jueves, 18 de mayo de 2017

Reseña: MIERDA. ANTOLOGÍA DE RELATOS ESCATOLÓGICOS de VV.AA.



Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

MIERDA. ANTOLOGÍA DE RELATOS ESCATOLÓGICOS.

Un selecto grupo de escritores nos ofrecen una antología escatológica centrada en un tema que puede atemorizar a más de un lector. 

De sus mentes retorcidas surgieron estos relatos; cuentos que, en lugar de repugnancia y asco, son capaces de provocarnos una sonrisa al sentirnos identificados con las situaciones expuestas.

¿Os lo vais a perder?

En ocasiones fantaseo sobre la creación y el proceso de las ideas de las que nacen los libros. No me refiero a esos extensos esquemas que muchos escritores realizan para posteriormente desarrollar sus novelas, ni a los interminables ratos de investigación y documentación que hagan creíbles sus ideas. Sobre esas cosas me suelo hacer una idea bastante básica y soy consciente de que no me acercará ni por asomo a lo que realmente es, así que me quedo lo suficientemente lejos del tema como para ser listo y saber que hablar sobre ello resultaría aburrido. No, me refiero al planteamiento y posterior elaboración de las antologías, concretamente las que siguen un mismo patrón o temática.

Me gusta imaginarme en mi cabeza llena de fantasías a los escritores y responsables de una u otra antología de relatos reuniéndose en la clandestinidad, en medio de un desierto mientras todos miran a su alrededor con desconfianza y mantienen una mano en la sobaquera donde guardan un arma. Otras veces los veo bien trajeados, en una elegante sala de reuniones, bebiendo merlot de gran calidad y consultando escalas de valores y diagramas en sus portátiles, firmando los documentos clasificados que sus ayudantes les acercan junto a una estilográfica. Pero llega el momento en que hay que volver a la realidad y todas esas imágenes de película se difuminan siendo sustituidas por algo tan sencillo como una terraza de un bar cualquiera, entre cañas de cerveza y preguntas tipo "¿Y si hacemos...?" o "¡A que no hay huevos a...?", hasta que alguien en un momento de inesperada lucidez o, al contrario, dejando que la intoxicación etílica tome la palabra, grita "¡Lo voy a hacer, coño ya!", y suena el pistoletazo de salida que da rienda suelta a una idea o ideas manipuladas por hábiles manos o ¿Quién sabe?, para acabar siendo una chapuza capaz de marchitar neuronas a su paso y quitarle a cualquiera las ganas de vivir o al menos de volver a ver un libro con los mismos ojos. Un ejemplo de ello, el que antes me viene a la mente para ilustrar estos últimos casos es esa tomadura de pelo, ese engendro que nunca debería haber visto la luz titulada ¡ZOMBIFICALO!

Supongo que también existirán casos en los que se deja correr demasiado tiempo el grifo de la cerveza, los vasos se vacían y los espíritus junto al valor se llenan... y es que no me explico otro tipo de circunstancias que hubieran visto nacer a algo como MIERDA.

¿Una antología donde las heces, el producto resultante del proceso digestivo, esa cagarruta que evitamos pisar aunque ello conlleve perder el equilibrio y desnucarse, en definitiva, la caca, es protagonista? Pues si, un placer coprofágico que nos ofrecen en bandeja de plata la misma editorial que está publicando las nuevas joyas de David Jasso o Carmen Moreno, que aprovecha (acertadamente) el éxito de series de televisión para traernos antologías temáticas y que vuelcan sus esfuerzos en futuras promesas de la ciencia ficción (a veces no tan acertadamente).
Apache libros nos trae una ANTOLOGÍA DE RELATOS ESCATOLÓGICOS, y ya se que el chiste es insultantemente fácil, pero parece que por una vez creo que puedo decir que este libro es una MIERDA y hacer que sus responsables me den las gracias.

A ver, poniéndonos serios aunque no demasiado, está claro que esta publicación es fruto de una broma que casi se convierte en prueba de valor o una apuesta donde el perdedor debería desprenderse de la parte más querida de su anatomía. Cada relato que lo compone solo puede surgir de la mente cuando su escritor guarda la seriedad en el cajón y se pone a escribir. ¿Y puede pasar que cuando pierde la seriedad también pueda perder la calidad? Bueno, pues...

No quiero que la gente se lleve algún tipo de engaño, así que lo aviso desde ya: Aunque lo que la portada, sus tonos oscuros y un granulado que puede recordar a la portada de un disco de Nine Inch Nails pueda hacer pensar, así como la lista de autores (y sus especialidades literarias), MIERDA no es una antología de terror. Puede que sí tenga algún relato que roza con dedos tímidos el género, pero en general no solo no predomina, sino que queda estancado.
Lo que sí predomina aquí es el humor. La mayoría de las historias de esta colección recurren a la comedia en viajes que a menudo se tornan malolientes y blandurrios ya sea por medio del realismo o la ficción, la sátira, la parodia o simplemente lo absurdo, nos sorprendemos dentro de relatos que buscan antes la sonrisa que la repugnancia...

... Lo malo es que a veces esa sonrisa resulta bastante forzada.

Tengo que admitir que por calidad literaria, por ser un relato bien nivelado, bien escrito y que me haya hecho pasar un rato realmente divertido, pocos, muy pocos se llevarían mi aprobado. El resto (y parte de los que sí me gustan) dejan cierto tufillo a trabajo forzado, como queriendo contar un chiste sobre mierda que involuntariamente se ha alargado demasiado , y cuanto más tiempo se tarda en llegar al desenlace, cuanto más se hace esperar la risa, ya se sabe que menos gracia hace al final. Eso sin olvidar los que, tal vez contados de otra manera podría pasar por cuentos infantiles incluso, véase el caso de los relatos de David Jasso, Chabi Angulo o Ana Sihaya, cuyos desarrollos son tan evidentes y predecibles que solo puedes reírte por compromiso.

De los 17 relatos que se compone esta MIERDA quizá solo una cuarta parte haya conseguido cruzar el umbral y convencerme no solo de ser gracioso y emocionalmente efectivo, sino de ser en conjunto un buen relato, cada uno por motivos propios.
Por ejemplo Athman M. Charles convierte una panorámica de un asqueroso baño público en una radiografía de la mente colmena de la juventud parasitaria. Alberto M. Caliani tiene la habilidad de escribir una anécdota para que la leamos y nos sintamos como si nos la estuviera relatando en persona. Antonio Sánchez Vázquez ha conseguido arrancarme lagrimas de la risa, y Carlos J. Lluch equilibra una balanza complicada en la que suspense y comedia forman una linea recta.

Percances en baños públicos, puntos de vista desde perspectivas inimaginables, arte moderno, luchas contra poderes oscuros, nuevas interpretaciones de iconos de Internet y hasta argumentos basados en hechos reales. Si algo hay que admitir a la coordinadora de esta colección, es que ha sabido mantener una amplia variedad argumental y estilística, donde también me gustaría destacar el relato de Roberto Malo, que supone un paréntesis (quizá demasiado tardío teniendo en cuenta que el suyo es de los últimos textos) de tanta comedia y nos propone un drama que absorbe fuerza no por lo duro de la situación, sino por lo cotidiano, por atreverse a contar un relato ficticio que tristemente no tiene por que serlo, e ignoro si la risa era uno de sus objetivos, pero si ese fuera el caso, agradezco no haberla encontrado. Podría dedicar unas líneas a cada uno de los relatos de esta colección, pero no suelo tomarme demasiadas molestias cuando el mismo libro tampoco se esfuerza en gustarme.

Seamos francos, MIERDA. ANTOLOGÍA DE RELATOS ESCATOLÓGICOS es un libro que desde que vio la luz desde sus inadaptados ojos es consciente de que no va a hacer historia, ni por su temática (hay relatos cuyo recuerdo dura lo que una buena muestra de lo que trata el libro en el fondo del váter antes de tirar de la cadena) ni por su calidad, y prefiero no arriesgarme a pensar que los escritores tenían poco tiempo para planear sus historias o que piensen que el tema de las defecaciones no es que dé mucho de sí, a lo que supongo debería darles la razón. Supongo que es una buena alternativa para distraerse o intentar olvidar un mal día con una sonrisa, e incluso con un amago inocente de crearla. Una pequeña prueba de poco más de 160 páginas que demuestra que el talento literario puede estar presente incluso cuando es imposible tomarse en serio una temática en la que todos deben estar de acuerdo. Me voy a quedar con esas ideas porque son las que mejor suenan para valorar este trabajo...

... en lugar de decir que no, que no perdáis vuestro tiempo ni vuestro dinero en esto. No por falta de talentos sino de, quitando excepciones mencionadas, ideas (ahora supongo que es el momento en que alguien se levanta de la butaca gritando "¡A ver si tu lo haces mejor!" y mira a su alrededor esperando la aprobación del resto del público entre risas nerviosas).
Vale, ya habéis hecho la broma, habéis puesto en las estanterías un libro con un retrete de portada y la palabra MIERDA en mayúsculas, ya se habrán reído todos menos yo, o se habrán aterrorizado todos menos yo, porque ese es precisamente el punto débil de MIERDA, su falta de equilibrio, el desconcierto del lector de no saber si reír o llorar. Se que no es así, que son conclusiones mías dichas en caliente, pero sé que cada uno de los responsables de esta antología (coordinadores, autores, editorial) aman la literatura y repito, quiero pensar que han publicado estos relatos para demostrar las múltiples formas que ésta puede tomar para captar la atención del lector, para dejar claro que incluso dejando la seriedad a un lado se pueden hacer trabajos interesantes o al menos llamativos... o igual es todo metafórico, un conjunto de ideas que vienen a decir que todo es una MIERDA, que mires a donde mires solo hay MIERDA, y que está en nuestras manos aprender a amasarla y usarla en nuestro provecho en lugar de dejar que nos sepulte.

... En serio, ojala no tuviera esa maldita manía de dejar constancia en este blog de todo lo que leo.

2 comentarios:

  1. MIERDA, como tú bien dices, es una antología para hacer un paréntesis entre lecturas. No pretende ser nada serio, aunque haya tramas y escenas poco humorísticas, pero sí convertirse en la lectura por antonomasia para usar el retrete. Y, sí, por fin os lo ponemos a huevo a los reseñadores para que claméis a los cuatro vientos que menuda mierda de libro. Gracias como siempre, Carlos.

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  2. Es un buen tema, que rompe muchos tabús. Y dado que muchas personas solo leen cuando están sentados en el inodoto, vale la pena tenerle.

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