Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:
DE MADRID AL ZIELO 3: RESISTENCIA de Alfonso Zamora Llorente.
Cuando todo comenzó apenas había información. La ciudad respiraba un aire de tranquilidad, solo rota por las dudosas noticias que llegaban desde Alemania. Nadie reparó en ellas. Una apacible tarde de compras en el centro comercial La Gavia, en el barrio madrileño de Vallecas, se convertirá en la peor de las pesadillas, donde una vez más, el ser humano demostrará hasta dónde puede llegar para sobrevivir. Tres grupos diferentes. Tres formas de actuar. Un solo destino. Tras el éxito internacional de la saga De Madrid al Zielo, llega el tercer libro donde narra cómo fueron los inicios de este Apocalipsis Zombi ambientado en Madrid.
¿En qué bando estarás?
Más de un año ha pasado ya desde que en Mayo del 2016 un servidor firmaba el siguiente párrafo en el presente blog:
"Lo que nuevamente quería que fuera un elixir que devolviera a vida a un género ha terminado siendo una paletada de tierra más que cubra su tumba".
En este caso en concreto me estaba refiriendo a la novela SOLOS de Álvaro Fuentes, la cual se terminaría convirtiendo en un perfecto modelo para ejemplificar la progresiva decadencia e inevitable caída de la literatura Z en nuestro país. Fueron muchos los autores en todo el mundo que aprovecharon el tirón que la figura del muerto viviente estaba teniendo gracias a autores internacionales como Max Brooks (GUERRA MUNDIAL Z, GUÍA DE SUPERVIVENCIA ZOMBI) o, representando a nuestro país, Manel Loureiro (APOCALIPSIS Z), y algunos expusieron ideas realmente llamativas que exploraban limites inimaginables entonces, experimentando con ello, demostrando que la figura del zombi puede ser mucho más que un cuerpo resucitado ávido de cerebros frescos. Lo malo es que a esta moda (llamemos a las cosas por su nombre) también se apuntaron un buen número de "visionarios" que vieron en éste género un recurso fácil para construir sus historias sin sobrecalentar demasiado su imaginación.
Y por supuesto, también estaban aquellos que creían que repetir la misma formula de las historias de supervivencia una, y otra y otra vez era lo que todos los lectores queríamos, Y así emergió de las profundidades de la desidia y el desánimo una oleada de novelas "Que estaban bien si era tu primera vez, pero que si ya venías curtido podrían resultar repetitivas, cuando no tediosas".
DE MADRID AL ZIELO, novela escrita por Alfonso Zamora tuvo como mayor inconveniente el haber aparecido demasiado tarde, cuando las novelas de zombis ya se contaban en nuestra tierra con cifras de tres dígitos y ya estábamos curados de espanto. Una historia más de un grupo selecto de personas que, sin comerlo ni beberlo se topan con el fin del mundo. Una colección de carreras a ninguna parte perseguidos constantemente por cuerpos putrefactos ansiosos de morderles el culo... y un giro argumental que a algunos entusiasmó y a otros nos sentó como una patada en los cojones con una bota de trabajo. Dicho giro acabó reforzándose y ganando protagonismo en la que sería su secuela, DE MADRID AL ZIELO 2: ÚLTIMA BATALLA para regocijo de algunos y desesperación de otros. Una narrativa sencilla que no buscaba destacar por sus recursos literarios ni su originalidad y el saber jugar con escenarios conocidos convirtieron a ésta en una saga ideal para principiantes e inexpertos en el género, pero también en una serie de títulos fácilmente prescindibles para los que buscábamos algo más que un refrito de las secuencias de siempre.
Ha pasado ya un año como dije, desde que la línea Z de la editorial Dolmen sacara su último título al mercado, quién sabe si siguiendo las recomendaciones de muchos de dar al género un respiro, un tiempo de meditación en el que sintieran ese momento zen y reflexionar si no sería mejor dar prioridad a la calidad de los manuscritos en lugar de saciar esa necesidad de cubrir un cupo de lanzamientos mensuales... La cuestión es que cuando todos creíamos que el viento se había levado los últimos resquicios de esta moda pasajera de turno, Dolmen va y retoma con fuerza una colección de libros que ya alcanzaba los más de 60 títulos con tres más, entre ellos un spin off que Alfonso Zamora se ha sacado de la manga para resucitar su famosa saga.
Lo primero que debería decir de DE MADRID AL ZIELO 3: RESISTENCIA es que el número que precede al título sobraba, ya que no estamos ante una continuación, ni siquiera una precuela. Aquí se narran hechos que suceden al mismo tiempo que los acontecimientos de las anteriores entregas, funcionando de complemento casi innecesario en la trama principal, exprimiendo al máximo los momentos más simbólicos del paso de los zombis por el mundo del cine de manos de George A. Romero, creando una nueva aventura con retazos de momentos que no tienen nada de nuevo.
Pongámonos en situación: Un grupo de personas queda encerrado en un centro comercial en pleno desalojo ante los primeros casos evidentes de un brote infeccioso que convierte a los afectados en muertos vivientes con unas ganas de parranda que se desmigajan. Pues bien, en este breve resumen tenemos dos conceptos clave: Centro comercial. Zombis. Y como todos dais por hecho lo que voy a decir, hasta aquí llega mi reseña de hoy.
Bueno vale, me explicaré.
Vista la premisa principal seguro que muchos han pensado lo mismo: "Más le vale al autor hacer un trabajo excepcional si quiere destacar y hacer una historia mínimamente original". Si, lo habéis pensado todos... todos menos el autor de la novela.
Resulta evidente sin siquiera comenzar a leer la novela que Alfonso va a tener en mente uno de los más famosos ejemplos cinematográficos de la cultura zombi, el largometraje de 1978 dirigido por Romero y su fabulosos remake del 2004 de manos de Zack Snyder, El Amanecer de los Muertos. Un clásico del género que pronto se convertiría en uno de los recursos más repetidos y versioneados en todas las franquicias donde pueda entrar un zombi, incluido por supuesto el panorama literario. Y es que no hay nada que facilite la vida de un superviviente que situarle directamente dentro del cofre del tesoro en lugar de obligarles primero a encontrarlo. No obstante, una cosa no quita la otra, y el hecho de tener suministros casi ilimitados no hace que las personas que se beneficien de ello estén libres de peligro, un peligro que no siempre viene de la mano de los muertos vivientes, lo que obedece una de las normas no escritas del manual del narrador de novelas Z: "Enfrentar a los héroes a una horda de zombis tras otra termina siendo aburrido, mejor hagamos que se zurren entre ellos".
Por desgracia, DMAZ3: RESISTENCIA no solo usa el clásico de 1978 como inspiración, sino que prácticamente lo adapta a la literatura. Vale que Alfonso se esfuerza en crear únicas y peculiares vidas entre los habitantes del refugio, en hacer que evoluciones y se adapten a las necesidades, y el guión con ellos, pero eso no quita que algunos momentos y secuencias estén casi calcados del citado largometraje y derivados. ¡Coño, si ni falta el grupito de moteros dirigido por una especie de Tom Savini al que le han robado el carisma!.
Puede que sí existan un par de bazas que en apariencia apuesten por la buscada originalidad, pero que no dejan de quedarse a medio camino de su intención. Uno es el uso de personas reales para dramatizar la novela y servir de carnaza para los monstruos a los que se enfrentan, pero seguro que recordaréis que hace algún tiempo uno de los capítulos de la innecesariamente larga saga APOCALIPSIS ISLAND ya puso a sorteo a sus protagonistas dando la oportunidad a quien se prestara de protagonizar un asedio zombi que transcurría (¡Sorpresa!) en un centro comercial. Aunque en este caso concreto a favor de Alfonso debo decir que en DMAZ3: RESISTENCIA no se flipan demasiado, no hay exposiciones de armas adecuadamente casuales en el establecimiento, ni ningún experto en combate con armas de fuego comprando san jacobos como ocurría en la novela de Vicente García.
El hecho de que la acción también se sitúe en principio en tres puntos distintos podría haber supuesto un buen punto a favor del desarrollo... hasta que uno recuerda cierta novela ambientada en un futuro apocalíptico titulada LA CIUDAD SILENCIOSA, escrita por Jose Luís Caballero (que por cierto complementaba a la película Los Últimos Días de Álex Pastor) donde ocurría algo muy similar y ¿Adivináis en qué tipo de edificio transcurre la historia? Pues eso.
Pero dejando de lado esa recurrente defensa que asegura que hoy en día está todo escrito y que es muy difícil ser original, sinceramente me jode. Me jode porque por muchas historias nuevas que se publican siguen quedando aún muy buenas ideas esperando en el tintero de la imaginación, ideas que en vez de ser aprovechadas terminan descartándose a favor de lo fácil, lo conocido, lo de siempre. Incluso en esta novela existen un par de momentos en los que el autor podría haber dado la vuelta a la tortilla, sorprendiéndonos a todos con un cambio de dirección inesperado, demoledor y sobre todo necesario. Pero a cambio éste opta por seguir el camino indicado por las señales de la ruta segura, ignorando pasajes, más arriesgados si, pero también más vistosos e interesantes. ¿Y sabéis quién creo que tiene la culpa de que Alfonso Zamora no tomo ese camino oculto con montones de sorpresas y puede que también recompensas aguardando? Sus propios personajes.
Alfonso acaba cortándose las alas a sí mismo arrebatando a principales y secundarios una profundidad expansible, un trasfondo individual que pudiera enriquecer la trama general. Los protagonistas de DMAZ3: RESISTENCIA aunque tengan rasgos que los definan y los diferencien de un ladrillo son demasiado planos y previsibles. En cuanto los conoces sabes de quién se va a apiadar el autor y quien va a morir de manera miserable o heroica, abusando en estos casos de bondad y compasión (en serio, se sobreexceden las lagrimas solitarias que caen sobre el regazo del cuerpo aún caliente del amigo, amante, etc). Los buenos son muy buenos, muy moralistas, pero con cierta memoria selectiva, porque si bien no se reprimen en llorar ríos por gente que ha conocido hace dos días, luego parece que no se acuerdan de los familiares y amigos que han quedado fuera, a merced de la muerte.
Y los malos... bueno, son muy chungos, muy crueles, pero es que da pereza odiarles, porque les falta motivación, razón de ser. Es decir, vemos sus actos, sabemos que son crueles, sádicos y egoístas hasta con los suyos, pero lo sabemos por lo que hacen, no por lo que les ha llevado a ser así, no hay un trasfondo que invite a comprenderles, unos antecedentes que definan su psicopatía. Son villanos que están ahí porque tienen que estar ahí, porque el guión así lo exige.
Pese a todo, tengo que admitir que me lo he pasado bastante bien leyendo DMAZ3: RESISTENCIA, porque si nos centramos en la cuestión principal, si, Alfonso sabe hacer que nos mantengamos entretenidos con buenas dosis de acción y giros argumentales que, pese a lo previsibles de unos y lo adecuadamente oportunistas de otros, la cosa en conjunto funciona bastante bien. Además, el escritor ha mejorado en varios aspectos con respecto a las anteriores entregas, son muchas menos cosas las que deja al azar, su estilo narrativo sigue siendo sencillo y directo y los diálogos creíbles (aunque se abusa de la repetición de los nombres en las interacciones, como si a los protagonistas les costara recordar con quién están hablando), y la historia, en su suma de las partes consigue sostenerse si no eres un puto tiquismiquis que le busca las vueltas a todo como yo, porque me cabrearon mucho esos extraños saltos temporales que suprimen situaciones que creo que deberían haberse explicado más en profundidad, como si existieran escenas eliminadas o al autor de repente le metieran prisa para acabar la novela y se saltara fragmentos que a muchos nos hubiera interesado leer.
Y aunque toca un poco más lo personal, el hecho de que la historia se desarrolle en el centro comercial La Gavia no hace sino suponerme un aliciente más, ya que es un lugar que conozco bien y porque las muchas referencias que se mencionan ayudan en cierto modo a la credibilidad, creando imágenes con las que no hace falta imaginar, solo recordar.
DMAZ3: RESISTENCIA se mantiene en sus trece, siendo una obra recomendada únicamente para aquellos no acostumbrados o que hayan profundizado poco en la literatura Z. Un trabajo que demuestra una vez más que a su autor se le da bien exteriorizar emociones, pero donde tampoco pasa desapercibido cierto miedo al riesgo, a dar ese paso que convierta a sus personajes en algo más que meros y prescindibles peones en un tablero de ajedrez. Yo nunca he llorado o sentido lástima cuando en una partida alguien me comía un peón. Cuando un zombi devoraba a un miembro de esta peculiar resistencia tampoco.
Y por supuesto, también estaban aquellos que creían que repetir la misma formula de las historias de supervivencia una, y otra y otra vez era lo que todos los lectores queríamos, Y así emergió de las profundidades de la desidia y el desánimo una oleada de novelas "Que estaban bien si era tu primera vez, pero que si ya venías curtido podrían resultar repetitivas, cuando no tediosas".
DE MADRID AL ZIELO, novela escrita por Alfonso Zamora tuvo como mayor inconveniente el haber aparecido demasiado tarde, cuando las novelas de zombis ya se contaban en nuestra tierra con cifras de tres dígitos y ya estábamos curados de espanto. Una historia más de un grupo selecto de personas que, sin comerlo ni beberlo se topan con el fin del mundo. Una colección de carreras a ninguna parte perseguidos constantemente por cuerpos putrefactos ansiosos de morderles el culo... y un giro argumental que a algunos entusiasmó y a otros nos sentó como una patada en los cojones con una bota de trabajo. Dicho giro acabó reforzándose y ganando protagonismo en la que sería su secuela, DE MADRID AL ZIELO 2: ÚLTIMA BATALLA para regocijo de algunos y desesperación de otros. Una narrativa sencilla que no buscaba destacar por sus recursos literarios ni su originalidad y el saber jugar con escenarios conocidos convirtieron a ésta en una saga ideal para principiantes e inexpertos en el género, pero también en una serie de títulos fácilmente prescindibles para los que buscábamos algo más que un refrito de las secuencias de siempre.
Ha pasado ya un año como dije, desde que la línea Z de la editorial Dolmen sacara su último título al mercado, quién sabe si siguiendo las recomendaciones de muchos de dar al género un respiro, un tiempo de meditación en el que sintieran ese momento zen y reflexionar si no sería mejor dar prioridad a la calidad de los manuscritos en lugar de saciar esa necesidad de cubrir un cupo de lanzamientos mensuales... La cuestión es que cuando todos creíamos que el viento se había levado los últimos resquicios de esta moda pasajera de turno, Dolmen va y retoma con fuerza una colección de libros que ya alcanzaba los más de 60 títulos con tres más, entre ellos un spin off que Alfonso Zamora se ha sacado de la manga para resucitar su famosa saga.
Lo primero que debería decir de DE MADRID AL ZIELO 3: RESISTENCIA es que el número que precede al título sobraba, ya que no estamos ante una continuación, ni siquiera una precuela. Aquí se narran hechos que suceden al mismo tiempo que los acontecimientos de las anteriores entregas, funcionando de complemento casi innecesario en la trama principal, exprimiendo al máximo los momentos más simbólicos del paso de los zombis por el mundo del cine de manos de George A. Romero, creando una nueva aventura con retazos de momentos que no tienen nada de nuevo.
Pongámonos en situación: Un grupo de personas queda encerrado en un centro comercial en pleno desalojo ante los primeros casos evidentes de un brote infeccioso que convierte a los afectados en muertos vivientes con unas ganas de parranda que se desmigajan. Pues bien, en este breve resumen tenemos dos conceptos clave: Centro comercial. Zombis. Y como todos dais por hecho lo que voy a decir, hasta aquí llega mi reseña de hoy.
Bueno vale, me explicaré.
Vista la premisa principal seguro que muchos han pensado lo mismo: "Más le vale al autor hacer un trabajo excepcional si quiere destacar y hacer una historia mínimamente original". Si, lo habéis pensado todos... todos menos el autor de la novela.
Resulta evidente sin siquiera comenzar a leer la novela que Alfonso va a tener en mente uno de los más famosos ejemplos cinematográficos de la cultura zombi, el largometraje de 1978 dirigido por Romero y su fabulosos remake del 2004 de manos de Zack Snyder, El Amanecer de los Muertos. Un clásico del género que pronto se convertiría en uno de los recursos más repetidos y versioneados en todas las franquicias donde pueda entrar un zombi, incluido por supuesto el panorama literario. Y es que no hay nada que facilite la vida de un superviviente que situarle directamente dentro del cofre del tesoro en lugar de obligarles primero a encontrarlo. No obstante, una cosa no quita la otra, y el hecho de tener suministros casi ilimitados no hace que las personas que se beneficien de ello estén libres de peligro, un peligro que no siempre viene de la mano de los muertos vivientes, lo que obedece una de las normas no escritas del manual del narrador de novelas Z: "Enfrentar a los héroes a una horda de zombis tras otra termina siendo aburrido, mejor hagamos que se zurren entre ellos".
Por desgracia, DMAZ3: RESISTENCIA no solo usa el clásico de 1978 como inspiración, sino que prácticamente lo adapta a la literatura. Vale que Alfonso se esfuerza en crear únicas y peculiares vidas entre los habitantes del refugio, en hacer que evoluciones y se adapten a las necesidades, y el guión con ellos, pero eso no quita que algunos momentos y secuencias estén casi calcados del citado largometraje y derivados. ¡Coño, si ni falta el grupito de moteros dirigido por una especie de Tom Savini al que le han robado el carisma!.
Puede que sí existan un par de bazas que en apariencia apuesten por la buscada originalidad, pero que no dejan de quedarse a medio camino de su intención. Uno es el uso de personas reales para dramatizar la novela y servir de carnaza para los monstruos a los que se enfrentan, pero seguro que recordaréis que hace algún tiempo uno de los capítulos de la innecesariamente larga saga APOCALIPSIS ISLAND ya puso a sorteo a sus protagonistas dando la oportunidad a quien se prestara de protagonizar un asedio zombi que transcurría (¡Sorpresa!) en un centro comercial. Aunque en este caso concreto a favor de Alfonso debo decir que en DMAZ3: RESISTENCIA no se flipan demasiado, no hay exposiciones de armas adecuadamente casuales en el establecimiento, ni ningún experto en combate con armas de fuego comprando san jacobos como ocurría en la novela de Vicente García.
El hecho de que la acción también se sitúe en principio en tres puntos distintos podría haber supuesto un buen punto a favor del desarrollo... hasta que uno recuerda cierta novela ambientada en un futuro apocalíptico titulada LA CIUDAD SILENCIOSA, escrita por Jose Luís Caballero (que por cierto complementaba a la película Los Últimos Días de Álex Pastor) donde ocurría algo muy similar y ¿Adivináis en qué tipo de edificio transcurre la historia? Pues eso.
Pero dejando de lado esa recurrente defensa que asegura que hoy en día está todo escrito y que es muy difícil ser original, sinceramente me jode. Me jode porque por muchas historias nuevas que se publican siguen quedando aún muy buenas ideas esperando en el tintero de la imaginación, ideas que en vez de ser aprovechadas terminan descartándose a favor de lo fácil, lo conocido, lo de siempre. Incluso en esta novela existen un par de momentos en los que el autor podría haber dado la vuelta a la tortilla, sorprendiéndonos a todos con un cambio de dirección inesperado, demoledor y sobre todo necesario. Pero a cambio éste opta por seguir el camino indicado por las señales de la ruta segura, ignorando pasajes, más arriesgados si, pero también más vistosos e interesantes. ¿Y sabéis quién creo que tiene la culpa de que Alfonso Zamora no tomo ese camino oculto con montones de sorpresas y puede que también recompensas aguardando? Sus propios personajes.
Alfonso acaba cortándose las alas a sí mismo arrebatando a principales y secundarios una profundidad expansible, un trasfondo individual que pudiera enriquecer la trama general. Los protagonistas de DMAZ3: RESISTENCIA aunque tengan rasgos que los definan y los diferencien de un ladrillo son demasiado planos y previsibles. En cuanto los conoces sabes de quién se va a apiadar el autor y quien va a morir de manera miserable o heroica, abusando en estos casos de bondad y compasión (en serio, se sobreexceden las lagrimas solitarias que caen sobre el regazo del cuerpo aún caliente del amigo, amante, etc). Los buenos son muy buenos, muy moralistas, pero con cierta memoria selectiva, porque si bien no se reprimen en llorar ríos por gente que ha conocido hace dos días, luego parece que no se acuerdan de los familiares y amigos que han quedado fuera, a merced de la muerte.
Y los malos... bueno, son muy chungos, muy crueles, pero es que da pereza odiarles, porque les falta motivación, razón de ser. Es decir, vemos sus actos, sabemos que son crueles, sádicos y egoístas hasta con los suyos, pero lo sabemos por lo que hacen, no por lo que les ha llevado a ser así, no hay un trasfondo que invite a comprenderles, unos antecedentes que definan su psicopatía. Son villanos que están ahí porque tienen que estar ahí, porque el guión así lo exige.
Pese a todo, tengo que admitir que me lo he pasado bastante bien leyendo DMAZ3: RESISTENCIA, porque si nos centramos en la cuestión principal, si, Alfonso sabe hacer que nos mantengamos entretenidos con buenas dosis de acción y giros argumentales que, pese a lo previsibles de unos y lo adecuadamente oportunistas de otros, la cosa en conjunto funciona bastante bien. Además, el escritor ha mejorado en varios aspectos con respecto a las anteriores entregas, son muchas menos cosas las que deja al azar, su estilo narrativo sigue siendo sencillo y directo y los diálogos creíbles (aunque se abusa de la repetición de los nombres en las interacciones, como si a los protagonistas les costara recordar con quién están hablando), y la historia, en su suma de las partes consigue sostenerse si no eres un puto tiquismiquis que le busca las vueltas a todo como yo, porque me cabrearon mucho esos extraños saltos temporales que suprimen situaciones que creo que deberían haberse explicado más en profundidad, como si existieran escenas eliminadas o al autor de repente le metieran prisa para acabar la novela y se saltara fragmentos que a muchos nos hubiera interesado leer.
Y aunque toca un poco más lo personal, el hecho de que la historia se desarrolle en el centro comercial La Gavia no hace sino suponerme un aliciente más, ya que es un lugar que conozco bien y porque las muchas referencias que se mencionan ayudan en cierto modo a la credibilidad, creando imágenes con las que no hace falta imaginar, solo recordar.
DMAZ3: RESISTENCIA se mantiene en sus trece, siendo una obra recomendada únicamente para aquellos no acostumbrados o que hayan profundizado poco en la literatura Z. Un trabajo que demuestra una vez más que a su autor se le da bien exteriorizar emociones, pero donde tampoco pasa desapercibido cierto miedo al riesgo, a dar ese paso que convierta a sus personajes en algo más que meros y prescindibles peones en un tablero de ajedrez. Yo nunca he llorado o sentido lástima cuando en una partida alguien me comía un peón. Cuando un zombi devoraba a un miembro de esta peculiar resistencia tampoco.
Muchísimas gracias por la reseña. Tomo buena nota de los consejos.
ResponderEliminarDe nuevo gracias por tu tiempo.
¡Hola! No he leído nada del autor y aunque que llaman mucho más la atención las novelas ambientadas en esta parte del mundo ( que es en la que vivo y en la que puedo conocer algun lugar de los que se citan ), coincido contigo en que a este género le falta más atrevimiento, si es verdad que hay autores/as que lo están consiguiendo. De todas formas escribir y enganchar no es tan fácil para el autor como no lo es para el lector leer y conectar con los personajes. De todas formas me ha encantado tu reseña, el giro que le das.
ResponderEliminarSaludos.