miércoles, 21 de junio de 2017

Reseña: TRANSCREPUSCULAR de Emilio Bueso.



Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

TRANSCREPUSCULAR de Emilio Bueso.

Esta es la historia de una búsqueda más allá del ocaso que arranca con el canto de los caracoles, entre huertos surcados por escarabajos de tiro, que deja atrás los establos de libélulas y refugios de tormenta, los templos de los animistas y los círculos de dólmenes de los astrólogos, y que se adentra por los laberintos del hielo siete y bosques de helechos plagados de arañas gigantes. Es la historia de un viaje desquiciado en busca de respuestas a preguntas que nadie comprende hasta el final de las tierras en las que nunca sale el sol. Somos un grupo pequeño: mi señora y su brujo; un forajido ventrílocuo; mi babosa, mis espadas y yo mismo. Y cargamos el peso del mundo en los hombros. 

La simbiosis como posible motor evolutivo es el gran descubrimiento implícito de Transcrepuscular, la última propuesta narrativa de Emilio Bueso y la primera entrega de una trilogía de ciencia ficción en la que pone en evidencia la visión etnocentrista del mundo que tienen los humanos asilvestrados. Bueso abraza el formato de una road movie y, en medio de una narración pirotécnica, se sirve de sus personajes para mostrar diferentes estructuras sociales de explotación y denunciar los procesos de adoctrinamiento y supervivencia sobre los que se asientan sus personalidades. Una nueva y espectacular novela del autor de Cenital, Esta noche arderá el cielo y Extraños eones.

Existe una aparente (digo aparente porque no descarto que todo esto sea fruto de mi imaginación) costumbre y habilidad dentro del mundo de las historias escritas de poner en boca, oídos y ojos de los lectores términos y conceptos que han existido desde hace mucho tiempo, haciéndonos creer que son palabras nuevas y nosotros unos privilegiados por ser conocedores de ellas y así poder entrar en cualquier discusión sobre significado, veracidad, sentido o métodos de aplicación.

¿Recordáis cuando hace unos años se publicó en España LA CASA DE HOJAS de Mark Z. Danielewski? De repente todo era escritura experimental, metaliteratura..., los lectores le buscaban el doble o el triple sentido a todo y muchos escritores practicaban origamis con sus textos, llenándolos de florituras y chuminadas que sacaban de quicio al maquetador más experto. Poco después ocurrió algo similar con las historias distópicas, gracias a las cuales los foros y redes sociales se convirtieron en auténticos circos de payas... de gladiadores que combatían por definir el término, clasificar lo que era distopía de lo que no, de lo que era un simple futuro postapocalíptico o una especulación, y mientras tanto, los autores llegaban sonrientes con su nuevo libro bajo el brazo y terminaban volviendo cabizbajos, replanteándose su porvenir en la literatura y su fe en la humanidad. Y suma y sigue... hasta hoy, un periodo en que al parecer la literatura de género parece gozar de buena salud y donde ha vuelto a la actualidad un termino que existe desde que a alguien se le ocurrió pensar que el mundo real se había quedado demasiado pequeño y gris para contar historias y, en pos de poner a toda máquina su imaginación y por ende la curiosidad del lector, decidió crear mundo nuevos, con todo lo que ello conlleva: Flora, fauna, razas, sistemas de gobierno, clases sociales, arte, industria, idiomas, ciencia...

Toda obra literaria basada en ficción tiene siempre algo de Worldbuilding, e incluso las historias basadas en hechos reales no carecen de momentos en que la manipulación del espacio, el tiempo y la interacción de los personajes que forman parte de ella se verán de algún modo modificados o alterados a favor de la narración, creando así un mundo nuevo que ha abierto una ventana a una posibilidad que se le podría haber negado.

Pero ni siquiera la creación de mundos nuevos o reconstruidos de los reales está exento de polémica, de detractores que critican, ya no el hecho de que el escritor de turno juegue a ser Dios con el poder casi ilimitado que le da la imaginación, sino con el exceso que a veces muestra en la exposición de tal "magia". Son a esos defensores del "deja eso como está, no la líes más", del "Juego de Tronos mola porque es realista" a los que me imagino leyendo el último trabajo de Bueso y mi consecuente descojone al ver sus cabezas explosionando. 

TRANSCREPUSCULAR es uno de esos títulos que ya antes de estar en la calle se proclama candidato y favorito al galardón especial de la novela más esperada y que mayor expectación ha creado del año... bueno, de éste y del pasado para ser francos, y no sólo por estar hablando del nuevo trabajo de Emilio Bueso, algo que siempre suele ser señal de garantía, sino que tampoco se podría dejar pasar por alto la manera en la que la obra prometía alejarse de todo a lo que nos había acostumbrado con novelas como DIÁSTOLE, CENITAL o EXTRAÑOS EONES, introduciéndose esta vez en la fantasía con toques de ciencia ficción. Eso, sumado a que la editorial encargada de publicar la novela, Gigamesh, es de esas a la que cada cierto tiempo hay que recordarle que aquí en España también se escribe, y bastante bien, dio como resultado uno de esos objetos de culto que antes de que nadie lo tuviera delante ya coleccionaba sus cinco estrellitas y sus máximas puntuaciones en toda la red.

Y no nos olvidemos de su edición: 800 copias plateadas y 200 doradas, estas últimas numeradas y garabateadas por el escritor. Ambas ediciones con tres portadas distintas y de tirada única. Más de uno seguro que se sacaría de la manga la absurda idea de que cuidar el continente de manera descontrolada es únicamente para compensar la falta de contenido, perjudicado por el exceso de hype producido y potencialmente decepcionante para esa peculiar raza de lectores de piel tan fina como el papel que esperan de TRANSCREPUSCULAR la lectura del año, y punto.

Y ahí estaba yo, desempaquetando mi ejemplar dorado numero 168 y con un valor en el mercado de 42 euros, poniéndome cómodo y dejando que mi mente se zambullera de cabeza al que se dice el libro más loco de Bueso, devorando página tras página, no viendo la hora en que acabara mi jornada laboral para seguir con la lectura. Pocas sesiones después, leo los últimos párrafos, cierro el tomo con suavidad y me quedo varios minutos reflexionando sobre todo y sobre nada mientras degusto un café. Al poco rato me levanto, me acerco a mi pila de lecturas pendientes, escojo uno no precisamente al azar y abro la primera página... ¿Habéis visto ya donde está el problema?

He leído casi todas las novelas de Emilio Bueso (aunque sigo teniendo clavada cierta astilla llamada NOCHE CERRADA) y siempre he tenido a su obra como lecturas que requieren una posterior terapia y rehabilitación. ¿Cuántas veces he comparado la resaca que provocan sus lecturas con una paliza en un callejón oscuro? No pocas, y en cierto modo esperaba que en esta ocasión no fuera muy distinto... y me equivoqué. Sí, he disfrutado muchísimo de TRANSCREPUSCULAR, me ha hecho evocar imágenes de lo más extrañas y atractivas a su modo. Su historia, pese a no marcar un rumbo prefijado hacia un objetivo que tengamos claro, me ha enganchado a sus páginas de principio a fin sin que por medio tenga que lamentar momentos de pesadez o aburrimiento, pero me ha dejado con la sensación de que Bueso me ha excluido de la lista de perjudicados y damnificados de la historia. He echado de menos el que entre los objetivos más allá del mero entretenimiento no se encontrara el querer hacerme daño, reflexionar sobre las distintas interpretaciones de lo leído mientras me lamía las heridas provocadas en el camino.

No obstante, esto no quiere decir que TRANSCREPUSCULAR no tenga momentos en los que la ficción mire con ojo crítico a la realidad y aproveche numerosas ocasiones para sacar la pancarta oportuna, protestando, criticando situaciones y/o comportamientos que forman parte del día a día de nuestra vida, dando unos resultados cuanto menos llamativos aplicados al mundo que Bueso ha construido para nosotros.

Porque por encima de todo, esta novela, dejando aparte etiquetas que intentan clasificar esta locura como Sword & Planet o Biopunk, es una novela de fantasía de corte de lo más tradicional, un viaje por episodios de progresión y evolución personal presente pero poco marcado. En otras palabras, Bueso recupera la trama en la que un grupo de "héroes" deberán recorrer un mundo inhóspito y lleno de peligros, personajes que por lo general apenas pueden mirarse a la cara al comienzo pero que poco a poco y gracias a la experiencia y las confesiones que se desarrollan en la trama terminan encontrando sentimientos que creían ocultos y blablabla... Una odisea episódica que apenas varía en su estructura. Es decir: los protagonistas llegan a un lugar cuya descripción nos ayuda a conectar un poco más con el trasfondo del mundo donde se ambienta la novela, terminan pasando cosas (generalmente chungas) que de una u otra manera supondrán una revelación y un aprendizaje que más adelante les ayudará en su objetivo final. Y ya está. En principio parece la premisa más antigua y simple del mundo, pero no os alarméis, es que lo es. Pero también es el aspecto en que TRANSCREPUSCULAR muestra toda su fuerza, consiguiendo en su mezcla de cuento tradicional y su apartado visual, estético, histórico y estructural, una experiencia totalmente nueva y diferente a la que se nos tiene acostumbrados.

Reíros todo lo que queráis, pero si tuviera que explicar qué es lo que entra por los ojos cuando uno lee esta novela, sería como tomarse un cóctel de drogas duras y alucinógenos y viajar a un mundo semejante a Pandora de la película Ávatar, claro está si sus habitantes hubieran dedicado su existencia a la explotación laboral y la vida bélica. Una tierra gobernada por humanos e insectos gigantes en algo que va mucho más allá de la convivencia y un repertorio de recursos y detalles que dejarían en paños menores a las más ingeniosas invenciones de las hormigas de Bichos de Pixar. Pero sin duda, uno de los elementos fundamentales para comprender cómo funciona el mundo de TRANSCREPUSCULAR es la simbiosis, una capacidad de conexión entre humano y el entorno que le rodea que va mucho más lejos y es infinitamente más ambicioso que el que vimos en la mencionada película de James Cameron. Reconozcámoslo, esto no es un "Los pitufos descubren la traición, el robo y el asesinato y se dan cuenta de que les mola mogollón", sino que Bueso se las ingenia para casi desde cero crear un universo al que apenas le falta detalle, tan basto que obviamente no puede abarcarse en su totalidad en un solo tomo de 280 páginas (Y os aseguro que hay momentos en los que la avalancha de información en ocasiones resulta excesiva o al menos apabullante).

Comentaba anteriormente que no es buena idea comparar esta novela con los anteriores trabajos del autor, porque se echa en falta algo, cierta confidencialidad directa con el lector, ganas de hacer daño, de encontrarse a sí mismo entre lineas y aparta rápido la vista ante tan repugnante panorama. Sin embargo, aunque la trama de esta historia no se aleje de un concepto cercano al sota, caballo y rey, aunque tenga claro que su objetivo por encima de todo es ofrecer un muy buen rato de entretenimiento literario, lleno de aventuras, acción, peculiares paisajes y extrañas costumbres, sí es verdad que uno siente cierta extrañeza en el recorrido, como si alguien estuviera observando, vigilando cada reacción al pasar de página, como un peculiar Gollum dentro de nuestra cabeza, advirtiéndonos de que algo va mal, que nada es lo que parece, que igual lo que hace tic tac entre nuestras piernas es una bomba sin cuenta atrás.

Y es que a fin y al cabo, eso es TRANSCREPUSCULAR. Una absoluta locura que puede presumir de su impresionabilidad, que nunca sabes por donde te va a dirigir ni te ayuda a decidir qué debes tomarte a coña y qué en serio. Y para muestra tenemos a sus protagonistas, que en un momento parecen querer rendir homenaje al reparto de Heroquest o Dragonlance y al siguiente su creador los convierte en guiñapos, burlas, parodias de la imagen estereotipada del héroe del género de espada y brujería, hasta el punto de que en más de una ocasión encontramos como punto guía y principal foco de lucidez y sentido común al que debería ser, por lógica del que más deberíamos alejarnos... y si no me creéis, bueno, ya conoceréis al trapo.

¿Es entonces TRANSCREPUSCULAR el libro más arriesgado y loco de Emilio Bueso? Pues mira, no te diría yo que no, pero también es el más tradicional, el que más se acerca a un género que puede unir en las mismas páginas acción, humor, intriga, que se guía muchísimo por el apartado visual, haciendo que el lector enfoque rápidamente lo leído a una pantalla de cine, o en este caso y creo más adecuado, a las viñetas de un cómic. ¿Es TRANSCREPUSCULAR el mejor libro de Emilio Bueso? Ni por asomo. Es más, me atrevería a decir sin parpadear que de lo leído del autor es el que menos me ha gustado (reitero para los que esperan la mínima para tergiversar palabras que esto no quiere decir que la novela sea mala), no alcanzando siquiera lo sentido leyendo la tan criticada ESTA NOCHE ARDERÁ EL CIELO. Quizá sea porque es la obra que más deambula por terrenos harto recorridos que no deja de ser reconocible por muchas capas de pintura que se le eche encima. Quizá echo en falta esa rabia que destila la obra de Bueso, que parece que en vez de pluma para escribir use un bate de baseball. Y sí, en cierto modo me ha decepcionado porque se que él puede hacerlo mucho mejor, porque es a lo que nos tiene acostumbrados, pero a raíz de esto también siento cierto consuelo. Consuelo porque a fin y al cabo solo hemos leído una tercera parte de la obra completa, la primera entrega de la trilogía LOS OJOS BIZCOS DEL SOL, consuelo por seguir manteniendo el beneficio de la duda, de no saber si la bomba ha explotado ya, o acaso TRANSCREPUSCULAR solo sea ese leve chispazo que antecede al estallido.

4 comentarios:

  1. Yo sí he leído esa Noche Cerrada y merece la pena pero se nota que todavía no tiene esa prosa tan característica en forma de frases como puñetazos que transmiten un dolor casi físico y que tanto le diferencia de cualquier otro. Todas sus obras me parecen fascinantes e imprescindibles, aunque alguna no guste a todo el mundo. Porque efectivamente te dejan destrozado tras acabarlas, pero más que feliz por conseguir tal proeza. Con tu crítica, tan afinada como siempre, sabremos con qué disposición enfrentarnos al inicio de esta trilogía.

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  2. Motosierra... yo estoy convencido de que el final de la historia te va dejar loco.

    Os espero a ti y a todas esas dudas y quejas que planteas en los últimos párrafos del epílogo del libro tres, que es justo donde se destapa el pastel. Y, por la lectura que le estás dando, me da que no te hueles la tostada ni de lejos. Mi historia no es lo que te parece ahora mismo y, aunque no puedo asegurarte que el resultado final te vaya a gustar más que las otras obras que habré ido sacando, sí que pienso que si me sigues el juego te llevarás lo tuyo.

    Ahora bien, lo que te queda hasta llegar al final del tríptico es una trama de aventuras y exploración en un mundo fantástico y demencial. Como lo que has leído, vaya. Y punto pelota. Si no piensas tener tanta paciencia, o si tienes un problema conque yo haga entretenimiento, ritmo, riesgo, maravilla y batallitas... poco te puedo decir. Me hago cargo de que no puedo gustarle a todo el mundo siempre y de que estoy poniendo a prueba a muchos lectores, pero el caso es que para cada historia hay una estrategia y para cada lector un libro. Esta idea mía no se habría defendido bien en otros formatos más seguros y por eso lo he abordado así.

    Tú mismo.
    Gracias por tu atención.

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    1. Emilio, en ningún momento he puesto en duda que en el desenlace de la trilogía no vayas a aprovechar la oportunidad de dejarme a mí y a muchos con el culo torcido. Es algo que tengo asumido y espero con ansias. También es posible que mi desilusión se deba a esa impaciencia, a no estar preparado para este cambio de estilo y ritmo, pero no quiero que te quedes con lo malo, ya que en ningún momento he dicho que no iba a seguir la saga, y no lo he dicho porque creía que se daba por hecho que sí lo voy a hacer, y con muchísimas ganas. Repito, no te quedes con lo malo, porque no es malo. No ser lo que uno espera no significa que no sea excelente, así que si sigues con tus batallitas, tus fantasías y tus romances, pues jódete porque me las voy a leer todas.

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    2. Emilio parece ser de esos que se pasa el día buscando su nombre en Google.

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