martes, 12 de mayo de 2015

Reseña: DISFORIA de David Jasso.



Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

DISFORIA de David Jasso.

La sociedad arrastra una crisis económica y de valores que parece irreversible. Esther y Tomás, un matrimonio joven con serios problemas laborales, deciden pasar un último fin de semana, junto con su hija de dos años Say, en el apartamento de montaña que compraron en tiempos mejores y que ahora necesitan vender. En plena tormenta de nieve, alguien llama a su puerta y comienza la pesadilla. Veinticuatro horas de terror extremo, en las que deberán luchar para sobrevivir. En su huída, la situación se complicará aún más y se verán obligados a enfrentarse a sus miedos más profundos y ancestrales. Porque, además, alguien que se desplaza entre las sombras les acompaña en su viaje sin retorno.

Disforia es una historia claustrofóbica y aterradora que te dejará sin aliento. El autor de La silla nos sorprende con su nueva novela, una obra aún más terrible y agobiante. Una lucha desesperada por la supervivencia y la cordura. Un viaje al terror más intenso y perturbador, del que no siempre se puede regresar. Una historia que te atenaza y te obliga a traspasar los límites de la razón.

Expliqué en alguna reseña anterior mi opinión personal acerca de la evolución del miedo. En ella resumía los cambios de los orígenes del temor que se producen a medida que los años van acumulándose en nuestras vidas, sustituyendo al hombre del saco por una hipoteca impagada, a la bruja que vive en el caserón cochambroso del final de la calle por una ETS o a la garra que asoma debajo de nuestra cama por un hombre de traje y corbata que dice que es tu jefe.

El escritor de terror muchas veces es consciente de ésto y juega con la frágil mente de sus lectores mientras éstos se complican la vida otorgando, en ocasiones, metáforas imaginativas unas, absurdas otras donde usan lo ficticio y lo sobrenatural para explicar sucesos cotidianos (Pobres zombis, ¿Qué culpa tendrán ellos para que les llamen una y otra vez "Alegoría" de la crisis?).
Monstruos clásicos inmortales como vampiros o fantasmas, terrores venidos de otros mundos, experiencias sobrenaturales o experimentos fallidos siempre van a formar parte del mercado seguro del horror en el cine y la literatura. Sin embargo, uno de vez en cuando encuentra autores que se creen capaces de causarte escalofríos con el elemento mas vulgar de tu día a día; una puerta cerrada, ver al carnicero de tu barrio en plena faena, o un huevo de gallina. Si. Un huevo.

David Jasso no solo se cree capaz. Lo consigue.

Jasso se ha convertido, a raíz de un amplio catálogo de publicaciones y un buen número de premios, entre los que se incluye el NOCTE y el Ignotus, en una clara referencia dentro del terror hispano y, ya a nivel personal, en una de mis plumas favoritas de nuestro país.
LA SILLA (2006), clásico imperdible del horror hispano, la macabra aventura juvenil de DÍA DE PERROS (2008), Su pequeño toqueteo en la ciencia ficción en FERAL (2010) el regular EL PAN DE CADA DÍA (2011) o su fabulosa colección de relatos ABISMOS (2011), sin olvidarnos su novela escrita a cuatro manos CAZADOR DE MENTIRAS (2007) su recopilatorio de microrrelatos VIDAS INFINITAS (2013) y haciendo una mención especial a uno de los relatos mas enfermizos que he tenido el placer de leer: LA RUEDA DEL AUTOBUS.

Casi todas estas obras nos han descubierto a un maestro del terror de lo cotidiano, del realismo sucio y de esa sensación residual de "Mañana te puede pasar a ti" que deja al lector sin defensas.

(Y después de esta obscena lamida de culo al autor con la lengua a velocidad de Minipimer, pasamos a hablar de su nueva novela)

Ahora, el autor nos sorprende con su nueva salvajada de mano de la colección Insomnia de Valdemar. Porque DISFORIA puede ser muchas cosas, pero ante todo es salvajismo, es cortarte con un cuchillo oxidado y echar sal cuando crees que todo ha acabado.

Partamos primero del panorama y escenario en que nos sitúa la novela. DISFORIA nos traslada a un presente/futuro ficticio, pero demasiado cercano y real para pasarlo por alto y sentirnos seguros, donde la crisis ha empeorado (Mas aún) y el ciudadano se encuentra al borde del abismo (Mas aún).
A modo de respiro de una situación límite, Tomás, Esther y su hija de dos años Say deciden pasar unos días en un pequeño apartamento a las afueras. Un buen comienzo para un pequeño drama familiar si,... hasta que alguien llama a la puerta. y se desata el infierno.

Un pistoletazo de salida para que el autor vomite toda su mala ostia en un autentico survival , una carrera contrarreloj que deja sin aliento no por las innumerables escenas de acción, sino por su habilidad de alargar los momentos decisivos hasta el punto de la desesperación del lector. Al principio puede parecer que estamos ante una de esas historias de secuestros o en las que el protagonista acaba encerrado con su asesino (A la mente me vienen obras cinematográficas como SWEET HOME, MUSARAÑAS o SECUESTRADOS), pero esto solo termina suponiendo el envoltorio de algo mas grande.  Jasso juega con las emociones como un niño problemático que, en la guardería cuando no puede tener su juguete, lo destroza para que nadie mas lo tenga. No busca el susto fácil, sino la incomodidad constante del testigo, el miedo a seguir leyendo pese a saber que si algo puede salir mal... acabara peor. A veces de manera que ni uno imagina.

La prosa de David siempre ha sido directa, capaz de transmitir exactamente lo que pretende, que igual te coge de la mano para pasearte como te ata a una silla para torturarte. No obstante, con DISFORIA va mas allá, aquí juega con nosotros usando elementos quizás no llegando a experimentales, pero si narrativamente arriesgados, tales como el uso de la tercera o primera persona, esta última poniendo voz a varios de los personajes, el uso de un peculiar narrador que nos intimida, nos aconseja, nos invita y amedrenta, un aparente desorden cronológico en el transcurso de los acontecimientos e incluso un peculiar y sorprendente uso de la cámara lenta y la pausa, todo ello construyendo una lectura llena de intrigas y lagunas, pero que el lector, a medida que junta las piezas y las pistas que se van dejando caer como migajas de pan termina resolviendo el puzzle que compone una historia que, para mas inri transcurre en apenas 24 horas.

No es nada difícil sentirse identificado con los personajes y el entorno en que se mueven, pequeños y grandes detalles narrados se verán reflejados en nuestra vida cotidiana, sacándonos a veces cómplices sonrisas y en otras voraces escalofríos. Aquí no hay atrezzo, solo lo que podemos encontrar a nuestro alrededor, no hay héroes en esta historia, y los villanos no siempre irán señalados con carteles de peligro. A veces lo que te rodea es lo que debes vigilar. No obstante el trabajo de los personajes es sobresaliente en muchos aspectos, pasando a realizar actos bastante predecibles a convertirse en un autenticas bombas de relojería a punto de de estallar. Mención especial merece el personaje de Nolasco, al que uno es capaz de causarle tanta repulsa con aprecio, sentimientos que solo he sentido pensando rápidamente, en personajes con John Kramer de SAW.

Por otro lado, el escenario cerrado y minimalista no es nada nuevo en las historias de David, no hay mas que recordar LA SILLA cuyo grosor de la trama se desarrolla en... bueno... eso. En DISFORIA la sensación de asfixia está asegurada de nuevo, pese a un destacable cambio de escenario tras la bajada del telón del primer acto para... si, lo habéis adivinado: Empeorar la situación.

Sin embargo, sí tengo que mencionar un PERO, sería sin duda su final, el cual, sin dejar de ser cuanto menos impactante, sí que, en cierto modo resquebraja todo el esquema que se ha ido formando a lo largo de la lectura. Eso no quita que David Jasso sea un estratega de la literatura, que sabe cuando dejar cae un señuelo, y cuando arrebatarte una idea que tenías preconcebida.

DISFORIA es, sin duda, una de las novelas mas duras que ha escrito su autor, un libro que duele leer física y emocionalmente, lleno de crítica social y rabia contenida, no apto para gente fácilmente impresionable y con miedo a explorar tanto lo mas profundo de una mente puesta al límite de personajes ficticios pero a la vez muy reales, como las suyas propias.
Así pues, David Jasso lo ha vuelto a hacer, ha creado una de esas obras extrañas, difícilmente catalogables (¿Terror cotidiano?¿Horror emocional?¿Realismo macabro?), Una novela que recomendaría a todo el mundo, pero que al mismo tiempo no aconsejaría leer a nadie.

Bravo.

4 comentarios:

  1. Me has dado curiosidad y he buscado en Google. ¡Pero que fotos más cuquis y amables se hace este señor! ¡me encanta! De momento me voy a leer La Silla y si no me gusta volveré para vengarme dejando una cita de alguno de los peores bódrios que nos toca leer. Venga, un saludo.

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    1. Eh! aquí no vengas vomitando sapos y culebras sobre Jasso, ¡Escribe una reseña como Dios manda en La Pluma, mujer!, ya sea buena, o mejor, si te parece un pestiño. Seguro que me gusta y todo al autor.

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  2. lo he leido y me lo he pasado fatal, madre de una enana de 17 meses empezo a encongerse mi estomago desde el inicio.... pero segui y coincido que Jasso es un autor muy grande, por lo que me sorprende que no se le conozca mas y tenga reediciones de sus libros, En fin, que ml cuerpo aun no se recupera, y todo tu culpa Dr. por recomendarlo tanto... me voy a tomar un trago.

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  3. Fantástica novela!! Tensión y emoción en cada página! Ahora voy a por su última novela:"Lo que ves cuando cierras los ojos" que seguro que promete emociones fuertes también

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