martes, 5 de julio de 2016

Reseña: HORROR VACUI de Javier Castañeda de la Torre.



Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

HORROR VACUI de Javier Castañeda de la Torre.

Jack Miller recibe el encargo de resolver un extraño caso de asesinato en el que están involucrados políticos y multinacionales.

Conforme avanza la investigación, se da cuenta de que los nanobots que circulan por su sangre están modificando todo lo que percibe y siente, hasta hacerle dudar de su propia cordura.

Un intenso thiller que plantea cómo sería la sociedad si un ordenador central controlara todas nuestras emociones a través de unos nanobots que regulan los neurotrasmisores de nuestro cerebro.

Una reflexión filosófica sobre el libre albedrío y sus consecuencias.

Vivimos en lo que muchos denominan la era de la información y la comunicación. Una época de grandes avances tecnológicos que buscan tanto la comodidad como la seguridad del ser humano.
Resulta sorprendente, y por qué negarlo, bastante escalofriante cómo han avanzado campos como la informática, la robótica o los medios de comunicación en apenas dos décadas. Hoy en día es de uso cotidiano objetos, elementos e ideas que no hace mucho tiempo pertenecían al mundo de la magia y la ciencia ficción, avances que hacen que el hombre crezca y evolucione, convirtiéndole en lo más cercano que ha estado nunca de un dios... o el más perfecto de los esclavos, porque, ¿Cuál es el límite de este avance tecnológico? ¿El punto en que la carne y la máquina se confunden y crean un todo, no solo físico, sino intelectual, que nos convierta en autómatas de pensamiento predefinido en un mundo donde las ideas propias no pasan de ser algo que roza lo peligroso y por lo tanto lo ilegal?

Teléfonos móviles, tabletas electrónicas, ordenadores, y dispositivos que por su naturaleza no tendría ningún sentido que pudieran conectarse a la red. Todo ello ha convertido a la sociedad en la que vivimos en un terreno donde pasta un animal con un grave caso de dependencia (No me voy a parar a hablar de la nomofobia o adicción al móvil, un mal cada vez más común y peligroso) y donde la llamada de atención, la necesidad de que todo lo que hagamos, decimos y deseemos necesite viralizarse en la vida personal y pública del sujeto. Dicen que las redes sociales, los distintos perfiles a los que tenemos acceso, y demás aplicaciones que existen , se actualizan y renuevan día a día están ahí para comunicarnos entre nosotros, para hacernos la vida más fácil y convertir nuestra rutinaria aventura en una nueva y excitante experiencia...

... Pero también se habla de la idea que opina que, cuanto más comunicados estemos en la basta red de las comunicaciones, más fácil es que se nos tenga controlados.

No es de extrañar que ideas como la manipulación de la mente a través de la tecnología, el espionaje informático, la insertación de ideas a colectivos o el eterno debate ético sobre la inteligencia artificial lleven años (incluso desde antes de la existencia de ordenadores) sirviendo de ideas para novelas, relatos o películas, principalmente en el campo de la ciencia ficción. Clásicos como 1984 de George Orwell o EL JUEGO DE ENDER de Orson Scott Card o películas como Blade Runner, AI o They Live, e incluso juegos de rol como el hilarante PARANOIA son muestras de lo quebradizo que puede volverse la estructura social, política y gubernamental con el código adecuado.

Esta misma idea, además de funcionar como recordatorio de la buena salud de la que presume la ciencia ficción nacional es la que nos trae Javier Castañeda de la Torre con HORROR VACUI.

El debut literario de Castañeda, aunque ya había dejado huella en el mundo de las letras con varios relatos, y ganador del XXVI Certamen Literario Alberto Magno (Los que me conocéis sabéis que no suelo conceder demasiada importancia a las nominaciones y/o galardones conseguidos por una obra literaria, y cuanto más importante es el premio, más desconfianza me produce) nos propone en su lectura un nuevo giro de tuerca sobre el tema de la manipulación de la mente, los peligros del avance tecnológico y lo vulnerable de un sistema que presume de ser perfecto.

Pero HORROR VACUI no es ningún alarde de originalidad argumentalmente hablando, las cosas como son. Estamos ante una obra llena no de tópicos, pero sí de referencias, influencias y demás características que harán que otras historias pasen por nuestra mente durante unos segundo o de manera constante, y sin duda es a la película Minority Report a la que le debemos la existencia de este relato. No solo porque el protagonista trabaje en un departamento de seguridad dedicada a la prevención de los crímenes (incluso el autor no se lo piensa a la hora de nombrar la susodicha película o comparar las diferencias que caracterizan ambos cuerpos de precrimen) sino porque la historia de algún modo busca la misma meta que lo que vimos en el largometraje de Spielberg, presentando a un hombre que se ve capaz de cambiar todo el sistema establecido, en apariencia complejo, seguro, pero imperfecto a sus ojos, que intenta demostrar que a la hora de hacer sacrificios, aquel que nos mira por encima del hombro sin darnos cuenta no tiene limite ni le temblará la mano en exterminar cualquier obstáculo con tal de conseguir sus objetivos codiciosos donde predomina el ansia de poder por encima de todo.

Lo que Castañeda nos muestra al abrirse el telón de su opera prima es un futuro elegante, atractivo a la vista, muy alejado de paisajes postapocalípticos o entornos dominados por robots y demás avances tecnológicos cercanos a la pura fantasía, al contrario, el entorno de HORROR VACUI resulta relativamente creíble, y sus progresos están más inspirados en el presente que en los cientos de space opera que dejan nuestra sociedad a la altura de la edad de piedra. Así mismo, dicha sociedad no se diferencia mucho de la presente, sobre todo políticamente  hablando; siguen existiendo partidos que se guían más hacia la derecha o tiran a la izquierda,, el sistema sanitario (en esta novela este aspecto tiene bastante relevancia) es factible y de alguna manera lógico... No obstante, al tratarse de una novela corta apenas tenemos tiempo de centrarnos en el trasfondo más allá de los escenarios donde se desarrolla la acción y desconocemos si las grandes ciudades que se nos presentan se encuentran rodeadas de suburbios tercermundistas (como vimos en NOS MIENTEN de Eduardo Vaquerizo), desconocemos qué guerras y consecuencias de las mismas han hecho del mundo lo que en estas páginas se describe, en definitiva, ignoramos nuestra propia historia pasada.
Más que visitar el mundo imaginado por Castañeda, apenas nos asomamos por una ventana para echar un vistazo rápido.

No es casualidad tampoco que la sociedad en la que se mueven los personajes de HORROR VACUI sea tan similar a la nuestra. Dicho panorama y trasfondo es ideal para que el autor dé rienda suelta a un fuerte deseo de crítica social que ni siquiera este mundo acomodado, blanco y de bordes redondeados (lo que yo llamaría un mundo subvencionado por Apple) puede ocultar. Las utopías no existen, la convivencia perfecta no existe. La felicidad es superflua y siempre existirán sujetos cuyos sueños son poder arrebatarle los de los demás.
Los peligros que suponen las redes, la total conexión y difusión de la vida de cada uno con su consecuente falta de privacidad, las leyes de seguridad ciudadana que limitan la libertad del sujeto (Aka Ley Mordaza), el uso de tecnología avanzada como medicina para crear una ley de vida más parecida a la de un smartphone que a la de un ser vivo... Todos estos temas se darán cita a lo largo de las apenas 140 páginas de las que dispone Jack Miller para resolver su caso.

El hecho de que la obra sea tan corta no solo afecta a la historia pasada, sino también a la presente. La historia es compleja, y en cierto modo la psique de su principal protagonista interactúa con los acontecimientos que vive. La consecuencia es que su autor termina teniendo que podar más ramas de las que puede manejar, quedando el tronco parcialmente desnudo, inacabado. Si, la historia tiene un desenlace, pero a lo largo de ella se van creando varias subtramas que se cierran de manera demasiado brusca y/o confusa. Muchos estarán de acuerdo conmigo en que HORROR VACUI se disfrutaría mucho mas con el doble de páginas.

Lo más sorprendente de la obra, al menos a título personal, es el descubrimiento de Javier Castañeda como escritor. Su prosa es magnífica. Elegante y compleja a partes iguales (me viene a la mente el señor K. Dick) pero directa como un puñetazo cuando se lo propone. Las ideas filosóficas que se recopilan y mezclan con la propia historia de ciencia ficción ponen al lector en alerta, atento para no perderse nada, y se sorprende al descubrir que el autor está jugando con el y con su percepción, tal como ocurre en las conversaciones entre Miller y su Psiquiatra.

HORROR VACUI es una muy buena propuesta dentro del campo de la ciencia ficción. ¿merecedora de su galardón? No lo sé, no he leído las otras obras. Solo sé que su breve extensión hace que se lea con avidez e interés, el suficiente para echar de menos como dije anteriormente un trasfondo más complejo, más profundidad en los antecedentes y en sus personajes.

¡Ah! Una cosa más. La portada. Me gusta muchísimo el estilo de Edu Quiza y su talento con el lápiz, pero tengo cierta reticencia hacia ilustraciones de cubierta que luego no tienen nada que ver con la historia en sí... Hubiera preferido el uso de esta segunda obra en el diseño definitivo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario