respuestas sencillas serían: Puede, si y rotundamente si.
Resulta obvia la profesionalidad con la que Erica Couto aborda el tema de la preservación del cadáver, de como éste nos sobrevive y su existencia resulta más longeva que incluso cuando ese cuerpo estaba vivo. Un estudio que, como primer chasco para el lector comienza en la edad media en lugar de buscar los orígenes del embalsamamiento en los primeros ritos funerales y sobretodo evidenciando los procesos de momificación del antiguo Egipto. El motivo de esta decisión lo desconozco, y puede ser sencillamente personal, aunque también hay que tener en cuenta que en este viaje recorremos sin desviarnos demasiadas veces el camino científico y solo en contadas excepciones se trata el significado religioso de los restos de los difuntos, como es el caso por ejemplo de las reliquias cristianas. Así mismo el texto convierte de manera intencionada o no a Italia en una especie de epicentro post mortem o reino de los muertos del que ha surgido la mayor parte de expertos en el campo, que se han atrevido a dar varios pasos más allá de la tanatopraxia y la tanatoestética.
Personajes y testigos a los que Erica pone voz a través de citas recopiladas de otras obras especializadas y/o anotaciones personales. Fragmentos surgidos de la experiencia y no del estudio y reflexión, con lo que se nos presenta así un intento directo y mayormente objetivo, ameno pero con un sentimiento desaprovechado hacia lo que se narra. ¿Cómo es eso?. La autora ejerce mayoritariamente de narradora y presentadora en cada cita y fragmento extraído de otras fuentes, pero a su vez, en esos cortos momentos de opinión y conclusión son donde encontramos el principal foco de esa subjetividad perdida, líneas que sustituyen la razón por la pasión y se descubre el cariño de Erica por la historia y por las letras. Por desgracia como digo, estos momentos son más bien escasos, y si bien la lectura puede mantener el nivel de interés y curiosidad intacto, saber que a lo relatado se le podría haber dado más emoción y personalidad sumado a un talento narrativo que sabemos que la escritora posee, nos hace disfrutar más por lo que hubiera sido, no por lo que es.
Pero decíamos que además de ameno, CUERPOS. LAS OTRAS VIDAS DEL CADÁVER resulta sobre todo sorprendente e inesperado por su contenido. Y es que pese a que la mayor parte del grosor del título trate temas como las técnicas de embalsamamiento y conservación de cuerpos, los curiosos piques entre los especialistas en la materia en una a veces insana competición por la victoria a ojos de la ciencia, e incluso el uso de estos para elaborar esculturas, dioramas y hasta mobiliario, sin olvidarnos de las propiedades terapéuticas de la carne humana tratada, los capítulos que más han despertado mi curiosidad se alejan un poco del tema de la preservación del recuerdo del difunto a través de tratamiento de sus restos.
Por un lado está el tema de la creación de esos cadáveres, técnicas de ejecución y torturas en ajusticiamientos, contadas de primera mano a través de la pluma de los verdugos donde se repasa algunos de los más importantes, llegando a ser , por así decirlo, celebridades en sus tierras. Por otro lado, la superstición y el miedo toman la voz cantante cuando se narran las prácticas que los temerosos aplicaban a los fallecidos cuando tenían razones para pensar que estos pudieran levantarse de la tumba para beberse la sangre de los vivos y hacerles la vida imposible. Si, me refiero a casos documentados de vampirismo, narrados en muchos casos como auténticos cuentos góticos de terror.
Por supuesto, toda esta documentación viene acompañada de numerosas notas a pie de página (quizá demasiadas dedicadas a citar fuentes en lugar de aportar información adicional de interés) y un amplio documento gráfico compuesto por fotografías, ilustraciones y demás, que ayudan a complementar con imágenes ejemplos que a veces es necesario ver para creer.
Siempre tenemos la excusa de la extensión del libro para justificar la falta de contenido, y CUERPOS. LAS OTRAS VIDAS DEL CADÁVER no es en absoluto una excepción. Pese a que su lectura resulta de lo más interesante e instructiva, uno echa de menos que no se haga mención o se dediquen más líneas a temas relacionados, como los mencionados orígenes y técnicas egipcias como la momificación, los rituales donde el cuerpo humano era el principal ingrediente que se servía a los dioses en forma de sacrificio o ejemplos mundialmente conocidos sobre estructuras creadas a partir de restos humanos como la capilla de huesos de Portugal o el Osario de Sedlec de la República Checa. Además tampoco me olvido de un tema tan interesante y que supone otra manera de insuflar vida a un cuerpo muerto de manera permanente como es la fotografía post mortem. Aun con todo, la misma autora advierte que podría llenar volúmenes enteros hablando del tema, y yo sinceramente, la invito a ello dado el resultado de este primer trabajo.
CUERPOS. LAS OTRAS VIDAS DEL CADÁVER no es un libro dirigido a aquellos energúmenos que dicen amar a la muerte por moda, se hacen fotos lamiendo cuchillas de afeitar o coleccionan las fotos mas grotescas y macabras de 4chan. Erica Couto-Ferreira, con sus ejemplos, pero ante todo con sus reflexiones y voz propia no busca despertar el morbo del lector con este título, sino la curiosidad, la admiración, e incluso en ocasiones el respeto nacido por el miedo. Un recorrido a través de los últimos siglos en los que el hombre, cansado de perder la eterna batalla contra la muerte no solo termina aceptando su destino, sino que busca la manera de hacerlo más eterno, más bello, más vivo.
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Ummmmmmmmm curioso libro, mientras iba leyendo pensaba no me interesa, luego sí, luego no sé, luego quizá... aún no sé si es un libro que me podría gustar, lo que si ha hecho es picarme la curiosidad, que en realidad ya es mucho.
ResponderEliminarCuerpos es un libro dirigido sobre todo para aquellos que saben lo que buscan. He ojeado libros de tanatopraxia y tanatoestética, no porque sea un morboso, sino porque es un tema que me suscitaba curiosidad. El problema es que ahí todo es contado de manera muy técnica y monótona. Sabía que CUERPOS me gustaría porque cuenta la historia del tema con voz propia, dando opinión, distintos puntos de vista, acercándote a la cara B del tema como otros no lo hacen.
EliminarHola, Carlos. Te agradezco profundamente que hayas leído y diseccionado Cuerpos con tanta meticulosidad, y te agradezco, sobre todo, los comentarios más críticos que le dedicas. Me has hecho reflexionar sobre lo que no funciona en el libro, sobre lo que podría haber hecho mejor, y eso resulta mucho más útil que las alabanzas y los beneplácitos. Hay, en efecto, motivos por los que el relato no comienza con las técnicas de embalsamamiento del antiguo Egipto: motivos de limitación de espacio; motivos relacionados con una mayor disposición y accesibilidad de información sobre estos temas al público en general (cosa que también se aplica, por ejemplo, al osario de Sedlec); y motivos ligados al mensaje que me interesaba transmitir. Comenzar en la Edad Media me permitía establecer un contraste más próximo cultural y cronológicamente con el paso a esa “conciencia del yo” que marca las actitudes occidentales contemporáneas hacia la muerte. Sobre esa voz personal que se diluye en medio de citas y pasajes y fragmentos de textos antiguos, ¿qué puedo decir? Tienes razón e intentaré enmendarme, si es que me queda algún presente o algún futuro en esto.
ResponderEliminarY, por descontado, te doy infinitas gracias por haber escrito esta reseña. Ojalá lleguen otras que me permitan reconsiderar mi trabajo desde una perspectiva crítica para mejorarlo en lo posible. Nos seguimos leyendo (¡espero!).
¡Más te agradezco que hayas comentado por este humilde blog!
EliminarObviamente mis opiniones no pretenden quitarte ni razón ni mérito. Entiendo que la limitación de espacio y lo amplio del campo investigado no pueden hacer muy buena pareja si uno o quiere encontrar TODO.
¿Enmendarte?,¿En qué? precisamente cuando hablas tú es cuando más interés ha despertado no ya lo que se cuenta, que también, sino el cómo lo haces.
Espero poder seguir leyendo cosas tuyas, de verdad.