lunes, 30 de enero de 2017
Reseña: LA ÚLTIMA HABITACIÓN de Carlos Navas.
Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:
LA ÚLTIMA HABITACIÓN de Carlos Navas.
Todo edificio guarda secretos. El célebre y enigmático edificio Secret Garden, situado a las afueras de Madrid, no es una excepción. Su fachada de piedra natural y color negro azabache, esconde, tras sus paredes, la versión más siniestra e inquietante de la naturaleza humana.
Este libro recoge las llamadas telefónicas registradas en el interior del edificio "Secret Garden" y en zonas colindantes, durante la noche del viernes 27 de Noviembre de 2015.
Un edificio donde el mal se desata de la manera más atroz, depravada e imprevisible.
Secretos que convierten el día a día en una infame rutina.
Secretos sin escrúpulos que siembran de pánico tu existencia.
Secretos que esconden el verdadero infierno de la vida, y que perduran ocultos sin ningún tipo de castigo...
...hasta esta noche.
Esta noche, alguien va a descubrir esos secretos.
Un thriller de suspense y terror psicológico con un desenlace sobrecogedor e imprevisible.
(No le cuentes a nadie el final...)
Si hay algo que siempre nos ha inspirado seguridad es sin duda aquel lugar al que llamamos hogar. Reconozcámoslo, nos sentimos invencibles. poderosos, reyes de nuestra pequeña parcela en el mundo. Nuestra casa es nuestro templo, una pirámide construida para nosotros en vida donde esconder todo lo que más apreciamos, incluidos nuestros más inconfesables secretos. Pero, ¿De verdad el muro que levantamos entre nuestro refugio y el mundo exterior es tan inexpugnable como creemos? El tiempo pasa y los modos de hacer las cosas cambian. Internet y un sinfín de nuevos medios de comunicación han sido ideadas para facilitarnos la vida, pero al mismo tiempo solo por su mera existencia le damos involuntariamente a cualquier desconocido la llave que abre todas las puertas que tanto nos ha costado mantener cerradas.
Así, lo que pensábamos que era el lugar más seguro del mundo termina convirtiéndose en una trampa mortal.
El mundo del cine no ha parado de usar este recurso para contar historias terroríficas, apostando por las escenas verídicas, el realismo convencional y demostrando que no hace falta recurrir a elementos sobrenaturales para joderle la vida a cualquiera en su propio hogar. La Última Casa a la Izquierda, No Respires, The Collector o Mientras Duermes son una mínima pero interesante muestra de terror tras cuatro paredes, de lo fácil que es ver convertido en lo que has volcado todos tus esfuerzos en una ruina, pero también lo son para recordarnos que las apariencias no siempre son lo que parecen y que la confianza ciega puede ser un error que paguemos de la peor de las maneras.
Y es que cuando nos mudamos a un nuevo hogar no tardamos mucho en hacernos una fugaz idea de todo lo que nos rodea: vecinos, decoración, historia... nos convencemos de lo que hay que evitar y a que o quien es aconsejable acercarse o evitar. Una experiencia por la que pasamos todos y que en el caso de Carlos Navas no debió de ser muy agradable si le inspiró a escribir LA ÚLTIMA HABITACIÓN.
Tras varias aportaciones en el mundo de la literatura coordinando antologías como ESTA NOCHE CONECTAREMOS CON EL INFIERNO o DEJEN MORIR ANTES DE ENTRAR, este escritor debuta con esta primera novela, una historia de terror y suspense, perteneciente al género del realismo sucio o también conocido como "hechos que te podrían pasar a ti". Una trama cada vez más común pero contada de una manera poco convencional... en apariencia.
No es la primera vez que vemos algo similar, y lo que hace un tiempo podía parecer novedoso, en la actualidad se está convirtiendo casi en una costumbre destinada aparentemente a llamar la atención por encima de otras novedades digamos "de toda la vida" y a resultar original o exótico. Me refiero a los medios de interacción e información de la obra, pues no pasa desapercibido tras un vistazo rápido del libro que la totalidad de la trama está desarrollada por medio de métodos como llamadas telefónicas, archivos policiales o boletines informativos de radio. Repito, no es en absoluto la primera vez que nos topamos con recursos similares. Obras como GUERRA MUNDIAL Z de Max Brooks o la recientemente editada en nuestro país LOS GIGANTES DORMIDOS de Sylvain Neuvel narran su historia por medio de recortes de prensa o entrevistas a implicados en una, digamos, versión moderna de tradicional estilo de diario. Otros casos se acercan más a lo que es el trabajo experimental que hace uso de otros medios de comunicación, como correspondencia por carta, conversaciones por Whatsapp, fichas e incluso recuerdo un relato corto de terror escrito exclusivamente con tweets.
El resultado de este tipo de escritos en muchos de los casos es convertir al lector en un ente omnipresente, un fantasma capaz de transportarse de un lado a otro, consciente de que a él no va a ocurrirle nada, y nada escapa a su conocimiento. Algo muy similar es lo que sentimos leyendo LA ÚLTIMA HABITACIÓN. Ahora bien, si piensas que esto solo puede tener conclusiones positivas, permíteme devolverte a la realidad.
En contra de lo que en un principio puedan señalarnos las primeras apariencias, la falta de empatía con los personajes es más que evidente. El lector se encuentra con una colección de llamadas telefónicas que se entrelazan entre sí, que se relacionan de manera evidente a veces y de forma retorcida e inverosímil otras, que nos cuentan de una manera un tanto velada la historia negra que arrastra el edificio Secret Garden y los misteriosos hechos que le rodean en la actualidad. De algún modo, este mismo lector se siente más partícipe de una partida de Cluedo que de la historia en si, buscando la manera de resolver el misterio, de encontrar conexiones donde en apariencia no las hay. De ese modo y de manera involuntaria se va perdiendo otro tipo de conexión: La que se mantiene con los habitantes del edificio. No preocupa saber quién es bueno y quién no, solo saber quién muere antes y de qué manera para encontrar algún nexo. En resumen, LA ÚLTIMA HABITACIÓN nos convierte en un detective que muestra los mismos sentimientos que un ladrillo y la misma habilidad para resolver casos, pero lo importante es que no son los sentimientos hacia las victimas las que guían sus pasos, sino la curiosidad.
Curiosidad que llegados a cierto punto la novela convierte en puro morbo, concretamente en su segunda parte. Otro síntoma de esa falta de complicidad con los personajes del Secret Garden es que llega un momento en que nos preguntamos "¿Cómo?" en lugar de "¿Quién?". Esta segunda parte, compuesta por los archivos policiales de los hechos acontecidos durante la noche en la que nos sumerge la lectura suponen el pegamento de todas las tramas que hemos ido descubriendo durante la primera mitad, nos señalan esos preciados nexos entre las historias hasta su desenlace.
Un desenlace por cierto que promete ser impactante y desgarrador y que a la hora de la verdad aparte de alargarse demasiado y en algunos puntos parecen cogidos por los pelos o directamente haciendo alarde de incongruencias, no supone mucha sorpresa, aparte de imágenes que en nuestra mente se vuelven grotescas, acompañadas de un recurso mas bien poco original, sobre todo para seguidores de cierta saga cinematográfica interminable de terror con un sexagenario dotado de un peculiar sentido de la justicia, buenas manos para la maquinaria afilada y los muñecos ventrílocuos.
Pero no todo es malo en LA ÚLTIMA HABITACIÓN. Carlos Navas ha creado una novela cuanto menos entretenida, que usa como baza su corta duración y su peculiar estilo de narración, construyendo con ello una lectura que se termina de una sentada y sin cansarse y deja en términos generales un regusto nada desagradable. El Secret Garden es un edificio que rebosa realidad (si obviamos algunos aspectos que se alejan corriendo de lo lógico y que no obstante nos recuerdan que no dejamos de estar ante una ficción?, sus personajes, aunque no tengamos tiempo de simpatizar con ellos dado los pocos momentos en los que se puede profundizar en ellos sí que se comportan como correctos retratos de la sociedad de nuestro país (Cuidado, a veces se cae en referencias "de moda", es decir, elementos que ponen fecha de caducidad a la historia), aunque alguno de ellos como Bruno Chaves termine cayendo en el más estrepitoso de los estereotipos.
Y aunque sea por puro morbo, Navas sabe atrapar, crear intriga de la nada y mantenerla hasta el final, haciendo que cuando haya que sospechar, sospechemos de todos, y así, el ovillo del suspense crece y crece...
Me gusta la literatura experimental, pese a que muchos casos la lectura de algunos ejemplos se vuelva monótona y aburrida, generalmente síntomas causados por el abuso de sus "novedosos" recursos. LA ÚLTIMA HABITACIÓN es lo suficientemente breve para no caer en el aburrimiento, pero creo que las herramientas de las que dispone se han reducido en numero y tipos de uso. Me hubiera encantado que la trama no se hubiera limitado a ser contada únicamente por medio de grabaciones telefónicas y archivos de la policía, sino que se hubiera echado mano a otros medios como chats, foros, SMS, cartas, etc... y de manera desordenada, creando ese pequeño caos en que muchos disfrutamos tirándonos de cabeza para desentrañar el misterio.
LA ÚLTIMA HABITACIÓN es una lectura para ocupar un breve periodo de tiempo con un relato entretenido, a sabiendas que no va a pasar a nuestro catálogo de historias inolvidables, pero que aporta un original lavado de cara a una historia que podría pasar al lado de nuestra casa, o de nuestro cuarto...
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Es el próximo libro que voy a leer, veremos a ver si opino lo mismo que tú.
ResponderEliminarUn placer leerte.
¡Hola!
ResponderEliminarSoy nueva por aquí y me quedo al ver lo terrorífico que es esto >.<
Justo anoche me acabé este libro y mi opinión es bastante parecida a la del Dr. Motosierra. Es empezar a leerla y acabarla, porque, como bien has dicho, la curiosidad es tal que no te permite dejarlo. A mí me ha encantado que cuando se desvela el final y piensas un poco, el autor ha ido dejando pistas durante todas las llamadas y cuando te das cuenta dices "hostia, es verdad, eso era por x".
Hasta otra,
Carla.
Le tengo muchas muchas ganas, a ver si me hago pronto con él =)
ResponderEliminarBesotes