lunes, 12 de diciembre de 2016

Reseña: EL NIÑO PÁJARO de Juan Manuel Peñate Rodríguez.



Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

EL NIÑO PÁJARO de Juan Manuel Peñate Rodríguez.

En La última lectura los integrantes de una hermandad secreta se reúnen una vez más en el acostumbrado punto de encuentro, ignorantes de lo que la noche les depara; el Club Paradise es un sitio especial al que no se puede ingresar si no es por invitación directa de alguien de dentro, sin embargo, lo insólito no radica en su emplazamiento, de por sí inconfesable, sino en los miembros que lo conforman; en una época de oscuridad y misterios, en mitad de un sangriento barrizal cubierto por centenares de cadáveres, una enigmática mujer de la que apenas se
sabe da a luz un extraño bebé que no llora, aquel destinado a sacudir los cimientos de una era, aquel por cuya leyenda será recordado como El niño pájaro; en ¡Feliz no cumpleaños! nos reencontraremos con personajes archiconocidos, aunque más allá de ese mundo onírico, tras las sombras, ¿hasta qué punto los conocemos?; en La gasolinera una imprevista parada en el camino supondrá para alguien un soplo de aire fresco, pero también un antes y un después en la manera de contemplar su viaje interminable. Del autor de Al otro lado del cristal, nos llega su esperada segunda antología, nuevos e inolvidables relatos donde los amantes del suspense, la ciencia-ficción, la fantasía o el terror volverán a estar de enhorabuena.

Hoy en día existe entre otros muchos, un asunto que divide al mundo literario en una ¿pacífica? batalla por quién tiene la razón: La autopublicación.

Ya se que no son pocas las veces que hemos visto el punto de vista de los escritores ante la terrible pregunta: ¿Autopublicación si o no? Ventajas, beneficios, facilidades... todo eso está muy bien, pero más allá de esos detalles, parece que la figura del lector es ninguneada y pocas veces se le pregunta qué le parece este panorama, o cómo se encuentra ante la gran variedad de elección que se le presenta. ¿Que cómo se encuentra dicho lector? Ya os lo digo yo: saturado.
Esas ventajas, beneficios y sobretodo facilidades que la autopublicación posee ha provocado que el mercado literario empezara a crecer como la espuma desbordando la bañera, ofreciendo al mes cientos de nuevos títulos donde ahogar nuestra indecisión, abarcando todos los géneros, llenos de nuevas y antiguas ideas, algunas incluso recicladas, sexo con dinosaurios y una preocupante falta de un filtro de calidad mínima.
Si bueno, ya echamos en falta dicho filtro en grandes editoriales a las que no les tiembla el pulso a la hora de plantar el sello "Bestseller" a libros que no hay por donde coger, o gastan dinerales en campañas de promoción que funcionan como cantos de sirena para despistados que se creen todo... También están los casos de arboles que son talados para convertirse en el libro de algún youtuber, pero eso ya es un tema del que hablaremos en otro momento...

La cuestión es que yo reconozco no esconderme cuando afirmo que no me suelo fiar de trabajos autopublicados. Ya no solo por las agresivas campañas de promoción (Spam) por parte de sus propios autores que circulan por las redes sociales o la mala calidad de los libros en formato papel (cuando existen), sino por la propia experiencia personal, plagada de malas copias de diarios de invasiones de zombis gallegos, gente que se pone hasta el culo de atún para prevenir la radiación causada por una bomba nuclear o un Robert Langdon andaluz luchando contra nazis en plena feria de abril.
Sin embargo, no faltan novelas de gente que no ha encontrado el apoyo necesario por parte de las editoriales para publicar sus novelas, lo cual se vuelve incomprensible cuando uno se anima a leerlas. Recordemos por ejemplo que el inicio de una de las mejores sagas de muertos vivientes escrita en nuestro país fue publicado por primera vez por Circulo Rojo (CIUDAD HUMANA de Carlos J. Lluch), o los últimos trabajos de escritores de renombre como Virginia Pérez de la Puente o Joe Alamo.
Y también fue hace unos años cuando Juan Manuel Peñate se añadió por sus propios méritos a la lista de autores autopublicados de excepción. Excepción por su calidad, por la originalidad de sus historias, por su talento. Ingredientes todos que pudimos encontrar en AL OTRO LADO DEL CRISTAL, una colección de relatos que exploraban muchísimos géneros y temas, donde el autor jugaba con la extensión, el ritmo y una amplia colección de influencias...
... Elementos todos ellos a los que ha vuelto a echar mano el escritor sevillano con su nuevo trabajo EL NIÑO PAJARO, repitiendo formulas, mejorando otras y por encima de todo manteniendo su propio estilo.
Juan Manuel, aparentemente contento con el resultado de su anterior trabajo compuesto por siete relatos, nos trae una nueva selección compuesta esta vez por cuatro relatos y una novela corta donde sigue explorando y ahondando en los distintos campos de la fantasía, el terror y la ciencia ficción. Un terror suave, téngase en cuenta, y una ciencia ficción que se aleja mucho de la ciencia y se abraza a la ficción.

Estamos ante historias llenas de ecos conocidos, cuentos que beben hasta ahogarse en escenas, influencias y estereotipos harto conocidos, para tratarlos con cariño, sin caer en la burda copia, plagio o recurso fácil, sino moldeándolo hasta hacerlo propio y moderadamente personal. Eso no quita que no existan momentos en la trama que se tornen terriblemente intuitivos y evidentes, casi como sabiendo lo que inmediatamente va a pasar en un tramo u otro de las relatadas historias.

Pero sin duda el factor más positivo que encontramos en EL NIÑO PAJARO es el mismo que nos encontramos en AL OTRO LADO DEL ESPEJO, y es que pese a las carencias o defectos que pueda tener la narrativa del autor (Siempre sujeto al criterio personal de cada uno) sus historias saben atrapar, captar lo que queremos encontrar en el momento exacto, incluso aunque no nos demos cuenta hasta que lo estamos leyendo. Para muestra un botón:


Se suele decir que la primera impresión es la que importa, y para quien no se haya aventurado en el primer trabajo del autor, LA ÚLTIMA LECTURA supone una prueba de fuego para el nexo entre escritor y lector.
A decir verdad, estamos ante una historia con contrastes muy chocantes entre sí, ya que encontramos una trama bastante oscura y fatalista, pero a la vez intenta ahondar en diversos valores como pueden ser la magia de la lectura, su efecto curativo en cuerpo y alma o el valor de la amistad, lo cual termina siendo bastante contradictorio si tenemos en cuenta la evolución de algunos de los personajes.
Estética y visualmente nos encontramos una vez mas frente a un choque de ideas, con un escenario como punto de partida que puede recordar a atmósferas como las de películas como El Orfanato o El Espinazo del Diablo para, a partir de un punto convertirse en una exposición del lado más oscuro de las fantasías de Jim Henson.
El relato mantiene un interés creciente a medida que avanza, aunque su cambio de rumbo, el cual debería funcionar como un aliciente se convierte también en su mayor pega. Juan Manuel alarga demasiado una primera parte que ejercería como prologo para seguir con un nudo que acaba antes de que empecemos a disfrutarlo. Sería como leer una novela de 300 páginas de las cuales 250 son usadas para presentarnos unos personajes que se perderán en el olvido en las 50 restantes. Una verdadera pena que el relato no aproveche su potencial, porque lo tiene,

CLUB PARADISE supone un radical cambio de registro comparado con la anterior historia. Si antes disfrutábamos con un relato tocado por un punto siniestro, aquí encontramos el lado más benévolo del escritor. Con un guión sin duda influenciado por obras que miran por el lado romántico del más allá (Ghost es la primera referencia que me viene a la cabeza), su autor busca en apariencia una reconciliación entre sus personajes y sus destino: el descubrimiento de lo increíble y su inmediata aceptación, y aunque de desarrollo agradable, habría que destacar un par de aspectos que chocan bastante. El primero es el uso de clichés demasiado descarados, que hacen que la originalidad del texto sea, sino cuestionada, si algo debilitada. Por otro lado, uno no se aclara con el nudo de la trama propiamente dicho. Es como si los dos primeros capítulos estuvieran conectados con un tercero casi de manera forzosa, como si ni siquiera Juan Manuel supiera como quiere acabar la historia.

Sin duda por su extensión que alcanza la de una novela corta, su calidad y la evocación de las imágenes que inspira, el relato EL NIÑO PÁJARO es el que más llama la atención de los cinco que componen el libro, y no solo porque le otorgue el título a la colección.
Estamos ante una historia ambientada en un ficticio  Japón feudal, plagado de reminiscencias de fantasía épica, donde la magia y las criaturas misteriosas no son elementos extraños en el día a día y los personajes célebres se miden por sus heroicidades.
Evidentemente un trasfondo así y unas pocas líneas leídas es lo que nos hace falta para que la historia de EL NIÑO PÁJARO nos recuerde irremediablemente a títulos de anime y cine nipón donde destacan obras como Azumi, Kenshin o Inuyasha, referencias que van cogidas de la mano durante el proceso creativo y evolutivo de la trama. Eso si, siempre dirigiendo la mirada al lado más cruel y sanguinario de las leyendas orientales.
Las escenas de acción, incluso la estética de sus personajes (muy diferenciados entre ellos, a veces de rasgos casi propios del cine de animación) no hacen sino acrecentar la sensación de estar leyendo una secuela de Ninja Scroll, o de estar ojeando un manga, llevando la eterna lucha entre el bien y el mal a un terreno que ambos bandos deben conocerse ya al dedillo.
De potente ritmo inicial, decae un poco pasados las tres cuartas partes de su extensión, no por pérdida de acción, sino porque la trama termina tomando una dirección a mi parecer inadecuada y algo incompleta, opinión que por suerte vuelve a cambiar con un epilogo bastante correcto.

Un relato titulado ¡FELIZ NO CUMPLEAÑOS! no necesita presentación, ya que seguro que casi todo el mundo adivina de lo que aquí se habla ¿Verdad? Pues no estéis tan seguros, Juan Manuel nos da aquí un punto de vista personal de la famosa fábula y nos muestra un lado oculto, oscuro, misterioso, pero también en cierto modo, conmovedor del famoso cuento infantil, consiguiendo que la historia cabalgue entre la leyenda y el mito, lo real y lo absurdo.

Finaliza esta nueva colección de relatos un leve acercamiento a la ciencia ficción. Digo leve porque aparte de que la historia de LA GASOLINERA transcurre en el espacio a bordo de una nave espacial, esta se aproxima más a la fantasía que al mencionado género.
Historia por cierto muy visual que recuerda en estética a un universo fantástico con herencia directa de Star Wars, La Guía del Autoestopista galáctico o Doctor Who, pero a diferencia de ellos, el escritor toma un cariz más dramático y moral... una historia con moraleja podríamos decir, muy entretenida e imaginativa, pero se ve ligeramente perjudicada por la cantidad de pregunta que quedan sin contestar, lo cual nos hace viajar a trasfondos incompletos, apenas bocetados.

en definitiva, EL NIÑO PAJARO es una entretenidísima colección de relatos, con más virtudes que defectos, aunque los haya. Uno acaba con la sensación de que hubiera disfrutado más de casi todos los relatos aquí recopilados si se convirtieran en novelas más extensas, o viendo el relato que da título al libro en viñetas, no obstante, promete y da ratos de puro entretenimiento de alta calidad que nada tiene que envidiar a supuestos Bestsellers de renombre.

2 comentarios:

  1. Gracias Carlos por este, como de costumbre, minucioso y exhaustivo análisis. Me alegro que, en definitiva, a pesar de los peros que le pusiste, te dejara tan buen sabor de boca.

    Un abrazo ;)

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