martes, 28 de febrero de 2017

Reseña: ALICIA de Miguel Aguerralde.



Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

ALICIA de Miguel Aguerralde.

El éxito sonríe al escritor Ciro Roma, su joven familia está a punto de crecer y su nueva novela le catapultará al estrellato. No debería complicarse engañando a su esposa.

Samanta es feliz a pocos meses de dar a luz, casada con el hombre al que ama. Solamente encontrarle en una situación horrible podría cambiarle la vida.

Joao Xabier está a punto de abandonar la prisión después de pasar demasiados años encerrado por un crimen que no ha cometido. No obstante sabe a quién tiene que ajustarle las cuentas.

Los caminos de los tres se verán truncados con la llegada de María a la casa de la playa. La cara más terrible del ser humano les pondrá a prueba, les llevará hasta el límite, y colocará a María al borde de la muerte.

Alicia, ábreme la puerta.

Dicen que el amor mueve el mundo. Aunque seguramente lo digan los mismos que dicen que una dieta rica en fibra ayuda a una vida saludable y más feliz. No, lo que realmente mueve el mundo, lo que realmente hace reaccionar a la gente es el miedo y la violencia. No vivimos en una sociedad precisamente benevolente, y buena prueba de ello son las historias de ficción que disfrutamos en los distintos medios audiovisuales. La gente no quiere que les cuenten una historia de amor que empieza desde la primera cita en una sala de cine y acaba en una celebración nupcial mientras que todo el trayecto intermedio transcurre sin complicaciones. Puede que los cuentos de hadas estén bien para querer formar parte de uno de ellos en la vida real, pero recordemos que ni estos se libran de momentos oscuros donde el dolor, la tristeza e incluso la muerte adquieren un papel protagonista.
Hay muchos sentimientos inestables que, al ponerlos al límite constituyen el germen principal de este tipo de historias, y el amor es posiblemente el más peligroso de ellos. Un ingrediente químico que mezclado con otro puede dar como resultado una formula capaz de curar todos los males o, al contrario, explotarnos en la cara y llevarse por delante cualquier cosa en un radio de distancia bastante amplio. Un sentimiento capaz de convertir a una persona en un dulce y tierno animalillo o en la más letal de las bestias, algo que los protagonistas de la última novela de Miguel Aguerralde, ALICIA, van a aprender muy a las malas.

Esto es algo a lo que, todo sea dicho de paso, los personajes creados por el escritor de origen madrileño deberían estar acostumbrados, y de manera bastante variada. Desde su saga criminal protagonizada por Matt el Rojo (ÚLTIMA PARADA: LA CASA DE MUÑECAS o NO PODRÁS SALIR entre otros), pasando por un pequeño apocalipsis zombi con orígenes malditos en CAMINARÁN SOBRE LA TIERRA e incluso el terror de raíces licántropas de LABERINTO. El uso del sentimiento violento en las historias no alberga ya apenas misterios para Aguerralde, y no va a faltar dicho recurso en su nueva obra, editada ésta vez por Cazador de Ratas, que nos ofrece para la ocasión un cóctel con altas dosis de thriller, terror psicológico, drama y un ligero toque de buen Rape & Revenge y otro de Lo Que La Verdad Esconde. Una novela de la que supongo que estoy obligado a decir que es su trabajo más maduro ¿No?, y no lo voy a negar, porque lo es, manteniendo todo lo bueno que lleva ofreciéndonos el autor en sus libros, aunque añadiendo alguna carencia ¿O quizá excesos?. Pero no nos adelantemos...

ALICIA ante todo es una novela que demuestra que el hombre no es como una moneda, capaz de mostrar una u otra cara, ambas totalmente opuestas. La mente humana no es tan limitada y es capaz de mostrar el bien y el mal en múltiples facetas que, como un dado dando vueltas, nos mantiene expectantes ante un destino incierto para los implicados. Y es en este aspecto en el que el autor se apoya para mostrar su talento a la hora de construir mentes partiendo de cero y personalidades perfectamente diferenciadas. Esto se ve en la trama, que nos llevará a un constante ir y venir tanto de escenarios, situaciones y personajes, para los cuales llegará el momento en que solo necesitemos un pensamiento, unas pocas palabras o un gesto para saber a cual de ellos acompañamos en ese momento e incluso, como si de un espíritu vigilante fuéramos, predecir sus propios movimientos más inmediatos o ideas, en un terreno que además sentimos reconocible, pero no por ello perdiendo el deseo de formar parte de todo por su previsibilidad, ya que constantes sorpresas y giros que a su vez prometen más momentos de revelaciones y confusiones se termina traduciendo en comodidad para el lector. Y esa comodidad se transforma a su vez en necesidad o adicción.

ALICIA actúa como una droga, con subidones muy fuertes pero también con sus momentos de bajón, aunque sabemos que por muy malos ratos que nos haga pasar, siempre terminaremos comprando una nueva dosis, en este caso, a leernos un nuevo capítulo tras otro. Dejándonos de metáforas, lo que quiero decir es que esta es una novela que engancha al lector y no lo suelta hasta su desenlace. Incluso en cierto momento que parece que empieza a hacerse cuesta arriba la lectura no llega a resentirse, porque es una de esas cuestas que auguran unas vistas espectaculares al final, y cuando llega ese ansiado momento no decepciona.

No es difícil reconocer que esta historia se compone en buena parte de retazos de tramas y momentos que fácilmente reconoceríamos en relatos similares, fragmentos ellos que unidos al lado más personal e imaginativo de Aguerralde componen, por contradictorio que pueda sonar dado mi último comentario, un relato completamente original que huele a nuevo desde el comienzo hasta el final y de la que es complicado hablar argumentalmente y no arriesgarme a desvelar nada importante. Hasta la propia sinopsis resulta algo tramposa, y nos daremos cuenta de ello cuando realmente estemos sumergidos en la trama, pero no deja lugar a duda de que asistimos a una huida y persecución simultánea, donde la venganza acaba mezclándose con un enfermizo y deformado sentido del amor. Si a esto le añadimos unos personajes compuestos en parte por secretos inconfesables, mentiras y sospechas, tenemos como resultado una atmósfera opresiva, insana, capaz de hacernos desconfiar de todo y todos, algo exagerada si la comparamos con  situaciones desgraciadamente parecidas de la vida real si, pero en otros casos amargamente similar. Y es que la existencia de la violencia de género es tan terrorífica que la ficción difícilmente puede superar a la realidad en estos casos.

Si seguimos hablando de las virtudes de ALICIA no podemos olvidarnos de la puesta en escena. Miguel Aguerralde siempre ha sabido mantener un estilo muy visual en sus letras, no en lo que concierne a personajes y a sus descripciones, las cuales tienden a ser bastante básicas e invitan al lector a completar los detalles de su aspecto, pero si en lo referente a escenarios y a los momentos de mayor carga emocional, donde la acción se muestra fluida, casi frenética y sin censura, y es que la lectura alberga escenas no aptas para sensibles dignas del mejor slasher, avisados quedáis.

Por desgracia no todo puede ser un camino de rosas, y no faltan un par de obstáculos que sin llegar a dificultar el viaje, sí son dignas de mención.

Volviendo al tema de los protagonistas, decía anteriormente que Aguerralde se esfuerza por forjar grandes personalidades en sus creaciones. Buena prueba de ello es Ciro Roma, un personaje que me parece fantástico, por su sencillez dentro de la complejidad y caos que conviven en su mente, que guía sus actos más por el instinto que por la premeditación, lo que le convierte en una bomba inestable e impredecible, una pieza de orfebrería tan brillante que más de una vez nos sobresaltaremos aterrados al vernos reflejados en él.
Lamentablemente no todos los actores que pasan por el escenario de la obra ALICIA tienen tan bien asimilados sus papeles. Es el caso de dos de los otros protagonistas principales, que releen sus papeles y se esfuerzan tanto que acaban sobreactuando y llevando las emociones que quieren representar  tan al extremo que solo consiguen lo contrario de lo que buscan: que no nos lo creamos. Leer los pasajes protagonizados por María y Joao Xabier es como si un colega nuestro con varias copas de sobrecarga te contara una anécdota o leyenda urbana que ha escuchado por ahí. Si, engancha e interesa, pero el narrador tiende a exagerar tantos detalles que ya no sabes qué datos tomar como reales y cuales se está sacando de la manga para dar mas emoción o sensación cinematográfica.

Hay un elemento que suele ser muy común en este tipo de historias llenas de intrigas y momentos clave donde el protagonista está a punto de saber lo que es que le hagan una colonoscopia con un martillo neumático o  sencillamente esté a punto de sucederle un acontecimiento que dé píe a un prematuro "Fin de la historia". Hablo de ese factor salvador, la casualidad, ya sea provocada por una serie de afortunados actos, por la alineación de los astros o por intervención divina. No es un mal recurso e incluso puede dar resultados bastantes satisfactorios cuando se sabe utilizar, y siempre que se mantenga un limite en su uso, un límite que yo al menos creo que debería estar en una única vez por novela. Recurrir en más de una ocasión a la casualidad y el oportunismo termina ocasionando que la arbitrariedad de la trama pierda sentido y en consecuencia buena parte de su realismo, y ALICIA por desgracia posee varios de esos momentos que nos dejan con cierta sensación de extrañeza y artificialidad, convencidos de que algunas cosas podrían hacerse de otro modo sin recurrir a tan salvador recurso.

Con todo, Miguel Aguerralde ha creado con ALICIA una buena novela, muy buena si tenemos en cuenta que analiza los más pequeños detalles y, haciendo que pasen de manera totalmente desapercibida por el lector, construir con ellos un túnel que conecta la ficción con la realidad y critica duramente ésta última. Si buscáis en ella una novela que casi te obliga a leertela del tirón, que te resulte difícil no dejarla y que prometa sorpresas y emociones fuertes, Habéis dado en el clavo. Y repito, solo por ver lo que su autor ha creado con el personaje de Ciro, el disfrute está garantizado.

sábado, 25 de febrero de 2017

SORTEO: LA IGLESIA de Alberto M. Caliani



Tenemos en nuestras manos un ejemplar firmado de LA IGLESIA de Alberto M. Caliani que está deseando tener un dueño. Así que hemos decidido organizar un nuevo sorteo para que uno de vosotros se lleve esta novela a su casa y le dé un hogar.

¿Y qué es lo que tenéis que hacer para tener en vuestras manos la novela más reciente de este autor?
Pues nada más fácil. Solo debéis seguir los siguientes pasos:

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La fecha de finalización del sorteo será el día 15 de Marzo del 2017 a las 23:59.
Así pues, los ganadores serán anunciados a lo largo del día 16 de Marzo del 2017.


¡¡¡MUCHA SUERTE!!!


Nota: Recordad que hay que seguir TODOS los pasos indicados. Si alguno de ellos no se ha cumplido, se perderá el derecho a participar en el Sorteo.

martes, 21 de febrero de 2017

Reseña: DIOSES Y CORDEROS de Manuel Amaro Parrado.



Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

DIOSES Y CORDEROS de Manuel Amaro Parrado

Se dice que los antiguos egipcios inventaron el laberinto no para despistar a los ladrones de tumbas, sino a la propia Muerte. En sus últimas moradas no guardaban solo tesoros materiales, sino también su bien más preciado: el alma. 

La arquitectura que erige Manuel Amaro Parrado en Dioses y corderos sigue los principios del laberinto. Deslumbrado por los frescos de la antesala, el lector va adentrándose por sus corredores hasta que ya es demasiado tarde: para cuando descubre la conexión entre las distintas estancias ya no hay vuelta atrás. A través del diálogo entre las historias, una magia ancestral ha surtido efecto. Tan solo queda seguir adentrándose hasta el corazón mismo del laberinto para enfrentarse a su misterio final: quiénes son los dioses, y quiénes los corderos. 

Este libro no es una antología de relatos. No es un fix-up, ni una mera recopilación. Es un viaje distinto al Apocalipsis, un mosaico único, un rompecabezas que no muestra su última carta hasta el instante final. 

Dioses y corderos es, en definitiva, un laberinto. Un laberinto con monstruo, con rincones espeluznantes, con estancias que nos hacen abrir los ojos ebrios de fascinación, con tesoros ocultos e inscripciones misteriosas. Un laberinto con ánima. 

Un laberinto abierto para quienes osen entrar en él.

Muchas veces se ha jugado con la idea de que el mundo (Ya sea Dios, la Madre Naturaleza o un científico loco con alardes de grandeza el que en ese momento se considere dueño y señor de todo lo que la vista alcanza) se ha cansado de nuestra existencia y decide que no hay nada tan divertido como crear nuevas maneras de llenar nuestros corazones de terror, recordándonos que seguimos vivos solo porque alguien lo permite. Si bueno, hay otra creencia que dice que fueron las religiones quienes inculcaron dichos miedos a los hombres para ganar adeptos, y de paso algo de calderilla, pero qué queréis que os diga, mi idea me parece más romántica...
Lo importante de esta idea es que la mente humana siempre ha ido varios pasos más allá que cualquier elemento externo a la hora de buscar una excusa para producir miedo a sus semejantes. Somos una especie cruel, reconozcámoslo, capaz de imaginar horrores que si bien para el que crea las historias pueden suponer apenas una idea pasajera, para una mente menos preparada puede suponer un mazazo que convierta en pequeños pedazos su frágil moral y limitada imaginación.

De todo esto podemos esperar entonces que cuando estemos ante la imagen o idea más terrorífica que hayamos visto nunca, es casi seguro que provenga de una mente humana, y si no, sabemos de todos modos que siempre alguien será capaz de superarlo. El hombre así se convierte en un lobo para el hombre, y al mismo tiempo se otorga poderes casi divinos al verse como un dios que domina la mente de sus iguales con miedo, un miedo a lo desconocido que ha sobrevivido a eras, pero también un miedo a la imaginación de uno mismo, porque seguramente todos alguna vez hayamos sentido un escalofrío al darnos cuenta de lo terrible que pueden ser estas ideas... y eso, Manuel Amaro es lo que usa a su antojo al construir los relatos de DIOSES Y CORDEROS.

Los que ya han leído la sinopsis, oído hablar de este título o directamente vivido la experiencia de su lectura sabréis que ésta no es una antología de relatos de terror al uso. Si, hay relatos. Y si, son de terror en su mayor parte, pero DIOSES Y CORDEROS tiene la peculiaridad (Que no la absoluta exclusiva, tampoco exageremos) de que todos los relatos están relacionados entre sí de una manera u otra, lo que comúnmente se conoce como Fix-up, y lo que convierte su lectura no solo en el entretenimiento que supone consumir con variable placer una historia tras otra, sino en el ejercicio imaginativo que supone adivinar antes de que el autor nos dé las pistas suficientes cuales son los nexos o qué une unos acontecimientos con otros.

El mismo prologuista, Juan Ángel Laguna Edroso, compara este trabajo de Manuel Amaro con un laberinto, una metáfora relativamente acertada, ya que si bien ambos elementos poseen ciertas semejanzas, también están presentes algunas diferencias. Los laberintos son por lo general monótonos, y a la larga aburridos, atributo que se usa para buscar la desesperación y el hastío de quien en él se sumerge. Sin embargo, DIOSES Y CORDEROS se compone de historias y atmósferas por lo general muy diferentes entre sí (salvo un hilo concreto que ejerce de desembocadura de muchos de los relatos) que consiguen que dicho aburrimiento no llegue a alcanzarnos. Personalmente yo compararía la estructura del trabajo de Amaro con una aventura gráfica. De las que disfrutan de multitud de ingredientes propios del survival horror, pero también de las que dan a los protagonistas la importancia que merecen, acercando la aventura a algo más próximo al terror psicológico y donde dichos personajes deben recorrer un camino correspondiente, recogiendo objetos y enfrentándose a enemigos, equivocándose en sus decisiones y rectificando, recuperando retazos de recuerdos, piezas de un puzzle que ayudan al jugador o lector como es el caso, a completar la historia y a descubrir el por qué de todo. Sin olvidarnos claro está, del obligado protagonismo del miedo.

Un miedo que por cierto viene reflejado a la perfección en el título, ya que DIOSES Y CORDEROS trata de eso, de como el ser humano, a través de historias que tratan el terror tanto en su expresión sobrenatural  como en el cotidiano puede ser corrompido cuando dispone de un poder, cualidad o posición que le sitúe por encima de los demás, como un dios ante su rebaño, como un niño con una lupa junto a un hormiguero. Amaro explora el lado más oscuro del hombre, poniéndole en situaciones límite y dejándole libertad total para reaccionar, lo que al final termina retratándole como una criatura de principios, egoísta, que opta por la necesidad (a veces la de sentirse superior) antes que por el deber. De este modo, los relatos que componen esta colección toman de base temas ficticios, a veces de corte fantástico, y construye con ellos un retrato terroríficamente real de la sociedad en la que los héroes no existen y las buenas acciones pertenecen al pasado.

Leer DIOSES Y CORDEROS es abrir una puerta tanto a la imaginación como al recuerdo. Las historias son originales, pero cierta patina tradicional lleva al lector a encontrar no pocas influencias, donde es fácil recordar las historias que hicieron famoso a Richard Matheson (Una Conversación Trivial) e incluso algún relato de Roald Dahl y sus RELATOS DE LO INESPERADO (El Cerco) acercándose a veces más al homenaje que a la simple referencia.

Obviamente no voy a analizar todas las historias de DIOSES Y CORDEROS, ya que diseccionar cada una de ellas supondría un riesgo a la sorpresa, siendo lo más seguro que termine desvelando parte de la trama principal que comparten, un apoyo entre historias este que acaba convirtiéndose en el principal salvavidas y atractivo del conjunto.
Resalto este aspecto porque tengo que admitir que algunos de los relatos me hubieran pasado de manera bastante desapercibida y argumentalmente se leerían sin pena ni gloria si no fuera porque sus pilares principales se apoyan en otras tramas que antes o después descubrimos. Son el caso de capítulos como Sujeto Darwin o El Hombre que burló al Caos, historias que si hubiera leído sueltas en otras antologías hubiera a buen seguro criticado su falta de extensión o lo poco aprovechado del trasfondo, pero que juntos en este tomo consiguen anticiparse a mis opiniones.

El orden aleatorio de las historias, evitando dárselo todo mascadito al lector hasta el punto de acabar el libro dejando huecos sin llenar de información o la extraña naturaleza de los acontecimientos así como de su protagonistas sirven para mantener vivo el suspense, pese a cierta previsibilidad ya sea intencionada o no, provocada en muchos casos por esa sensación que comentábamos anteriormente por recuerdos pasajeros causados por la multitud de referencias de las que se alimenta la imaginación de Manuel Amaro.
DIOSES Y CORDEROS puede presumir sin duda de ser variado, de mostrar distintas facetas de terror y misterio, algo que en un escritor poco experimentado puede resultar demasiado evidente y mal disimulado a la hora de hilar historias, con cambios de ritmo demasiado bruscos y exageradas escenas de acción llenas de sangre y casquería en contraposición a un relleno inevitable. Por suerte, Amaro sabe mantener una velocidad bastante constante, con cambios de marcha ya sea para acelerar o frenar de manera muy puntual, jugando las distintas cartas que posee para hacernos saltar entre la credibilidad y la fantasía más exagerada. Quizá es por ello que tenga tan claro cuales han sido mis relatos favoritos, aquellos que optan por resolverse con duelos de palabras en lugar de con salvas de tiros y cuchilladas, donde el aspecto sobrenatural, a veces mínimamente presente es la baza que hace que el personaje decida y actúe en consecuencia de sus propios actos. Tics, o los ya mencionados Una Conversación Trivial o El Cerco son ejemplos de lo que intento explicar.

Saco de Huesos es una editorial que se ha tomado la costumbre de decepcionarme en muy pocas ocasiones. Ésta, por suerte no es una de ellas, por lo que tengo que admitir que de la mano de Manuel Amaro Parrado nos ha traído una historia o colección de historias que deja un muy buen sabor de boca. A veces de manera experimental y en otras ocasiones directo y crudo como un filete ensangrentado abofeteando tu cara, DIOSES Y CORDEROS es una manera magnífica de descubrir a un autor que apunta maneras, de esas que no son del gusto de todo el mundo.

miércoles, 15 de febrero de 2017

Reseña: LOS GIGANTES DORMIDOS de Sylvain Neuvel.



Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

LOS GIGANTES DORMIDOS de Sylvain Neuvel.

El día de su undécimo cumpleaños Rose Franklin sale a pasear con la bicicleta que acaba de estrenar. Cuando está a punto de regresar, observa un extraño resplandor que provoca que deje la bicicleta y se adentre en el bosque. De pronto, el suelo se abre bajo sus pies y pierde los sentidos. Cuando despierta, descubre que se halla en un gran hoyo cuadrangular, cuyas paredes están formadas por paneles en los que figuran unos intrincados bajorrelieves. Cuando los bomberos acuden a rescatarla, lo que ven es a una niña tendida sobre una mano de gigantescas proporciones. ¿De dónde proviene esta gigantesca mano de aspecto metálico? ¿De qué está compuesta? 

Diecisiete años después, el misterio sigue sin resolverse. Las autoridades militares que se hicieron cargo de la investigación han terminado por abandonarla sin haber logrado establecer el material con el que se construyó la mano y los paneles, ni determinar la función tecnológica o militar de los objetos. Con la mano y los paneles olvidados en un almacén, el proyecto de investigación se transfiere a la Universidad de Chicago con el apoyo de la NSA. La dirección del proyecto de investigación se encarga a una prestigiosa científica: se trata de Rose Franklin, la niña de la bicicleta que había caído sobre la mano. 

Una segunda pieza del desconocido artefacto aparece con posterioridad en Turquía. La búsqueda de las piezas restantes pronto se extiende por otras partes del territorio estadounidense y del mundo. La tarea del equipo de Rose Franklin consiste en desenterrarlas con discreción, organizar el traslado en secreto desde el lugar donde estén y estudiarlas en unas instalaciones subterráneas. Sin embargo, cuando las piezas del enorme artefacto parecen estar por fin completas, surgen nuevas preguntas y acontecimientos que trastornan tanto la vida de los protagonistas como el equilibrio geopolítico del planeta.

Es más que seguro que esta opinión no es generalizada, eso si alguno no me tacha directamente de hereje, pero al menos en mi caso, cuanto más libros de ciencia ficción leo, menos sentido adquiere el significado del nombre de dicho género. Hoy en día, parece que cualquier historia donde se den citas naves espaciales, robots, alienígenas o la búsqueda del sentido de la vida más allá de una respuesta menos críptica que 42 tienen la necesidad de pertenecer a la ciencia ficción, una etiqueta que no es que no vea necesaria, que lo es, pero que en cierto modo puede limitar a la primera impresión de lo que podamos encontrar en una novela (o película, dado el caso).
Por suerte contamos con las definiciones de distintas ramas o subgéneros de los que hacemos uso para delimitar de algún modo lo que realmente buscamos. Ciencia ficción hard y soft, especulativa, ficción científica o space opera entre otros son pequeñas marcas no definidas que nos ayudan a la hora de descifrar un cada día más amplio mapa de un género que no pocas veces acaricia la linea que la separa de la pura fantasía.

Y son muchos los factores que hacen que una historia se encamine a una vertiente literaria u otra, pero me gustaría centrarme en una en concreto que tiene que ver con el caso que nos ocupa: el realismo.

Una herramienta ésta de constante y múltiple recurso en este tipo de historias, destinada a acercar al lector a los acontecimientos de la trama, a, si no creérselos, sí ofrecer cierto convencimiento para una presente o futura veracidad de los hechos por entonces supuestamente ficticios. Dicho realismo como mencionábamos antes, se sirve de muchas facetas para sumergir al lector lo más profundamente posiblemente en la trama sin ahogarle (no quiere decir que siempre lo consiga). Bien puede hacer uso de escenarios, personajes o hechos reales con los que respaldar el drama, bien puede argumentar las acciones y reacciones con formulas o teorías científicas o existenciales que nos hagan sentir que estamos ante más ciencia que ficción. Y hay otras maneras para aportar realismo a la narración, y una muy peculiar es la que Sylvain Neuvel ha usado en su novela: El estilo de narración.

LOS GIGANTES DORMIDOS es el debut de este escritor de origen canadiense, una novela revelación que al parecer no ha parado de cosechar críticas positivas allá donde llega, hasta el punto de que alguna conocida productora ya se ha hecho con los derechos para una futura versión cinematográfica., un apunte que a mi por lo general no suele llamarme demasiado la atención, aunque últimamente mi intuición me dice que se siente sola y que no la hago demasiado caso así que no me lo hagáis vosotros a mi.

LOS GIGANTES DORMIDOS es también una novela de ciencia ficción que mantiene vivos todos los ingredientes que hicieron famoso al género desde sus orígenes. una historia mas abierta al fluir de la imaginación y la fantasía que a la lógica científica, que no quiere que le demos la razón de ser a todo, sino que nos entreguemos a ella y a su trasfondo ofreciendo una lectura amena y divertida. ¿Y lo consigue? Pueeees...

Seamos francos, Neuvel no inventa la Coca Cola con su novela. Diría que ni siquiera descubre el refresco como termino general. No se diferencia mucho de las numerosas historias sobre descubrimientos de elementos de supuesta procedencia alienígena en la Tierra (citando la sinopsis y sin hacer spoilers en este caso se trata de una mano de aspecto metálico y enormes proporciones a las que le seguirán oras partes de una misteriosa anatomía), con sus correspondientes teorías y suposiciones, aunque centrando la trama en este caso en las repercusiones sociopolíticas que conllevan dicho descubrimiento y el uso que se hace de él. No faltan tampoco los conflictos de interés, que hacen replantearnos a modo de critica hacia el lado más poderoso de la humanidad si el hombre está preparado para hacerse cargo de algo que se aleja mucho de su comprensión y responder al dilema de si poseer tal hallazgo implica la necesidad de usarlo, o de aprender a no usarlo. Si, algo así como lo de "Todo poder conlleva una gran responsabilidad" que decía el pobre tío Ben.

Así que, en contra de lo que puede parecer, ésta no es una obra de acción desenfrenada y guerras mediáticas. Sus primeros capítulos son una inmejorable introducción a la intriga y el suspense existencial que se gana el interés del lector enseguida. Interés que por desgracia va perdiendo fuerza al verse cumplidos nuestros mayores temores:  La historia se vuelve terriblemente previsible y la carencia de sorpresas es tal que da la sensación de que el autor tiene que recurrir, llegado un punto, a cambiar tanto el tono, el ritmo e incluso el argumento general. Y no para bien precisamente, habiendo preferido al menos en mi caso el ritmo pausado pero enigmático del principio, donde la imaginación y especulación del lector aun mantenían cierta importancia.

Pese a eso, no os preocupéis, LOS GIGANTES DORMIDOS mantiene un atractivo que consigue que no nos dé tiempo a aburrirnos. Cada capítulo es una pieza más para completar un puzzle del cual pese a adivinar la imagen resultante, sabemos que no hay nada como ver la obra completa acabada. Y respondiendo a por qué una novela que supuestamente no presume de originalidad me ha gustado tanto, es cuando entra en juego la mayor peculiaridad y a la vez atractivo del libro.

La totalidad de la obra está narrada por medio de entrevistas en su mayor parte, además de otros tipos de medios de comunicación, como prensa o informes militares. Resulta obvia la comparativa con el trabajo más famoso de Max Brooks, GUERRA MUNDIAL Z, con la diferencia de que aquí cada entrevista es secuencial, y las respuestas de una son las que determinarán las preguntas de la siguiente, no como las realizadas tras el apocalipsis zombie conocido por todos, cuyos capítulos podían leerse casi aleatoriamente. Esto dota a la lectura, aparte de un ritmo constante bastante equilibrado, de un realismo poco convencional para una trama claramente fantástica en un contraste de lo más peculiar. Para que me entendáis usando otro ejemplo, la sensación residual que queda tras leer LOS GIGANTES DORMIDOS es muy similar a la que muchos sentimos al ver la película DISTRITO 9, donde Neill Blomkamp nos metía de lleno en una aventura alienígena y la convertía en una experiencia de gran credibilidad, una historia de ficción casi documental.

Los personajes de la novela de Neuvel también son un punto atractivo a destacar, no por el típico nexo empático que lo une al lector, sino por justo lo contrario, y es que los protagonistas son de todo menos tradicionales. Desde el misterio que cubre todo lo referente al entrevistador del que desconocemos sus objetivos, motivaciones y que coño, hasta su nombre, hasta sujetos agresivos unos, egoístas otros, frustrados y poco convencidos de su destino terminan mostrándose al publico como lo que al final son todos: humanos. Humanos enfrentándose al que es posiblemente su mayor reto e intentando salir indemnes de ello.

LOS GIGANTES DORMIDOS no es una novela que va a cambiar tu vida, no te va a descubrir nada que no hayas visto o leído en otra parte, pero su conjunto general y sobre todo su manera de contártelo dan como resultado una propuesta curiosa, divertida y bastante recomendable. Un relato que no busca que nos comamos la cabeza, muy sencilla (sencilla, que no simple) y ágil de leer que invita a seguir de cerca la trayectoria de este autor hasta entonces desconocido y de esta saga, porque recordemos que estamos ante la primera parte de una trilogía.

domingo, 12 de febrero de 2017

Reseña: CIUDAD REVIENTACRÁNEOS de Jeremy Robert Johnson



Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

CIUDAD REVIENTACRÁNEOS de Jeremy Robert Johnson.

S. P. Doyle se ha pasado la vida en las oficinas de un banco, sentado en un cubículo desde el que se dedicaba a ejecutar las hipotecas de sus clientes más desfavorecidos, a borrar los rastros de las operaciones fraudulentas y a todo tipo de malas prácticas. Nada que el resto de sus compañeros o los empleados de otros bancos no hicieran a diario a cambio de un coche, una casa, un seguro médico y algún que otro aumento de vez en cuando. Pero se ha cansado de jugar a ese juego y tiene un plan para derrotar a ese corrupto sistema desde dentro. Tan solo necesita el empujón que le proporciona la hexadrina para mantenerse despierto y llevarlo a cabo. Pero después de descubrir algo monstruoso entre los archivos del banco y caer en una adicción más bestia de lo que quiere reconocer, se ve envuelto en una conspiración que va mucho más allá y que amenaza con destruir la vida sobre el planeta. Ahora le tocará sobrevivir a la pesadilla en la que se convierte la ciudad revientacráneos. Entre sus calles hipervigiladas por drones y cámaras de seguridad, no solo o perseguirán los sicarios del banco, sino que además se topará con unos extraños monstruos a los que les encanta comerse el cerebro de la gente. Por desgracia, solo tiene una baza para enfrentarse a ellos: su adicción. Por suerte, cuenta con una ayuda impagable para salvar al mundo: su tortuga Deckard.

Jeremy Robert Johnson, ganador del premio Wonderland por We Live Inside You y nominado al Bram Stoker por Siren Promised, lleva el bizarro un paso más allá con su novela más ambiciosa hasta la fecha. No en vano se ha granjeado los elogios de otros escritores como Chuck Palahniuk, Laird Barron o Brian Keene, y sus relatos lo llevaron a trabajar con The Mars Volta en su disco The Bedlam in Goliath.

No todo pueden ser ventajas en la vida de un lector empedernido. Alguien dijo una vez que quien mucho lee no es porque haya decidido no tener vida, sino que prefiere tenerlas a montones. Y es cierto, aunque con el tiempo lo que antes considerábamos una maravillosa e inolvidable aventura, ahora tal vez no sea más que una travesía, un paseo sin sobresaltos ni percances que apenas acarician nuestras emociones, y cuando lo hacen es de manera pasajera y fácilmente olvidable.
Y al final nos terminamos sintiendo como un Bastian que ha cogido "prestado" tantos libros de la tienda del señor Coriander que, como un yonki al que la dosis de rutina ya no le hace efecto, le pregunta al dueño entre temblores, susurrándole al oído y con gesto vigilante y paranoico, si puede echar un vistazo a la sección prohibida, al alijo reservado para momentos especiales donde nuevas y más intensas experiencias aguardan.

Entre todas las lecturas del año solemos encontrar de todo: libros malos, libros infames, buenos y muy buenos, y por norma general, al menos la que dicta el sentido común que nos recuerda que vivimos en un mundo en que no todo es tan maravilloso como parece, muy de vez en cuando encontramos obras que por un motivo u otro no podemos evitar considerar excepcionales.

Un síntoma este (el de la excepcionalidad) por desgracia poco contagioso, que se suele encontrar en casos cada vez más aislados y que muy rara vez acaba infectando a una editorial. Orciny Press sin embargo es de las que les gusta arriesgarse, y año tras año demuestra que los síntomas de esta extraña y embriagadora plaga no solo no remiten sino que su estabilidad amenaza con explotarnos en la cara. FANTASMA de Laura Lee Bahr fue la novela excepcional del 2015. No se quedaron ahí, y en el 2016 nos ofrecieron otra muestra igual de brillante de literatura bizarra con LA CASA DE ARENAS MOVEDIZAS de Carlton Mellick III, y antes de que acabara dicho año la gente de la editorial volvió a sacarse la chorra partiendo en dos la mesa en la que la apoyó presentándonos un nuevo capítulo de literatura extraña con CIUDAD REVIENTACRÁNEOS de Jeremy Robert Johnson.

Obviando el significado real del título de la novela, ésta expresa a la perfección la relación que el lector va a tener con la alocada imaginación de Johnson, agradeciendo que nuestro cerebro esté a buen recaudo protegido por hueso y tejido muscular para no salir volando o acabar chorreando por las orejas. Y es que tras degustar títulos como los anteriormente mencionados traídos a España por Orciny Press, está claro que el término bizarro hace que lo que podamos encontrar en las páginas de un libro considerado como tal no entiende de límites ni fronteras imaginativas. Podemos decir que CIUDAD REVIENTACRÁNEOS es terror, es novela negra, e ciencia ficción o comedia... y pese a mantener todo eso nos queda la sensación de que esas categorías apenas sirven para explicar lo que nos aguarda.
Si, ya se que estos comentarios suenan a frases hechas, tópicos promocionales del manual del buen reseñador, pero os aseguro que al meternos en la piel y mente de S. P. Doyle lo hacemos también en un universo tan peculiar como cambiante, donde los puntos no se unen con lineas rectas, sino con curvas, espirales y demás formas inimaginables. ¡Y encima es capaz de convencernos de que no se puede hacer de otra manera! Así que empecemos a hablar claro... ¿Qué es exactamente esta CIUDAD REVIENTACRÁNEOS?

Pues un viaje, un ir y venir de su protagonista en busca de la verdad en un mundo lleno de organizaciones secretas y sectas, de conspiraciones, drogas y violencia, de suposiciones y supersticiones, ¡Ah! y de criaturas que devoran cerebros humanos. Y una tortuga. Un homenaje a la generación del VHS que buscaba la inyección de adrenalina en su espectador antes que la aburrida dosis moderada de lógica y sentido común. Una lógica que Jeremy Robert Johnson crea a partir de un conjunto de ideas aparentemente aleatorias y lo hace de manera frenética, salvaje y en muchos casos letal para sus personajes.

Me viene a la cabeza la crítica (algo dura) que hice hace poco a una novela cuyo argumento o la suma de las partes que lo componían pretendía rendir homenaje a cierto espíritu cinematográfico con el fin de despertar nuestra nostalgia y rememorar esas películas que nos vieron crecer. Entonces no sabía exactamente qué era lo que había fallado para no acabar encantado con dicha lectura. Ahora, esta obra me ha dado la respuesta: La actitud.
Y es que si vas a escribir una historia que está a un paso de ser considerada una absoluta locura, desenfrenada y dispuesta a llevarse por delante cualquier muro que limite la imaginación, el escritor debería tener una actitud acorde a todo ello y reflejarse en todos los aspectos de la obra, incluido por supuesto, sus personajes.

Y su protagonista, S. P. Doyle cumple con el objetivo sobradamente, detalle por el que no hay que esperar mucho para darse cuenta. Mismamente el primer capítulo ha conseguido algo que no me había pasado casi nunca: Acabarlo y volver a leerlo. Hay tanta carga de información, tantas muestras de la actitud de Doyle, tan cargada de ironía, decisión y un humor negro que encuentra la carcajada sin siquiera proponérselo que el lector no es que sienta rápidamente empatía por él, sino que en el fondo quiere ser él. Confiado pero a la vez vulnerable, destinado a convertirse en un héroe sin capa que lucha por un propósito concreto, aun conociendo sus riesgos, y que se ve constantemente superado cuando las circunstancias se desmadran, pero pocas veces dado por vencido.

A través de una narración principalmente en primera persona, lo que acrecenta las sensaciones anteriormente mencionadas, descubrimos un relato donde la salida de un laberinto supone la entrada a uno nuevo, donde cada revelación nos costará una inundación de nuevas preguntas y, por supuesto, con una cubierta bizarra que hace que todo, absolutamente todo sea posible.

Si fuera necesaria una referencia o alguna comparativa, no sería descabellado mencionar a David Wong y su obra JOHN MUERE AL FINAL. Sus influencias son constantes a lo largo de la obra, pero no de la manera en la que podamos considerarlo copia e incluso plagio, sino teniéndolo en el punto de mira a la hora de afrontar algo tan actualmente cotidiano como el fin del mundo o la existencia de otros planos de existencia. Al igual que ésta, cada capítulo que compone CIUDAD REVIENTACRÁNEOS es una aventura donde lo inesperado es la norma, que juega con el estilo de narración, arriesgados planos de cámara y nos presenta personajes que, al igual que su protagonista, se sirven de sus múltiples y atractivas (a su modo) facetas para tenernos pasando páginas sin descanso, elucubrando, imaginando conclusiones que ni se acercarán a la verdad y sobre todo, ofreciéndonos una novela divertidísima, que se ríe del mundo real a la vez critica múltiples aspectos de la sociedad moderna, tales como el afán de éxito por cualquier medio y sacrificio o la falta de moral en los sistemas bancarios y laborales (de manera muy peculiar, eso si), pero manteniendo en todo momento cierto positivismo por encima del desastre, contagiando esa necesidad de no darse por vencido pese a que llegue el momento en que nada parece tener sentido.

No podemos olvidar el presente protagonismo de la violencia a lo largo de todo el relato, un constante conductor al que tarde o temprano los acontecimientos deben acudir para solucionarse, y lo harán de manera extrema, mostrando escenas bien surtidas de gore y casquería.

Caer en las garras de la literatura bizarra no ha sido, como pudiera llegar a pensar, algo difícil, que llevara su tiempo, más bien al contrario. Título tras título de esta peculiar vertiente literaria refuerza el gusto por este tipo de historias a la vez que suple esas necesidades artísticas que muchas veces echamos en falta pese a ser incapaces de reconocer de donde viene tal sensación. Jeremy Robert Johnson nos trae eso y mucho más, nos ofrece la máxima expresión de las hilarantes consecuencias que pueden acarrear un "A LA MIERDA, ¿POR QUÉ NO?

Haceos esa misma pregunta si tenéis la oportunidad de haceros con este título, puede que descubráis algo que ni siquiera sabíais que buscabais.

martes, 7 de febrero de 2017

Ganador sorteo de HISTORIAS DEL CAMINO de Mariela González.

Lo prometido es deuda, y tras las dos semanas que dimos de plazo para participar, ya tenemos al ganador del ejemplar que gracias a Kelonia Editorial podrá disfrutar de una de las mejores novelas de fantasía nacional de nuestro país.

Ante todo agradecer la amplia participación de la gente en nuestro concurso. Realmente deberían haber sido más, pero por más que reiteramos las normas y actualizamos con recordatorios, algunos no han cumplido todos los pasos y no hemos podido añadirles a la lista de participantes. Nos encantaría hacer más sorteos, poner a vuestra disposición más títulos para agradecer vuestra presencia, pero todo se andará, sed pacientes.

Y sin mas demora, procedemos a anuncia al ganador del sorteo:



Enhorabuena a Roberto Martín. En breve nos pondremos en contacto contigo para que nos digas donde enviamos tu premio o si prefieres donárnoslo para sacar algún beneficio cuando se revalorice. Y a los demás muchas gracias por participar, y no decaigáis, pronto habrá nuevos sorteos o concursos. 

¡MUCHAS GRACIAS!


miércoles, 1 de febrero de 2017

Reseña: ESTADOS UNIDOS DE JAPÓN de Peter Tieryas.



Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

ESTADOS UNIDOS DE JAPÓN de Peter Tieryas.

Hace unas décadas, Japón ganó la Segunda Guerra Mundial. Los estadounidenses adoran a su infalible emperador y nadie cree que la conducta de Japón en la contienda no fuera ejemplar. Nadie excepto los George Washingtons, una facción proestadounidense que intenta recuperar la gloria de los viejos Estados Unidos. Su última táctica subversiva es distribuir un videojuego ilegal que pide a los jugadores que imaginen cómo sería el mundo si Estados Unidos hubiera ganado la guerra.

El capitán Beniko Ishimura, censor de videojuegos, se dedica a captar posibles traidores, cuando un día recibe una misteriosa llamada del general Mutsuraga, al que sirvió hace muchos años, y su vida se convierte en una montaña rusa que le llevará a conocer a Akiko Tsukino, una oficial de la policía de Tokio que intenta descubrir la relación de Ishimura con el videojuego United States of America, que algunos insurgentes están usando para avivar el nacionalismo estadounidense. Los orígenes del videojuego subversivo son aún más polémicos y peligrosos de los que nadie sospecha.

Lo mío con el país del sol naciente es una relación de amor y odio. Japón ha sido desde mi más tierna infancia una referencia constante en mi educación cultural. El manga, el anime, el cine nipón e incluso la música oriental y los videojuegos me han dejado unas raíces muy profundas, algo por otro lado normal si tenemos en cuenta que yo era un chaval que pasaba más horas dedicándolas a la televisión y a la consola que a los estudios. No niego que series como Dragon Ball, Galaxy Espress 999 o Urotsukidoji (Ejem...) y videojuegos como Metroid, Castlevania o Ranger X entre muchos otros han supuesto un detonante para que la ciencia ficción y la fantasía sean algunos de los géneros literarios que más consumo en la actualidad.
Pero todo lo bueno tiene su lado oscuro. Viví una época en la que el termino Otaku en España representaba a la perfección su verdadero significado. En aquel entonces eramos bichos raros, con gustos y aficiones poco comunes que en nuestro país aun asomaban apenas la patita con cierto miedo. En la actualidad lo que significa ser un otaku se ha desvirtuado y nuestros padres han terminado cambiando el "Ya estas viendo los dibujos chinos esos" por " Ya te estas disfrazando como un chino de esos".
En el producto principal también se nota esto. el nuevo anime de estreno no deja de ser una copia de una copia de otra serie y del cine de terror mejor no hablemos, al menos del abuso de recursos que terminan en estructuras casi calcadas unas de otras.
Al final, el entretenimiento nipón de nuestros días parece creado exclusivamente para su consumo indiscriminado en forma de merchandising y demás contenido, ofreciendo tramas simples plagadas de relleno, listo para ser degustado por mentes simples (Hay excepciones, lo aclaro antes de que las comunidades otakus empiecen a encender antorchas y afilar guadañas) de chavales que, antes de empezar a salirles pelo en sus partes ya están imaginándose de mayores, viviendo en Japón y disfrutando del paraíso donde todo es luces, colores, rayos láser por las orejas, chicas vestidas de colegialas y pulpos adictos al porno.

A estos mismos chavales me gustaría verlos en el imperio en que Peter Tieryas ha convertido su adorado cielo friki en ESTADOS UNIDOS DE JAPÓN.

Que la editorial Nova es una maestra creando hype (no siempre justificado en el resultado final) no es nada nuevo para nosotros, y la obra de este escritor asiático americano no podía quedarse corta a la hora de anunciarse como uno de los mayores trallazos del año dentro de la ciencia ficción. Aunque la verdad, conmigo no hace falta que se esfuercen cuando me ofrecen una novela que mezcla videojuegos, mechas, y futuros alternativos. ¿Y que he encontrado? Pues una novela cuyas expectativas no estaban infundadas pero a la que le falta un larguísimo trecho para convertirse en ese clásico instantáneo e irrepetible del que algunos hablan ya.

ESTADOS UNIDOS DE JAPÓN es una historia que moldea la realidad de nuestra actualidad e imagina un presente en el que Japón, declarándose ganadora de la segunda guerra mundial extiende un imperio de libertad y poderío en America, fundando los cimientos de un nuevo mundo. Un mundo con el que, como es obvio, no todos estarán de acuerdo y ya se sabe que los americanos no tienen muy buen perder. Un escenario este de lo más atractivo y que ha llevado a la obra a ser apodada como la secuela espiritual de EL HOMBRE EN EL CASTILLO de Philip K. Dick. Vamos, que nada podría fallar, ¿Verdad?... Pues por desgracia sí que falla en algo importante.

Los que me conocéis estaréis hartos de oírme decir que una de las cosas que más valoro en una novela son los personajes, pero no es lo único en lo que fijo mi atención. El nexo entre la trama principal y el trasfondo en la que esta ocurre es también un  factor definitorio a la hora de valorar una obra, y la novela de Peter Tieryas tropieza con esta piedra y cae rodando por un precipicio plagado de salientes afilados y hiedras venenosas. Así, para definir el conjunto que compone ESTADOS UNIDOS DE JAPÓN podría retomar lo dicho en la reseña de LUNA de Ian Mcdonald (Otro supuesto bombazo destinado a hacer historia y que al final no ocupó ni un renglón) porque la conclusión a la que he llegado es la misma. Hablando en plata, estamos ante una historia de mierda con una ambientación cojonuda.

Nos trasladamos a una actualidad (aunque la novela realmente ambienta casi todo su contenido a finales de los años ochenta) en la que Japón se ha convertido en la mayor potencia del mundo mundial, y en apariencia la única. Una supremacía de la que se han beneficiado factores como la tecnología, altamente avanzada, que no descabellada, lo que Tieryas usa como baza para aportar realismo y dar más credibilidad a su mundo. Las clases sociales, por otro lado, también sufren algún tipo de cambio, siendo este un gobierno altamente militante, la línea que separa las clases altas de las bajas se ensancha, y los ricos parecen vivir en un sueño donde la libertad alcanza cotas casi grotescas, ignorando incluso cualquier tipo de valor moral y ético. Una libertad solo aparente. Una fe posicionada por el endiosamiento de su emperador y la búsqueda y eliminación de cualquier elemento que amenace la estabilidad de los Estados Unidos de Japón, hacen que reine una censura inquisitorial que alcanza incluso al pensamiento y creando lo que para uno es un paraíso, para otro es el peor de los infiernos. Todo esto conforma un cuadro que critica la tiranía y la opresión de los poderosos, así como el extremismo religioso y el amordazamiento del pueblo convirtiendo sus vidas en pura servidumbre, alineados por el entretenimiento que producen los juegos portátiles y el culto a una historia que pocos cuestionan... por su bien.

Tristeza, impotencia y sobre todo rabia son sentimientos que el autor consigue arrancarnos de cuajo por medio de relatos y situaciones desgarradoras que ningunean la vida y el recuerdo, no escatimando en el uso de imágenes desagradables y grotescas en un festival de gore y sangre derramada para presentarnos personajes atípicos, crueles y egoístas, pervertidos y deformados por las manos del imperio nipón para su total vida dedicada al servicio. ¡Ah! no estoy hablando de los villanos, sino de los héroes de la historia.

Todo esto sumado a un apartado artístico que bebe directamente del cyberpunk de Masamune Shirow (Ghost In The Shell), Katsuhiro Otomo (Akira) o el mismo Philip K. Dick (Blade Runner), grácilmente retratado y descrito, convierte a ESTADOS UNIDOS DE JAPÓN en una experiencia sensorial y visual casi inolvidable.



Y es que de eso trata la novela, de buscar una excusa o un hueco libre para llenártelo de nuevos detalles que describen el trasfondo en que se mueve una trama protagonizada por Ben Ishimura bastante simplona. Una historia sobre lealtad, traición, de búsqueda de la verdad a través de un viaje lleno de pruebas... y también lleno de clichés, tópicos y escenas recicladas hasta la saciedad. Eso sin hablar del abuso del Deux ex machina, un recurso por el que el mismo autor se disculpa por su descaro en cierto momento de la historia.
Su argumento nos deja fríos, incluso los momentos donde deberíamos sorprendernos por el giro de los acontecimientos apenas consigue hacernos parpadear. No por la previsibilidad, sino por desinterés. Y bueno... si llegamos a un punto en que el destino de los protagonistas nos importa poco o nada, es que algo no funciona del todo bien.

Lo que si me ha sorprendido es la abundancia de acción en la novela. No quiero decir que ESTADOS UNIDOS DE JAPÓN sea un desenfreno de fuego y muerte y dosis descontroladas de adrenalina, pero en comparación con las nuevas vertientes de ciencia ficción que tienen más paja que un culebrón venezolano, pues en ciertos momentos es de agradecer. Persecuciones, tiroteos, batallas de robots gigantes (Muchas menos de las que pueda esperar alguien que se guíe demasiado por las portadas, pero presentes) terminan viéndose más como homenajes al mundo de la ficción japonesa que como elementos esenciales en la historia.
Una acción que por cierto es trasladada también a los videojuegos, un formato esencial aquí, usado en este caso con un fin más dirigido al entretenimiento, distracción y lo propagandístico que a objetivos científicos y conceptuales como ocurre en novelas como EL PROBLEMA DE LOS TRES CUERPOS de Cixin Liu. Y más creíble, por cierto.

ESTADOS UNIDOS DE JAPÓN no es una novela de ciencia ficción hard, sino ucrónica y hasta cierto punto especulativa. No es nada difícil seguir el transcurso de los acontecimientos gracias a la narrativa sencilla y efectiva de Peter Tieryas, que sabe cuando ser directo y cuando regodearse en el momento. Ventajas todas estas que lo convierten en un libro disfrutable tanto para amantes del género como para fans del anime más futurista. Me atrevería a aventurar incluso que muchos que adquieran la novela "engañados" por la ilustración de la portada descubrirán en el trabajo conceptual de Tieryas algo mucho más intenso y profundo que 200 toneladas de acero dándose mamporros. Igual abren los ojos a un presente y/o futuro fictício pero que cada día acorta más sus pasos con la realidad.

Un excelente trabajo de ambientación y puesta en escena que, por desgracia no ha sido explotado como merecía, ofreciendo al lector una aventura insustancial y simple que en lugar de ayudarse de los medios que él mismo va creando, parece emperrado en ponerse en medio de la imagen en los momentos que la disfrutamos y volver incesantemente por mucho que le pidamos que se aparte.


Pero oye, al menos Nova no ha incluido a ninguna "celebridad" elogiando la obra en su faja con textos tipo:

 Esta novela mola un montón porque las cosas explotan y la gente muere como hormigas en un incendio.

Michael Bay