viernes, 22 de mayo de 2015

Reseña: EL FACTOR SOBRENATURAL de Edgar Cantero.



Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

EL FACTOR SOBRENATURAL de Edgar Cantero.

Noviembre 1995. Dos meses después de que el último Wells saltara de la ventana del tercer piso (sin abrirla antes, por cierto), dos misteriosos europeos llegan a Point Bless, Virginia, para tomar posesión de Axton House. A. es el misterioso heredero inesperado; Niamh es la adolescente muda de peinado inconstante que él llama su socia o su guardaespaldas. A través de diarios, cartas y la más avanzada tecnología de los noventa, El factor sobrenatural relata su investigación del turbio suicidio de Wells, la sociedad que fundó y un «pasatiempo burgués» de proporciones globales. Todo ello mientras sufren terribles pesadillas, conviven con el fantasma local y, en general, disfrutan de su propia casa encantada.

Casas encantadas.
Quizá uno de los miedos mas ancestrales desde que existe el terror escrito. Antes de que creáramos  criaturas que se alimentaban de nuestra sangre y se convertían en roedores, cánidos o gases, antes de que las maldiciones con que bañabas a tus difuntos mientras los momificabas, imaginándolos alzarse en su sarcófago para cobrar la blasfemia ajena devorando sus almas, Antes incluso de la terrible creencia de alguna enfermedad que hiciera que los muertos se levantaran de sus tumbas hambrientos de carne humana... existía el hogar. Pero con el hogar no siempre acompañan solo muebles, electrodomésticos y vivencias... a veces el pasado permanece, y con el, extrañas historias de suicidios, muertes inexplicables, fantasmas y promesas de venganza que hablan no con la voz, sino con sombras, crujidos y sensaciones.

La literatura ha plasmado una infinidad de historias relacionadas con fenómenos extraños y apariciones ocurridas dentro del hogar. OTRA VUELTA DE TUERCA de Henry James o LA MALDICIÓN DE HILL HOUSE de Shirley Jackson son considerados clásicos, mientras que LA CASA INFERNAL de Richard Matheson o EL RESPLANDOR de Stephen King se han convertido casi en lecturas obligatorias dentro del terror contemporáneo.
Por supuesto, el cine no se queda atrás a la hora de narrar historias de fantasmas y poltergeist, y en la actualidad está muy de moda narrar estos sucesos a modo de Mockumentarys (documentales falsos donde suele predominar el terror como género predilecto). Grabaciones de baja calidad, visión nocturna, cortes bruscos y la sensación (unas veces mas logradas que otras) de vivirlo todo en primera persona son los mayores atractivos de esta oleada de largometrajes como GRAVE ENCOUNTERS, PARANORMAL ACTIVITY o THE HOUSES OCTUBER BUILT entre muchos...

Con este panorama llega EL FACTOR SOBRENATURAL de Edgar Cantero, novela que ya tuvo su debut en ingles en el 2014, pero que hasta ahora no había sido publicada en español. Y si en la introducción hacía hincapié al tema de la moda de los mockumentarys, es porque prácticamente la totalidad de esta obra usa muchísimos elementos semejantes para contar una historia de supuestas casas encantadas.
Grabaciones de audio, de vídeo, cartas, extractos de libros, esquemas, documentos... son algunos de los recursos de los que disponen A. y Niamh para contar su peculiar historia de fantasmas.
Dicha historia comienza como suelen comenzar estas cosas. Con una herencia. Con una casa. Y rumores, muchos rumores, los cuales, a medida que pasen las noches dejaran de ser tales para convertirse en algo mas que una sospecha. Sueños extraños, presencias, mensajes ocultos dejados por el antiguo inquilino. Todo suena terriblemente tópico, y lo es, no os voy a engañar. Ni siquiera el tipo de narración escogido es extremadamente novedoso, no es la primera obra que se desarrolla a modo de documentación por distintos medios y correspondencia, aunque si hay que reconocer que esto es mas típico del relato corto.
No obstante el uso de los distintos, llamémoslo, puntos de vista usados para narrar esta historia sí consigue algo, y es fluidez. La novela de Cantero se lee con una sencillez y una velocidad pasmosa, enganchando al lector en una lectura ágil, directa y muy escénica. No eclipsa totalmente la falta de originalidad que afecta a la obra en ciertos momentos, pero si que lo hace pasar de largo o, al menos, hacer que no choque demasiado.
EL FACTOR SOBRENATURAL es, ademas, un libro interactivo, ya que algunas escenas incitan o buscan la participación del lector. Un ejemplo son los momentos donde la criptología o los acertijos hacen acto de presencia. Aunque si os soy sincero, el pequeño manual para hacerte criptólogo en 5 minutos es tan jodídamente confuso que a mitad de explicación active la lectura automática, así que lo siento profe, me la guardo para septiembre. Ahora bien, los mencionados acertijos y los toques de suspense dotan al autor de la originalidad y el bien estar que no mostraba a la hora de construir la base en la que giran los acontecimientos y las escenas de terror.

Por favor, echadle un ojo a esta pequeña nota de prensa sobre la novela:

"Una novela espeluznante, divertida y llena de sorpresas que reúne lo mejor de Bram Stoker, H.P. Lovecraft y El resplandor"

No, no y no. Hago un llamamiento al que escribió esto (lo cual, curiosamente, viene sin firmar) para que me explique en que mierda se ha basado para comparar una novela dirigida a un publico claramente aficionado al terror actual con Lovecraft o Bram Stoker. Lo de EL RESPLANDOR en cierto modo lo entiendo, siempre que aparece una nueva novela de casas encantadas siempre tiene que haber un gilipollas que mencione la obra de Stephen King (Yo el primero), pero lo de esta nota es pasarse de la raya...

Si le doy la razón en lo de que es una novela divertida. Ambientada a mediado de los 90, no serán pocas las referencias y homenajes a la cultura pop mas friki que nos vio crecer, muchas veces usadas para dar un toque cómico a la situación o para hacernos retroceder años atrás y adaptar la ambientación a nuestra mentalidad, no se puede negar que alguna sonrisa se nos escapa en ciertos momentos. Ademas, los personajes serán fundamentales para hacernos participes de la historia, los protagonistas, al menos los principales están muy cuidados. Como mención especial tengo que nombrar a Niamh, la cual aun siendo muda, se convierte si apenas darnos cuenta en uno de los ejes centrales con los que mas a gusto nos sentiremos y con quien mas rápido simpatizaremos. No puedo decir lo mismo de muchos de los personajes secundarios que van apareciendo ya que muchos carecen de personalidad y no dan mas de si que para ser meros extras.

El mayor error de Edgar Cantero a la hora de desarrollar EL FACTOR SOBRENATURAL viene cuando hemos pasado dos tercios de la novela, en la que e autor da una vuelta de tuerca, cambiando una trama en la que, aunque sencilla ya nos habíamos puesto cómodos, se va por unos derroteros que no terminan de convencer, donde faltan explicaciones y reinan las lagunas argumentales, hasta llegar a un desenlace que pasa de estar cargado de tensión a hacer que nos sintamos, y lo digo sinceramente, engañados. 

Y es muy triste encontrarse esto cuando a mitad de la primera obra casi todas las palabras que tienes para la obra son positivas y terminas encontrándote con un intento de arecer original y que lo único que consigue es ensuciar un resultado bastante aceptable, pasando de lo curioso a lo absurdo, de lo extraño a lo estrafalario y de una lectura que suponga una brisa de aire fresco a la sensación de que alguien se tirara un pedo en nuestra cara.

En conclusión, EL FACTOR SOBRENATURAL es una lectura para pasar el rato y poco mas, que nunca subirá a los primeros puestos, ni a los medios de las mejores novelas de mansiones encantadas. Gustará mucho a los que, como dije antes, disfrutan de los mockumentarys cinematográficos y a los que les gusta leer historias de terror que no se toman en serio ni ellas mismas. No sé que criterio usa Minotauro para poner tapa dura a sus obras, pero deberían revisarlo.

Aún así es mejor que el último premio Minotauro. (Coño, ¿Y que no lo es?)

2 comentarios:

  1. Voy a la mitad, la verdad la estoy terminando por convicción, más que por pasión.

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  2. Voy a la mitad, la verdad la estoy terminando por convicción, más que por pasión.

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