miércoles, 29 de noviembre de 2017

Reseñas breves #2: PÍCNIC A LA LUZ DE LA LUNA de Nick Antosca



Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

PICNIC A LA LUZ DE LA LUNA de Nick Antosca.

A altas horas de la madrugada, en medio de una tormenta terrible, Bram atropella sin querer al perro al que todos los parroquianos del bar adoran. Cuando acude a terminar con su agonía, descubre que el animal ha desaparecido en el bosque. Al día siguiente, una persona emerge de entre los árboles y le entrega un hatillo de huesos que resultan ser los de un niño. Más tarde recibe una visita inesperada que lo llevará a adentrarse en el más allá.

Pícnic a la luz de la luna es una historia escalofriante sobre la soledad y la naturaleza de la muerte; una novela de carretera a través de un territorio que se ha convertido en algo extraño y amenazante.
Descubrí Channel Zero de casualidad, una serie dedicada a los creepypastas más perturbadores que circulan por los distintos medios de comunicación. Es admirable el mérito que supone crear toda una serie de seis capítulos a partir de una leyenda urbana, así que, tras el agradable sabor de boca que me dejó su primera temporada, no podía desaprovechar la oportunidad que Orciny Press nos ofrecía de conocer la faceta de novelista de su principal responsable, Nick Antosca.

PÍCNIC A LA LUZ DE LA LUNA es una novela corta que sí, en ciertos aspectos puede rememorar a Candle Cove, atributos que convierte hábilmente en sus mayores virtudes, pero que también, para mi gusto, no se libra de cierta cojera en otras características que terminan traduciéndose en perjuicios que se arrastran a lo largo de toda la trama.

Lo que empieza como un relato de fantasmas ambientada e impregnada de la esencia de una América desgastada, deprimida, rendida a un porvenir de desesperanza pasa a convertirse en una visita guiada por el Helheim, por el purgatorio personal de cada uno. Una lección sobre la vida, la muerte... pero también sobre la muerte en vida, sobre como afrontar el destino, o sucumbir a él.
Por medio de una atmósfera oscura y fatalista, unos personajes que albergan más secretos ocultos que verdades descubiertas y unos tintes surrealistas que nos hace fantasear con infinitas posibilidades, la trama se convierte no solo en una historia de venganza sobrenatural, sino también en un momento de descubrimiento personal que nos muestra lo peor de las personas, pero también la fragilidad de sus convicciones.

Por desgracia, el fuerte contraste entre la narración y las voces de los protagonistas no es que ayude precisamente a sumergirnos del todo en la historia. La prosa de Antosca es muy buena y maneja las figuras literarias y las metáforas con gran maestría, evocando para el lector un apartado visual tan poderoso como atrayente... pero sus personajes muchas veces desentonan en el conjunto. Como si una viñeta de cómic no consiguiera trasmitir la sensación de movimiento, como un cuadro de vivos colores cuya figura central estuviera bocetada y en tonos grises. Sus diálogos simples, casi esquemáticos y a menudo poco satisfactorios se convierten en puertas cerradas a la empatía y a la conexión con sus pensamientos.


PÍCNIC A LA LUZ DE LA LUNA es como trascribir una pesadilla en papel, con sus momentos emotivos y terroríficos que se mezclan con otros obtusos, contradictorios o poco claros y, como los sueños más extraños, uno corre el riesgo de perderse muchos detalles importantes por culpa de una mala interpretación.

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