miércoles, 28 de diciembre de 2016

Reseña: LOS HEROES de Joe Abercrombie



Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

LOS HÉROES de Joe Abercrombie.

Cuentan que Dow el Negro ha llegado al trono del Norte sobre una montaña de calaveras. Mientras, el rey de la Unión ha decidido que hay que pararle los pies y sus ejércitos ya han invadido el Norte. Miles de hombres están convergiendo en un antiguo círculo de rocas -los Héroes-, en un valle anónimo que se convertirá en escenario de una de las batallas más sangrientas que el Norte ha presenciado. Al mismo tiempo, los dos bandos están infestados de intrigas, rencillas y envidias, que hacen el final imprevisible…

Se ha convertido casi en una costumbre descubrir que a la hora de opinar y/o criticar una novela de fantasía, muchos lectores basan su opinión en aspectos como la cantidad de acción que ésta alberga, la extensión de sus brutales batallas o la potencia e importancia de la magia y elementos maravillosos en la historia. No faltan quienes critican negativamente obras de este género aludiendo cosas como "Es que apenas hay acción", "Los protagonistas no paran de hablar de sus cosas", "El final no está a la altura de la novela épica que es" o "el escritor se enrolla demasiado con los detalles". Resulta irónico que muchos de los que recurren a estos argumentos tengan en sus altares preferentes obras como la trilogía más importante de la fantasía, en la que un pequeño Hobbit se dedicaba al contrabando de bisutería barata, y su narrador lo hacía dando un ejemplo de diccionario de lo denso y cargante que puede llegarse a ser alguien a la hora de describir cada mínimo detalle de lo que se nos expone. No nos olvidamos tampoco de los más recientes y cada vez más numerosos seguidores de los mil y un culebrones que transcurren en Poniente. Gente capaz de tragarse mil páginas por libro de paja y relleno para un contenido que fácilmente podría incluirse en solo doscientas. Gente que no duda en dar la nota más alta a libros como Festín de Cuervos, solo por ser el autor quien es, pero luego critican sagas (y aquí ya nos damos de bruces con el autor que nos ocupa) como la de la Primera Ley de Joe Abercrombie por ser, según algunos "Demasiado densa" o "carecer de acción y luchas".

Para quien aún no le conozca, este autor inglés creó en esta serie de novelas un mundo complejo, que bebe mucho de elementos históricos pero siempre original y profundo, como profundos y peculiares son sus personajes protagonistas. A lo largo de LA VOZ DE LAS ESPADAS, ANTES DE QUE LOS CUELGUEN y EL ÚLTIMO ARGUMENTO DE LOS REYES descubrimos una historia propia del género, pero a la vez bastante atípica en la naturaleza de las personalidades de las figuras que por ella circulan, personajes que forjan sus destinos movidos en muchos casos por la codicia, la maldad o la venganza, todo esto visto a través de unos ojos que no se limitan a mostrarte lo que ocurre fuera, sino también dentro de la mente de estos, logrando una historia que puede tornarse épica y salvaje en un momento y terriblemente intimista en la siguiente página.

Estilo que se mantuvo cuando Abercrombie volvió a llevarnos al Mar Circular con una nueva historia complementaria pero independiente de su trilogía original llamada LA MEJOR VENGANZA, un relato de venganza personal convertida en una iliada de proporciones descomunales . Obviamente la desproporcionada violencia y mala ostia de sus manos ejecutoras serán los hilos conductores de las tramas de este autor, sumándole continuos cambios y giros de ritmo y guión y esa criticada tantas veces profundidad en sus protagonistas que de tan brillantemente esculpidos terminan volviéndose inolvidables y sus nuevas apariciones en otros títulos se celebran con suma euforia.

Otros dirán que no les interesa la vida personal y el pasado de uno u otro, que ellos lo único que quieren es sangre.



LOS HÉROES es la segunda novela independiente que surge tras la trilogía de La Primera Ley, saga que vería aumentado su número poco después con TIERRAS ROJAS y con la recientemente editada en nuestro país colección de relatos cortos, FILOS MORTALES.
Y no son pocos los fans de la serie y, por supuesto del escritor que hasta hoy tengan a LOS HÉROES como el mejor libro que hasta hoy ha escrito Joe Abercrombie. Personalmente, sin llegar a tanto porque soy de los que prefieren analizar las sagas en conjunto, puedo entender tan extendida opinión y por supuesto los motivos variados, destacando el hecho de estar ante un título que mantiene todos los ingredientes que caracterizaron el estilo y desarrollo de La Primera Ley, pero además potenciándolos y estirándolos hasta el límite. Como resultado, lo que aquí tenemos es una de las más largas, intensas y emocionantes batallas que se han escrito dentro del género fantástico, un asedio de tres días narrado en casi novecientas páginas donde seremos testigos de cada acción y decisión de los bandos combatientes, de actos heroicos pero también de acciones malvadas y cobardes... estos últimos más numerosos y me atrevería a decir que efectivos que los primeros, y por supuesto comprobaremos lo que el hombre alberga en su interior cuando la guerra y la espada se convierten en la única respuesta. El interior de su alma si... pero también ese otro tipo de interior, si me entendéis. Ese al que se accede tras un buen tajo en las tripas.

Antes de nada, resolver la duda que muchos se harán ante el interrogante de leer o no este título: ¿Es necesario haber leído las obras que le preceden?- Como novela independiente, LOS HÉROES es una obra muy disfrutable si se quiere usar como punto de partida o primer contacto con el basto mundo creado por Abercrombie. Sin embargo, las menciones a personajes y acontecimientos pasados, así como los antecedentes de los mismos o los orígenes del enfrentamiento armado entre bandos hace que la lectura de los títulos previos sea recomendable, casi obligatorio, incluida LA MEJOR VENGANZA, ya que varias escenas que ahí tuvieron lugar volverán a caer, y con gran peso, sobre algunos de los protagonistas de esta nueva aventura.

Hay que reconocer que la historia principal de LOS HÉROES no es ningún alarde de originalidad, ni destaca por lo retorcido. Los ejércitos del norte, rindiendo pleitesía a su rey Dow El Negro se muestran imparables mientras siguen conquistando nuevas tierras. La Unión, los cuales ven a estos como poco más que salvajes sanguinarios  e inculturizados decide poner fin a este avance, y decididos a tomar Los Héroes, un punto estratégico crucial se verá inmerso en un reto que pondrá en jaque el presente, pasado y futuro de la civilización que ellos conocen.
No obstante, si bien la idea original no parece demasiado novedosa, el desarrollo de los acontecimientos que ocurren en los tres días de batalla, así como el comportamiento de los soldados y los puntos de vista de varios de los participantes en la contienda serán sin duda puntos determinantes que nos obligarán a prestar atención a todo lo que nos rodea, por nimio e insignificante que pueda resultar al principio.

Dichos personajes representan mucho más que un arma empuñada entre un mar de hojas afiladas. Muchos sentimientos, carácteres y decisiones, errores y aciertos son expresados por el escritor usando para ello protagonistas principales y secundarios. Y si pensáis que el heroísmo y el sacrificio van a estar entre los más destacados valores que la guerra hacen aflorar en el ser humano, más vale que os lo quitéis de la cabeza cuanto antes. Las ideas de Abercrombie son malvadas, crueles y casi primitivas. Muchos de los que pronto se convertirán en vuestros favoritos no moverían un dedo por la gloria y el honor, pero mostrarán sus instintos más bajos y salvajes por un buen motín, un reconocimiento o sencillamente por saciar su sed de sangre. Sí que existe nobleza y bondad en el campo de batalla, así como peculiares sentidos del amor y el deber, y serán precisamente los representantes de dichas peculiaridades quienes llevarán la voz cantante en la historia, unas voces que, en consecuencia también serán las más frágiles y vulnerables.

LOS HÉROES es una novela extensa, casi novecientas páginas en su edición de tapa dura de pequeño formato, y sin embargo, lejos de asustar su densidad y extensión , puede que estemos ante la novela del escritor inglés que más ágilmente y de manera más amena se lee. Hay que admitir que parte de la culpa la tiene el hecho de ser una novela que rebosa acción. Y hablamos de una acción nada bonita, pero si muy detallista en los momentos más escabrosos y donde abunda la carne desgarrada y aplastada y la sangre salpica desde cualquier ángulo.

Una exhibición de casquería similar exige un apartado visual muy potente, y en eso, como en lo demás, Abercrombie no decepciona. La ficticia cámara que el autor maneja enfoca lo que interesa mostrar con todo lujo de detalles cuando estos necesitan ser resaltados y difuminando otros, para que sea nuestra imaginación la que trabaje y llene espacios al gusto, lo cual tampoco es difícil dada la cantidad de influencias propias e importadas de las que bebe el Mar Circular. Desde sus fuertes referencias nórdicas y vikingas en el norte a unos elementos predominantes en las tropas de la unión que deben mucho de la cultura británica.



De todos modos, catalogar a LOS HÉROES de fantasía es limitar mucho la etiqueta. Elementos como la magia son mostrados en su mínima expresión, resultando casi, casi inexistentes. No os engañéis, aquí no hay viajes los protagonistas deben encontrarse a si mismos con la experiencia que solo dan las pruebas de la vida, ni mitología antigua que muestre el amanecer de los tiempos y el surgir de los primeros magos. Aquí solo hay guerra. Una guerra como debe contarse, sin censura, sin belleza, en cuyo terreno la parca se pasee sin hacer distinciones entre buenos, malos, valientes o cobardes, niños o ancianos, entre los que luchan por una verdad con la que se les ha educado o los que se alimentan de la violencia que ellos mismos provocan. Una guerra donde a veces hay que recurrir al humor para escudarse en la crudeza y donde ni siquiera el lector será capaz de decantarse por uno de los dos combatientes, siendo testigo y cómplice tanto de sus virtudes como de sus vergüenzas.

LOS HÉROES es, junto a LA MEJOR VENGANZA la prueba definitiva de que la trilogía de La Primera Ley era solo la antesala, agradable eso si, de lo que Joe Abercrombie es capaz de dar, convirtiéndose con cada título en un referente del género al mismo tiempo que se ríe de los estereotipos y donde vuelve a demostrar, una vez más que no existen principales y secundarios, solo importa la visibilidad y profundidad que el autor es capaz de dar a sus personajes, haciéndolos pasar de meros parias a absolutos protagonistas. Porque a fin y al cabo, son los personajes de una novela lo que importan de verdad, no la cantidad de ellos que queden en pie después de una batalla.


lunes, 12 de diciembre de 2016

Reseña: EL NIÑO PÁJARO de Juan Manuel Peñate Rodríguez.



Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

EL NIÑO PÁJARO de Juan Manuel Peñate Rodríguez.

En La última lectura los integrantes de una hermandad secreta se reúnen una vez más en el acostumbrado punto de encuentro, ignorantes de lo que la noche les depara; el Club Paradise es un sitio especial al que no se puede ingresar si no es por invitación directa de alguien de dentro, sin embargo, lo insólito no radica en su emplazamiento, de por sí inconfesable, sino en los miembros que lo conforman; en una época de oscuridad y misterios, en mitad de un sangriento barrizal cubierto por centenares de cadáveres, una enigmática mujer de la que apenas se
sabe da a luz un extraño bebé que no llora, aquel destinado a sacudir los cimientos de una era, aquel por cuya leyenda será recordado como El niño pájaro; en ¡Feliz no cumpleaños! nos reencontraremos con personajes archiconocidos, aunque más allá de ese mundo onírico, tras las sombras, ¿hasta qué punto los conocemos?; en La gasolinera una imprevista parada en el camino supondrá para alguien un soplo de aire fresco, pero también un antes y un después en la manera de contemplar su viaje interminable. Del autor de Al otro lado del cristal, nos llega su esperada segunda antología, nuevos e inolvidables relatos donde los amantes del suspense, la ciencia-ficción, la fantasía o el terror volverán a estar de enhorabuena.

Hoy en día existe entre otros muchos, un asunto que divide al mundo literario en una ¿pacífica? batalla por quién tiene la razón: La autopublicación.

Ya se que no son pocas las veces que hemos visto el punto de vista de los escritores ante la terrible pregunta: ¿Autopublicación si o no? Ventajas, beneficios, facilidades... todo eso está muy bien, pero más allá de esos detalles, parece que la figura del lector es ninguneada y pocas veces se le pregunta qué le parece este panorama, o cómo se encuentra ante la gran variedad de elección que se le presenta. ¿Que cómo se encuentra dicho lector? Ya os lo digo yo: saturado.
Esas ventajas, beneficios y sobretodo facilidades que la autopublicación posee ha provocado que el mercado literario empezara a crecer como la espuma desbordando la bañera, ofreciendo al mes cientos de nuevos títulos donde ahogar nuestra indecisión, abarcando todos los géneros, llenos de nuevas y antiguas ideas, algunas incluso recicladas, sexo con dinosaurios y una preocupante falta de un filtro de calidad mínima.
Si bueno, ya echamos en falta dicho filtro en grandes editoriales a las que no les tiembla el pulso a la hora de plantar el sello "Bestseller" a libros que no hay por donde coger, o gastan dinerales en campañas de promoción que funcionan como cantos de sirena para despistados que se creen todo... También están los casos de arboles que son talados para convertirse en el libro de algún youtuber, pero eso ya es un tema del que hablaremos en otro momento...

La cuestión es que yo reconozco no esconderme cuando afirmo que no me suelo fiar de trabajos autopublicados. Ya no solo por las agresivas campañas de promoción (Spam) por parte de sus propios autores que circulan por las redes sociales o la mala calidad de los libros en formato papel (cuando existen), sino por la propia experiencia personal, plagada de malas copias de diarios de invasiones de zombis gallegos, gente que se pone hasta el culo de atún para prevenir la radiación causada por una bomba nuclear o un Robert Langdon andaluz luchando contra nazis en plena feria de abril.
Sin embargo, no faltan novelas de gente que no ha encontrado el apoyo necesario por parte de las editoriales para publicar sus novelas, lo cual se vuelve incomprensible cuando uno se anima a leerlas. Recordemos por ejemplo que el inicio de una de las mejores sagas de muertos vivientes escrita en nuestro país fue publicado por primera vez por Circulo Rojo (CIUDAD HUMANA de Carlos J. Lluch), o los últimos trabajos de escritores de renombre como Virginia Pérez de la Puente o Joe Alamo.
Y también fue hace unos años cuando Juan Manuel Peñate se añadió por sus propios méritos a la lista de autores autopublicados de excepción. Excepción por su calidad, por la originalidad de sus historias, por su talento. Ingredientes todos que pudimos encontrar en AL OTRO LADO DEL CRISTAL, una colección de relatos que exploraban muchísimos géneros y temas, donde el autor jugaba con la extensión, el ritmo y una amplia colección de influencias...
... Elementos todos ellos a los que ha vuelto a echar mano el escritor sevillano con su nuevo trabajo EL NIÑO PAJARO, repitiendo formulas, mejorando otras y por encima de todo manteniendo su propio estilo.
Juan Manuel, aparentemente contento con el resultado de su anterior trabajo compuesto por siete relatos, nos trae una nueva selección compuesta esta vez por cuatro relatos y una novela corta donde sigue explorando y ahondando en los distintos campos de la fantasía, el terror y la ciencia ficción. Un terror suave, téngase en cuenta, y una ciencia ficción que se aleja mucho de la ciencia y se abraza a la ficción.

Estamos ante historias llenas de ecos conocidos, cuentos que beben hasta ahogarse en escenas, influencias y estereotipos harto conocidos, para tratarlos con cariño, sin caer en la burda copia, plagio o recurso fácil, sino moldeándolo hasta hacerlo propio y moderadamente personal. Eso no quita que no existan momentos en la trama que se tornen terriblemente intuitivos y evidentes, casi como sabiendo lo que inmediatamente va a pasar en un tramo u otro de las relatadas historias.

Pero sin duda el factor más positivo que encontramos en EL NIÑO PAJARO es el mismo que nos encontramos en AL OTRO LADO DEL ESPEJO, y es que pese a las carencias o defectos que pueda tener la narrativa del autor (Siempre sujeto al criterio personal de cada uno) sus historias saben atrapar, captar lo que queremos encontrar en el momento exacto, incluso aunque no nos demos cuenta hasta que lo estamos leyendo. Para muestra un botón:


Se suele decir que la primera impresión es la que importa, y para quien no se haya aventurado en el primer trabajo del autor, LA ÚLTIMA LECTURA supone una prueba de fuego para el nexo entre escritor y lector.
A decir verdad, estamos ante una historia con contrastes muy chocantes entre sí, ya que encontramos una trama bastante oscura y fatalista, pero a la vez intenta ahondar en diversos valores como pueden ser la magia de la lectura, su efecto curativo en cuerpo y alma o el valor de la amistad, lo cual termina siendo bastante contradictorio si tenemos en cuenta la evolución de algunos de los personajes.
Estética y visualmente nos encontramos una vez mas frente a un choque de ideas, con un escenario como punto de partida que puede recordar a atmósferas como las de películas como El Orfanato o El Espinazo del Diablo para, a partir de un punto convertirse en una exposición del lado más oscuro de las fantasías de Jim Henson.
El relato mantiene un interés creciente a medida que avanza, aunque su cambio de rumbo, el cual debería funcionar como un aliciente se convierte también en su mayor pega. Juan Manuel alarga demasiado una primera parte que ejercería como prologo para seguir con un nudo que acaba antes de que empecemos a disfrutarlo. Sería como leer una novela de 300 páginas de las cuales 250 son usadas para presentarnos unos personajes que se perderán en el olvido en las 50 restantes. Una verdadera pena que el relato no aproveche su potencial, porque lo tiene,

CLUB PARADISE supone un radical cambio de registro comparado con la anterior historia. Si antes disfrutábamos con un relato tocado por un punto siniestro, aquí encontramos el lado más benévolo del escritor. Con un guión sin duda influenciado por obras que miran por el lado romántico del más allá (Ghost es la primera referencia que me viene a la cabeza), su autor busca en apariencia una reconciliación entre sus personajes y sus destino: el descubrimiento de lo increíble y su inmediata aceptación, y aunque de desarrollo agradable, habría que destacar un par de aspectos que chocan bastante. El primero es el uso de clichés demasiado descarados, que hacen que la originalidad del texto sea, sino cuestionada, si algo debilitada. Por otro lado, uno no se aclara con el nudo de la trama propiamente dicho. Es como si los dos primeros capítulos estuvieran conectados con un tercero casi de manera forzosa, como si ni siquiera Juan Manuel supiera como quiere acabar la historia.

Sin duda por su extensión que alcanza la de una novela corta, su calidad y la evocación de las imágenes que inspira, el relato EL NIÑO PÁJARO es el que más llama la atención de los cinco que componen el libro, y no solo porque le otorgue el título a la colección.
Estamos ante una historia ambientada en un ficticio  Japón feudal, plagado de reminiscencias de fantasía épica, donde la magia y las criaturas misteriosas no son elementos extraños en el día a día y los personajes célebres se miden por sus heroicidades.
Evidentemente un trasfondo así y unas pocas líneas leídas es lo que nos hace falta para que la historia de EL NIÑO PÁJARO nos recuerde irremediablemente a títulos de anime y cine nipón donde destacan obras como Azumi, Kenshin o Inuyasha, referencias que van cogidas de la mano durante el proceso creativo y evolutivo de la trama. Eso si, siempre dirigiendo la mirada al lado más cruel y sanguinario de las leyendas orientales.
Las escenas de acción, incluso la estética de sus personajes (muy diferenciados entre ellos, a veces de rasgos casi propios del cine de animación) no hacen sino acrecentar la sensación de estar leyendo una secuela de Ninja Scroll, o de estar ojeando un manga, llevando la eterna lucha entre el bien y el mal a un terreno que ambos bandos deben conocerse ya al dedillo.
De potente ritmo inicial, decae un poco pasados las tres cuartas partes de su extensión, no por pérdida de acción, sino porque la trama termina tomando una dirección a mi parecer inadecuada y algo incompleta, opinión que por suerte vuelve a cambiar con un epilogo bastante correcto.

Un relato titulado ¡FELIZ NO CUMPLEAÑOS! no necesita presentación, ya que seguro que casi todo el mundo adivina de lo que aquí se habla ¿Verdad? Pues no estéis tan seguros, Juan Manuel nos da aquí un punto de vista personal de la famosa fábula y nos muestra un lado oculto, oscuro, misterioso, pero también en cierto modo, conmovedor del famoso cuento infantil, consiguiendo que la historia cabalgue entre la leyenda y el mito, lo real y lo absurdo.

Finaliza esta nueva colección de relatos un leve acercamiento a la ciencia ficción. Digo leve porque aparte de que la historia de LA GASOLINERA transcurre en el espacio a bordo de una nave espacial, esta se aproxima más a la fantasía que al mencionado género.
Historia por cierto muy visual que recuerda en estética a un universo fantástico con herencia directa de Star Wars, La Guía del Autoestopista galáctico o Doctor Who, pero a diferencia de ellos, el escritor toma un cariz más dramático y moral... una historia con moraleja podríamos decir, muy entretenida e imaginativa, pero se ve ligeramente perjudicada por la cantidad de pregunta que quedan sin contestar, lo cual nos hace viajar a trasfondos incompletos, apenas bocetados.

en definitiva, EL NIÑO PAJARO es una entretenidísima colección de relatos, con más virtudes que defectos, aunque los haya. Uno acaba con la sensación de que hubiera disfrutado más de casi todos los relatos aquí recopilados si se convirtieran en novelas más extensas, o viendo el relato que da título al libro en viñetas, no obstante, promete y da ratos de puro entretenimiento de alta calidad que nada tiene que envidiar a supuestos Bestsellers de renombre.

martes, 6 de diciembre de 2016

Reseña: MONTAÑA RUSA de Fernando López Guisado.



Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

MONTAÑA RUSA de Fernando López Guisado.

Primera incursión oficial en la narrativa del conocido poeta Fernando López Guisado. Un grueso volumen que reúne veintiocho relatos de temática oscura en el que el concepto de monstruo se aborda desde una perspectiva ambivalente de ternura y crítica como referencia enfrentada con el propio ser humano y sus miserias interiores. Con una prosa cuidada y rítmica en un estilo variado, que alterna el lirismo más delicado con una pulsión profundamente gamberra, los cuentos que componen Montaña rusa suponen un viaje trepidante repleto de humor a una realidad oscura e irónica reconocible en su cotidianidad, tan dulce como amarga, capaz de dejar atrapados a los más indiferentes. 

Si algo he aprendido a lo largo del tiempo que llevo disfrutando de la literatura es que no se puede dar por hecho nada eternamente, ni siquiera los gustos de uno mismo.
Desde crío siempre he sido seguidor del género de terror, pero no con los libros como mi principal guía, sino con el cine, y no con películas o personajes cuyo tormento puede contarse como una macabra pero bella fábula como puede ser Nosferatu o Frankenstein, sino con psicópatas que no paran de volver a la vida porque hasta en el mismísimo infierno están hartos de ellos. Descubrí a una edad muy temprana las más terribles de las muertes y sus a veces humorísticas maneras de provocar miedo con Freddy Krueger, Jason Voorhees o los Critters.

No es de extrañar que unos comienzos así forjaran unas preferencias en el género que siguieran una dirección más cruda, directa, sanguinaria y moderna que la de clásicos de la Hammer o las supuestamente escalofriantes miradas de Bela Lugosi.  En la literatura esto no era muy distinto, y optaba por historias de fácil entendimiento donde el monstruo de turno era descrito hasta el mínimo detalle en lugar de ser simplemente insinuado... vamos, que prefería leer a King en lugar de a Poe, Lovecraft, Maupassant... y de más difuntos autores que pueblan colecciones célebres como las de Valdemar.

Pero como he dicho, todo cambia. Lo tiempos, las preferencias, los prejuicios... incluso la forma de de entender el terror, tanto de quien lo sufre como del que crea dicho miedo. No sería la primera la primera vez que lanzo una puñalada en forma de crítica negativa a escritos cuyas ideas son más que aceptables, pero la ejecución está tan cargada de florituras innecesarias, lenguaje de otra época, adornos del todo a 100 que, pese a ser descaradamente evidente que son usados para ocultar las carencias del escritor, terminan perjudicando el resultado final en lugar de mejorarlo.

Por suerte no todos son así, y obviando a autores  clásicos anteriormente  mencionados, existe quien es capaz de ofrecer emocionantes relatos que narren temas trágicos y macabros y llenen con su imaginación escenas escalofriantes, pero que a su vez son capaces de dotar a los textos de una extraña y emotiva belleza, que lejos de alejar de malas maneras al lector de la trama y su atmósfera, constituye un aliciente, un potenciador de las emociones que el escritor quiere transmitir.

Y nuestra pequeña aportación hispana al género fantástico puede presumir de tener el inmejorable exponente en este estilo a Fernando López Guisado, autor madrileño que mucha gente conocerá por su faceta poética con premiadas aportaciones como ROCÍO PARA DRÁCULA y que ahora, tras varias participaciones en diversas antologías de distintas temáticas recopila su faceta narrativa en MONTAÑA RUSA.

Y creedme cuando digo que el título no podía ser más adecuado, ya que lo que vamos a encontrar en sus páginas es un sinfín de emociones que van desde la ansiosa espera de una fuerte caída, hasta la vertiginosa velocidad en que sensaciones y sentimientos pasan delante de nuestros ojos. Por suerte hablamos de emociones que, al contrario de algunas muestras que circulan por las más destacadas estanterías, no están edulcoradas de manera artificial, cubriendo carencias con falsos velos de belleza, colocados muchas veces en los momentos menos oportunos. En contra, López Guisado crea una prosa ágil pero sin perder la elegancia heredada de sus orígenes poéticos, sin abusar, sin recurrir a ello en todo momento, sino creando un todo que no pierde naturalidad tanto en las narraciones como en los diálogos.
Para que nos entendamos, aquí no vamos a encontrar cosas como a un joven estudiante de la época moderna hablando como un caballero burgués de la era victoriana, no nos pararemos en interminables descripciones llenas de metáforas y simbolismos que de las emociones que cada mínimo elemento inspiran a los personajes.

MONTAÑA RUSA es una antología de relatos que se nos presenta como una colección de historias de terror, aunque tras leer unos pocos de los nada menos que 28 que la componen, nos daremos cuenta que la definición es extremadamente superficial. Si, López Guisado usa con frecuencia elementos importados directamente del cuento de terror: monstruos, asesinos, leyendas o folclore... pero su lectura hace anteponer sensaciones muy por encima del miedo. Nostalgia, melancolía, tristeza o sensaciones de pérdida son en muchos casos emociones que se destacan ignorando cualquier sencilla etiqueta. Incluso no pocas veces, cuando uno de los relatos intenta mantener cierto carácter humorístico, este termina eclipsado por un carácter más dramático del que en un principio parecía insinuar.

La variedad, por tanto, se convierte en otro fuerte aliciente en esta compilación, bastante abundante por otro lado, que transforma uno de los denominadores comunes de este tipo de títulos, el de que es raro que no haya al menos un relato que te guste, en el convencimiento de que esta vez lo raro sería que hubiera algún texto que no se disfrute. Aunque altibajos como en toda montaña rusa siempre hay...

Tenemos una aparente preferencia por el autor de los temas más tradicionales a la hora de contar historias de terror, como son las leyendas o como se las conoce en la actualidad, leyendas urbanas. Buena prueba de ello son títulos como TURNO DE NOCHE, COMEGENTE o WINDIGO, relatos que pese a ser leídos por primera vez, mantienen esa sensación en el lector de estar ante textos conocidos, un déjà vu de conocimiento popular o un sencillo "Esto me suena". Categoría a la que podríamos añadir REFLEJO DE LORELEI, un claro ejemplo de lo que como decíamos en la presentación, pueden cambiar las formas de ver y entender la literatura con el paso del tiempo, puesto que lo que hace unos años hubiera repudiado, hoy llega incluso a emocionar, como gran muestra de misterio gótico.

Y si hablamos de terror, no pueden faltar los obligados homenajes a los principales causantes de que Fernando López Guisado haya decidido expresar sus ideas y plasmar su imaginación en forma de escritos. Así, podemos encontrar claras influencias a Lovecraft un jugando con el espacio y el tiempo en VILLANCICO, un relato muy interesante aunque de desarrollo un tanto irregular. O bien los mares tenebrosos y los cuentos de marineros que tanto emocionaban a Willian H. Hodgson están muy presentes en LA MELODÍA DE ULISES, narrado con el romanticismo y el suspense propio de todas las historias venidas del siempre misterioso gran azul.

A día de hoy, que una colección de relatos de terror recurra a la temática zombi puede considerarse por algunos como símbolo de debilidad. MONTAÑA RUSA no iba a ser menos a la hora de aportar su granito de arena a la literatura Z, pero si bien MAGDALENA puede no llegar a estar a la altura, PARIZ y sobretodo REPOSTERÍA AMERICANA son dos historias sin desperdicio, muy emotivas, alcanzando ese punto exacto donde el drama y la comedia se mezclan en escenas llenas de sentimiento y devuelven irónicamente a la vida al género de los muertos vivientes.

A estas alturas nos ha quedado claro que López Guisado es de esos autores que igual te plancha un huevo como te fríe una camisa. De igual modo es capaz de llevarte el tema de la brujería a una situación rutinaria en la época actual con LA BRUJA, que te elavora un western en otro planeta como hace de manera victoriosa en VACAS, una de las varias aportaciones que el autor realiza a la ciencia ficción. Amores imposibles, inteligencia artificial, los multiversos, son temas con los que juega en éste género como podemos comprobar en el mencionado relato, ÚLTIMA LLAMADA o LUGARES COMUNES.

No faltan tampoco relatos que dejan una extraña sensación de que alguien ha arrancado páginas, de cuento incompleto o de tramas que pueden dar incluso para novelas. El mejor ejemplo de ello es PRINCESA DE CUENTO, que podría funcionar fácilmente como prologo para una historia de fantasía urbana. De igual manera encontramos unos personajes muy aprovechables en uno de mis relatos favoritos, EL NEGOCIO FAMILIAR, lleno de humor negro y con todas las papeletas para convertirse en algo más grande del género ya mencionado.

Y si hablamos de relatos favoritos no puedo evitar nombrar PLASTILINA. No es la primera vez que le leo, y mi opinión no ha cambiado un ápice. Estamos ante una pequeña obra maestra del relato corto, un rompecorazones hecho con la misma cantidad de ternura que de mala baba.
Y atrás no se queda el relato que da título a la colección, MONTAÑA RUSA, donde se demuestra que crear tensión tampoco esconde ningún secreto para el escritor madrileño.

Vale, admito que algunos relatos parecen cumplir el triste papel que el de engordar el tomo, ya sea porque no es fácil mantener la calidad sobresaliente de unos o por no interesar o impactar tanto como otros. Es el caso de PARA SOLTEROS EXIGENTES, un cortísimo texto aparentemente hecho como experimento para pasarlo bien (cosa que consigue con el lector pese a ser consciente de estar ante una, perdón por la definición, chorrada) o SANTA CLAUS IS COMING TO TOWN, un sinsentido demasiado facilón.

Tantos relatos dan para una amplia gama de experimentación, tanto en la narración como en lo que se quiere contar, y resulta casi inevitable que uno se sienta en la necesidad de plasmar experiencias personales o de carácter autobiográfico. Desconozco si es lo que ocurre en relatos como UNA PROMESA, LEGIONARIO DE GUARDIA o LA IMAGEN, pero lo que si es evidente es lo próximo que muchos de los temas que ahí se tratan nos tocan muy de cerca.

Cuando uno termina de leer MONTAÑA RUSA lo hace con un cóctel de sentimientos a flor de piel: Melancolía, tristeza, ira, pero también esperanza y lucha por nuestros mayores deseos. Relatos la mayoría de ellos llenos de vida y personalidad que hacen que no puedas esperar a leer el siguiente, pero al mismo tiempo deseando que el actual no acabe aún. Uno se siente a gusto dejándose llevar por la prosa de Fernando López Guisado, cómodo a la vez que expectante.
Pero no se me olvida otro sentimiento que queda al finalizar esta lectura, y puede parecer precipitado o demasiado mordaz: La de que aún hay gente que es capaz de escribir por el mero placer de ver en papel las imágenes que su imaginación le trasmiten, que aún hay plumas que se mueven por las emociones, cuya tinta deja tras de sí solo arte, no ansias de fama y dinero. Que a veces sigue siendo el talento, y no lo famosa que es una cara u otra, el principal hilo conductor por el que se guían algunas editoriales para publicar sueños encuadernados. Y este, consejo de amigo, no debéis perdéroslo.