lunes, 30 de octubre de 2017

Reseña: TERROR EN EL ESPACIO de VV.AA.



Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

TERROR EN EL ESPACIO de VV.AA.

Terror y ciencia ficción se dan la mano en el espacio profundo, la inmensidad, sea en el interior de la nave o lo inhóspito del planeta ajeno. Un lugar en medio de la nada del que no se puede escapar. No hay donde huir. Y el horror se desata. Alien, Horizonte Final. Pandorum. Dead Space... 
Distintas formas de mezclar el terror con la ciencia ficción que nos ha inspirado para querer publicar esta antología. Se respira ese mal, esa atmósfera enrarecida y enfermiza, ese horror ante lo desconocido; el juego del gato y el ratón, la locura y paranoia de la soledad y la claustrofobia, la desesperación ante el escenario que no permite dejar atrás aquello que nos amenaza. 

Como decía aquella peli: En el espacio, nadie puede oír tus gritos.

Supongo que aún existen románticos. Personas que al anochecer levantan la vista al cielo estrellado, el corazón encogido por la inmensidad y la belleza de esas luces que parpadean en una negrura infinita preguntándose quién o qué les estará devolviendo la mirada, cuestionándose si estarán solos en el universo o si en un recóndito rincón de la galaxia otro ser inteligente se estará preguntando lo mismo en ese preciso instante.
Pues mirad, yo creo que ese tipo de personas son menos de fiar que un rottweiler con espumarajos en la boca, que es imposible que no estén tramando algo. Al fin y al cabo se enamoran de una visión en la que cada elemento de la que se compone esa visión es potencialmente letal para el ser humano. ¿Soñando con explorar un entorno en que es imposible la supervivencia y mucho menos su disfrute? No podéis tramar nada bueno.

¿Y acaso el cine no es un campo que constantemente nos recuerda que salir de nuestro planeta casi nunca es una buena idea? Nuestras idas y las venidas de otros habitantes del basto universo siempre han ido ligadas a una, ya sea fugaz o constante, sensación de temor por saber a conciencia que la lista de las cosas que pueden salir mal siempre superará con creces a las que pueden acabar relativamente bien.

La saga Aliens nos enseñó a huir de cualquier cosa de aspecto orgánico y a poner cantidades ingentes de fuego de por medio. Horizonte Final nos propuso la idea de que para encontrar el infierno igual no había que mirar bajo nuestros pies, sino a las estrellas. Hasta 2001. Una Odisea en el Espacio nos demostró que las terribles consecuencias de no tener el sistema operativo actualizado puede hacernos la puñeta más allá de donde llega la cobertura de Internet. Y la lista sigue, incluyendo los cultos religiosos que te dejan fatal el cutis de Dead Space, Los nazis planeando cosas (nazis) desde la luna de Wolfenstein o Iron Sky, los problemas que puede ocasionar quedarse dormido en una nave espacial ajena durante millones de años como le ocurrió al protagonista de Red Dwarf, o dedicarse a la arqueología en Marte y los riesgos laborales que ello puede provocar, como en Doom.
Pero ¡Eh! vosotros seguid llevando a vuestras parejas a románticos paseos a la luz de la luna, señalando constelaciones chivadas por la wikipedia, cuando realmente lo que les estáis haciendo a vuestros amados es hacerles mirar a la muerte a los ojos.

Mientras tanto, yo prefiero fiarme de la visión (ya sea más o menos convincente) de los 17 escritores que escriben los relatos de los que se compone TERROR EN EL ESPACIO, la nueva antología temática editada por La Pastilla Roja. Relatos donde son evidentes las influencias de las más importantes referencias de las historias de terror ambientadas en el espacio o en un entorno cercano a la ciencia ficción. Característica ésta que puede convertirse en un aliciente, puesto que la cantidad de interrogantes y misterios que aguardan más allá de nuestro planeta hace que la lista de ideas para crear historias de esta temática merezca tener un género propio. Pero si no se trata con cuidado también puede convertirse en un inconveniente: el estancamiento.  Y es que aquí películas como Alien, Predator o Life, dejan de ser una inspiración y terminan siendo un recurso, un molde básico en el cual hornear un pastel que finalmente puede estar delicioso, pero no destaca por su originalidad o atrevimiento.
No os quiero engañar, muchos de los autores de TERROR EN EL ESPACIO recurren a una formula muy similar que se basa en aislar a las victimas, soltarles una amenaza que generalmente está llena de dientes y garras afiladas, tentáculos o herramientas de tecnología avanzada y dejar que "jueguen" entre ellos. Hay mucho más obviamente: misiones de rescate, experimentos, futuros postapocalípticos, inteligencia artificial, etc., pero lo cierto es que el recuerdo de nuestro querido xenomorfo puede hacer mas mal que bien cuando en una antología se le permite un papel casi protagonista.

No obstante, la propia naturaleza humana también es puesta en tela de juicio en muchos de estos relatos, retratándolo, juzgándolo, convirtiéndolos en victimas o verdugos con suma facilidad, reservándonos más de una sorpresa pero siempre manteniendo el aire hostil y que muchas veces nos recuerda que no somos más que una insignificante mota de polvo en una infinita negrura llena de secretos.

Antonio Matiola inaugura este terrorífico recorrido por los confines del universo con ALCANTARILLAS, y lo hace trayéndonos sensaciones conocidas , rememorando el cine de terror de finales de los 80, principios de los 90. La historia parece surgir del cruce de ideas de obras como Graveyard Shift de Stephen King y Alien 3, pero dotando al relato de un lenguaje e ideas aceptablemente propias. Matiola no se complica la vida y nos ofrece una historia de estructura clásica y cientos de veces usada... pero que funciona cual chute de adrenalina y, siendo el primer puesto el que ocupa en la colección de relatos hace esperar mucho y muy bueno de lo que sigue. Personajes estereotipados, una acción que te hace esperar hasta los últimos compases... pero como divertimento funciona a las mil maravillas.

La huella de la saga Alien vuelve a ser evidente en BELLADONNA de Víctor Blázquez brevísimo relato que parece estar construido como prólogo para una historia mucho más grande, pero que por si sola aporta más bien poco, tanto en su argumento como en la originalidad de las pocas escenas de las que se compone. No se, pero he acabado el relato con la sensación de haber leído algo forzado y hecho con prisas.

El relato de Pablo Cajas, CUADERNO DE BITÁCORA es como jugar una partida de póquer donde se hacen trampas desde la primera mano. El relato vuelve a devolvernos la sensación de que más que una antología de relatos originales parece querer en todo momentos rendir homenaje a las mejores muestras de terror intergaláctico existentes. Tan pronto crees estar ante una revisión del Octavo Pasajero para, al momento siguiente creer que es su archienemigo alienígena el que parece protagonizar la trama para que, en el momento de desvelar las cartas te des cuenta de que se ha estado jugando siempre con una baraja incorrecta. No obstante, ésta no es una jugada única, sino que parece prestada de la que años atrás ejecutó cierto escritor que también participa en la presente antología.
No me atrevería a catalogar esta historia de original, puesto que todos y cada uno de los actos presentes rememoran otros ya vistos en otras partes, pero en su conjunto resulta entretenido e inteligente a la hora de saber ensamblar sus partes, salvando un par de errores argumentales que si son arrastrados pueden perjudicar el trabajo final.

Si os pidiera que adivinaseis de qué trata el siguiente relato, seguro que solo necesitaríais una sola oportunidad para hacerlo. Exacto, otra historia, otro asedio por parte de seres alienígenas con muy mala baba. Sin embargo, EL COLONO de Marc Sabaté da una especial importancia al entorno por donde se mueve el protagonista, creando un nexo interesante entre ellos donde la soledad y la rutina pueden convertirse en compañeros y aliados.
Buen relato, entretenido y muy atmosférico en su primer tramo, pero que peca de tener un desenlace poco original y casi rutinario en el género.

EL PASAJERO DEL ANTÁRTICA de Miguel Aguerralde llega con la ya esperada prueba de que no es necesario meter en el relato a ningún bichejo malencarado para hacérselo pasar mal a sus protagonistas y demuestra que a veces son ellos los que tienen que salir de su zona de confort para encontrarlos.
Con un comienzo muy prometedor que puede llegar a recordarnos a obras cinematográficas como Pandorum, aunque dicha comparativa finalmente resulte casi fugaz al avanzar un poco, llega un momento en que el autor comienza a jugar con ideas tan vistosas que llegan a eclipsar el desarrollo de la trama, y sobretodo la evolución de sus personajes. Es como si, tras visualizar el desenlace, Aguerralde se empeñara en alcanzarlo lo antes posible, sin apartar la mirada de la idea y desechando todo lo demás, descuidando el camino recorrido hasta él. El resultado es de esperar... un montón de agujeros por tapar.

Juan Manuel Sánchez parece en cierto modo partir de una premisa similar a la del anterior relato, pero de manera muy diferente y algo más amena, y con una notable diferencia: Aquí no solo no se visualiza el desenlace, sino que buscando la dirección al que quiere guiar EL RETORNO, ni siquiera éste queda claro. Y es que el autor se esfuerza en escenificar el trasfondo, en dotar a su protagonista de un papel que no sea el de mero actor principal... para después olvidarse de todo eso y convertirlo en un mero espectador de unos acontecimientos que por si solos ya cuentan una historia de lo más interesante sin necesidad de un prólogo, ahorrándonos el desencanto al descubrir que un personaje que empezaba a caernos simpático no es sino parte de un atrezzo innecesario.

Es difícil encontrar el punto exacto en el que hay que tomarse en serio un relato como ESTRELLAS Y CAJAS AZULES. Lo que Javier Fernández Bilbao nos trae no es exactamente un relato de terror. En cambio puede reflejarse como una sátira al progreso y a una evolución que nos lleva a la conquista de las estrellas. Porque si, seremos capaces de construir naves que nos lleven más allá del espacio conocido, conquistar mundos, dominar a otras especies y mantenernos en la cima como especie dominante... pero ¿Es que nadie ha pensado en aquel que siempre tendrá que hacer el trabajo sucio? Javier lo hace, a veces con un tono cómico, en ocasiones deliberadamente dramático, y puede que algo confuso en su final. Pero a fin y al cabo, no todo el mundo sabe hablar sobre temas "de mierda".

En un comienzo, FAUNA de Antonio González Mesa podría dar una primera impresión tan carente de innovación como llena de tópicos. Sin embargo es su ritmo cuyo velocímetro no para de marcar más y más, su acción que se hace presente desde el primer minuto y su permanente atmósfera amenazante lo que lo convierte por encima de cualquier comparativa, en un relato muy disfrutable. Un guión más que correcto para un hipotético slasher de ciencia ficción. Cruel, salvaje y bien desarrollado.

En contraposición a este relato, G-TIERRA de Israel Alonso en un texto amable, en ocasiones tierno. Lejos de centrarse en el terror, género que aquí brilla por su ausencia, su autor nos lleva de la mano a un futuro distópico y nos invita a reflexionar acerca de nuestro futuro, un tiempo que va moldeándose con los actos y decisiones presentes de los más poderosos. Divertido cuando quiere serlo, melancólico y dramático cuando hace falta, y esas múltiples referencias que nos son conocidas a todos, pueden sacarnos tanto sonrisas como escalofríos.
A fin y al cabo, el futuro deseado de uno no implica que sea el mismo de todos y, a veces, ni siquiera asegura la supervivencia de los demás.

El terror no es que sea tampoco protagonista principal en LA REINA DEL ROCK & ROLL de David Gambero, pero si creéis que ello le hace perder interés, os equivocáis. El autor juega con una de las ideas más interesantes que podemos encontrar en lo que llevamos de antología, creando una atractiva fusión entre la ciencia ficción y la fantasía. Su historia o mejor dicho, su evolución se centra principalmente en el diálogo y la discusión entre sus personajes protagonistas. Un punto de partida que lejos de provocar seguridad y tranquilidad, dejará fluir la tensión hasta volverla casi insostenible.
Si, es posible que los actos de presencia de cada uno de los participantes quede algo artificial, pero no es algo que desmerezca el resultado final, uno de los, a mi gusto, mejores de TERROR EN EL ESPACIO.

Parece que cuando a Juan González Mesa se le propone escribir una historia ambientada en el espacio donde predominara el terror, se lo toma muy en serio. LA CASA DE LOS ÁNGELES es una salvajada que toma como referentes temas que ya sufrimos en películas como Horizonte Final o videojuegos como Dead Space. Su estructura, compuesta por un inicio pausado, ofreciendo una falsa seguridad mientras se hacen las presentaciones, desemboca en un nudo donde predomina la violencia visual y la locura que nos lleva a un desenlace algo brusco, pero que lo convierten en ese "relato" que todos encontramos en las antologías, en aquel que desearíamos que fuera más largo, tener un espacio suficientemente amplio para no dejar tantas incógnitas flotando en el vacío con los peligrosos misterios de ahí fuera.

¿Alguna vez habéis estado en una entrevista de trabajo en grupo?,¿Habéis hecho la prueba en la que todos están a bordo de un globo que va perdiendo altura poco a poco?. Raúl Ansolá parece basarse en esta prueba para escribir LA ÚLTIMA EXPEDICIÓN, una historia de supervivencia a contrarreloj que saca lo peor del ser humano. Muy disfrutable aunque su desenlace hace duda sobre si lo hemos comprendido o sencillamente éste no esta a la altura del resto de la narración.

La aportación de Pedro López Manzano a la antología es LO QUE DURA UN CHIRRIDO, donde de nuevo una amenaza tan desconocida como casi todo lo que abarca el espacio exterior se cierne sobre sus pobres protagonistas. La historia supone una grata sorpresa que enfoca uno de los mayores peligros y a su vez de los que menos se habla pese a que, en este caso, la amenaza es real: La soledad. El relato va aumentando en intriga e intensidad a medida que una hipotética cuenta atrás nos lleva a un desenlace angustioso, cruel y en definitiva, fantástico.

El relato de David Mateo es posiblemente el que más se aleja de la estructura y escenografía en la que se basan la mayoría de los cuentos de TERROR EN EL ESPACIO. Aquí no hay tripulantes a bordo de una nave espacial con nombre bíblico asediados por una amenaza invisible, ni un picnic en un planeta desconocido que acaba en un "pies para qué os quiero". A cambio, lo que el autor nos ofrece en LOS CELADORES DE SAN PATRICIO es un thriller que va evolucionando hasta convertirse en el hijo bastardo engendrado en una orgía entre Matrix y los mitos de los reptilianos. No deja de ser interesante, pero lamentablemente va perdiendo fuelle a medida que avanzamos, predecimos los acontecimientos y todo queda en una trama desinflada.

Resulta llamativo como Víctor Blanco lleva su relato NO HABITAR MÁS LA TIERRA de un tono serio, que promete un destino cruel y fatalista para sus personajes, en una gamberrada totalmente imprevisible. No es que la historia sepa genera un suspense en aumento, es que cuando crees tenerlo todo claro es cuando llega la bofetada. Relato muy divertido que hace desear más experiencias con dos de sus protagonistas. Y bueno... es que también hay que valorar el hecho de que cualquier lugar en que suene Shine on you crazy diamond de fondo tiene que ser bueno a la fuerza.

Puede que Carmen Moreno desarrolle en RESURRECCIÓN una trama más bien discreta y que tiende a no dar demasiadas explicaciones o razonamientos acerca del trasfondo en que se apoya el relato, pero si algo queda en el recuerdo tras leer esto, son algunos de los momentos más macabros y escenas más escabrosas que leeremos en este tomo. Una alegoría acerca de los límites de la ética humana, o más bien la falta de ellos, en pos de la supervivencia que revive el eterno debate y culmina del peor modo posible.
Ya si eso del hecho de que Carmen sea la única mujer que participa en la antología lo hablamos en otra ocasión...

Nuestra particular odisea intergaláctica termina con UNSICHT de Salva J. Luzzy, que tristemente vuelve al argumento más recurrido por los participantes de esta colección de horrores, y lo hace de la manera menos deseada. De nuevo, se nos ofrece un protagonista atractivo, un comienzo con grandes promesas... que al final se traducen en huidas, carreras, disparos, etc. Pero al mismo tiempo, todo ello es demasiado premeditado. Las escenas parecen forzadas a seguir al pie de la letra lo que el guión dicta, sin improvisación, convirtiendo a sus personajes en autómatas desnaturalizados y, en consecuencia, poco creíbles.

Pues ya lo veis. TERROR EN EL ESPACIO es una antología muy completa para lo bueno como para lo malo. De nuevo tenemos grandes ideas que son tratadas de manera inadecuada, apurada, suplicando más espacio. Pero también encontramos historias muy bien ejecutadas, con personajes interesantes y prosas sobresalientes que sin embargo se dejan influenciar demasiado por obras y conceptos ya existentes. Y repito, hablamos del espacio, de un infinito archivo de ideas aprovechables, no todo va a ser monstruos con colmillos como tablas de surf persiguiendo a damas indefensas por los pasillos de una nave espacial. Ripley ya sufrió lo suyo, ¿Por qué queréis hacerles pasar el mismo trago a otros?.

Con todo, TERROR EN EL ESPACIO no deja de ser una antología muy entretenida, bien seleccionada, y cuidada, que ayuda a descubrir talentos poco conocidos pero que también son grandes promesas para el género. 17 reflexiones que solo pueden surgir de mirar al cielo y de hacernos preguntas...

... cuyas posibles respuestas a veces asustan.

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