jueves, 27 de agosto de 2015

Reseña: MALDITA NOSTALGIA de Juan Luis Marín.



Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

MALDITA NOSTALGIA de Juan Luis Marín.

UNA NOVELA DONDE LO REALMENTE ESCALOFRIANTE NO ES QUE NADA SEA LO QUE PARECE…SINO QUE TODO ES LO QUE NO QUEREMOS VER.

Siete años sin pisar el mugriento pavimento de La Capital. El dolor hizo huir a Ángel, y el dolor lo ha hecho volver. En concreto, la muerte de su hermano pequeño, Álex, que con los años pasó de ser un caradura mimado a un auténtico cabrón malnacido.Junto con Gabriel, el tercero de los hermanos, Álex se metió en negocios muy sucios para salir adelante tras la muerte de sus padres, y no tardó en cogerle el gusto al lado salvaje. Pero la última mercancía que debían transportar se quemó…viva, y Gabriel no puede asumir la enorme deuda contraída. El rencor, el miedo y el dolor es lo único que queda entre los dos supervivientes de una familia marcada por la tragedia, y de ese caldo de cultivo surgirá un siniestro personaje que mueve los hilos con el único fin de crear una orgía de DOLOR, su fuente de vida.

Cada día somos mas conscientes de que ya no hace falta recurrir a la imaginación (propia o ajena) para encontrar historias terroríficas, capaces de encogernos el corazón o hacernos un nudo en el estomago, y todo ello sin tener que recurrir tampoco a monstruos venidos de otra galaxia o dimensión, o fantasmas vengativos, y mucho menos muertos vivientes ansiosos de hincar el diente a algún apetitoso muslo humano, no. A veces no hay mas que encender la televisión para que el noticiario de rigor te ofrezca una dosis de cruda realidad o, sencillamente, pasear por las mas céntricas calles de tu ciudad, para tragarte hasta el borde de la asfixia toda la miseria y contemplar con sólo la venda que uno quiera ponerse el lado mas oscuro de lo que llaman civilización.
No hay duda de que muchas veces la realidad supera con creces a la ficción, aunque, curiosamente, acostumbramos a usar ésta frase sobre todo en los aspectos negativos de la vida.

Imaginaos que estáis paseando por una de esas cambiantes y a la vez rutinarias calles cuando, de repente tu visión se oscurece a causa de un saco cubriendo tu cabeza y un puño dirigido a toda velocidad a tu cara te lleva a la inconsciencia. Despiertas en una habitación desconocida atado de pies y manos a una silla mientras un par de sujetos que no has visto en tu vida te miran con curiosidad. No pasa mucho tiempo hasta que finalmente y sin esperar ninguna muestra de piedad, comienzan a rociarte la cabeza con botellas de Whisky y anís, fuman como camioneros echándote el humo a la cara y las colillas aun incandescentes al regazo. Llevan tal cogorza que terminan vomitándote encima. Piensas que lo peor es cuando te dejan sin dientes a puñetazos, pero nada es comparable a cuando uno de ellos saca una pistola y te revienta las rodillas a tiros, causándote un dolor que te devuelve a la negrura del desmayo.
Finalmente vuelves a despertar en un callejón mugriento (¿Uno de los dos torturadores te ha acariciado la cara con cariño o lo has soñado?). Junto a ti, una nota. "Recuerda que siempre estamos ahí. Fdo: La puta realidad"

¿Os imagináis lo que sentiríais al vivir una experiencia similar? Pues más o menos lo relatado es el efecto que causa leer MALDITA NOSTALGIA de Juan Luis Marín.

Esta obra, nacida de las cenizas de su antecesora ALMAS GRISES, premiada con el premio Ultratumba 2014, podría definirse de Novela negra, Thriller emocional, drama, incluso terror y novela urbana... que coño, MALDITA NOSTALGIA es una verdadera putada. Pero de las necesarias. Es el guantazo que debió darte tu padre cuando estuvo a tiempo. Es la noche en el calabozo para que aprendas que pasarte de listo tiene consecuencias. Una noche en el hospital por una sobredosis o por varios huesos rotos tras una pelea. MALDITA NOSTALGIA es una Maldita pasada.

Estamos ante una de esas novelas que desde el primer capitulo ya te tiene atrapado sin remisión. Marín nos coge de la mano (o del cuello directamente) para guiarnos a través de La Capital. Quizás una ciudad ficticia, pero fácilmente reconocible, presente y real. Una ciudad como cualquier otra mostrada en la novela, ya no descrita, sino prácticamente fotografiada. Una tierra sin héroes, unas calles ensuciadas por los desechos producidos no solo por las manos de sus habitantes, sino también por sus mentes, donde llueve lagrimas de impotencia y el calor hace sudar el valor de nuestros cuerpos.
Y mientras el autor nos guía por tan pintoresco escenario nos narrará una sucesión de historias unificadas por sus protagonistas, pero siempre manteniendo como factor común y constante la corrupción. la violencia y la mas absoluta desesperación.

Es común decir cuando se habla de una historia escrita que sus personajes evolucionan a medida que avanzamos en la trama. Sin embargo en MALDITA NOSTALGIA somos testigos de una involución. Sus protagonistas son personas rotas por el dolor y el sufrimiento, para los cuales cualquier solución de sus pesares esta teñida de sangre y cualquier historia de amor que puedan vivir no sera bonita, dejando un rastro de fluidos resecos y condones desechados. Y cómo una grieta en una figura de porcelana, si la agitamos mucho, ésta terminará agrandándose hasta hacerse pedazos. Algo así ocurre con los protagonistas de ésta novela

Juan Luis Marín posee una prosa tan afilada y a la vez tan sucia como el cuchillo de un carnicero. Es, de esos autores como Ignacio Cid Hermoso, Darío Vilas o Emilio Bueso, capaz de buscar, encontrar y narrar la belleza dentro de párrafos y metáforas crudas y viscerales. Su estilo engancha, envenena y consume al lector, yendo directamente al grano y relatando exactamente lo que queremos saber en nuestro morboso deseo. Esto, sumado a unos capítulos relativamente cortos, construyen una lectura rápida, ágil, y de esas que uno está dispuesto a pedir mas tras un breve tiempo muerto para lamernos las heridas.

Pero entonces ¿Donde están las fuerzas de la ley para poner un poco de orden en una historia que aparentemente está dominada por el caos y donde absolutamente nadie parece inocente? Olvidaos, la policía no deja de ser un peón mas en esta partida injusta. Una ventana mas a la que asomarnos a la cruda realidad. Y si dichas muestras de realismo, de, como dice en la contraportada, "cosas que no queremos ver" fueran representadas por ventanas por las que asomarnos, MALDITA NOSTALGIA seria un rascacielos.
Habrá quién me tilde de exagerado, de que la sociedad no puede estar tan jodidamente mal. Pero seguro que son los mismos que alguna vez han gritado "¡Apaga la tele! Que estoy comiendo y no me apetece ver victimas del terrorismo desparramadas por el suelo." Pero para lavarnos el cerebro y contarnos milongas ya están los telediarios ¿verdad? Juan Luis Marín opta por mostrarnos lo que no se cuenta, el lado oscuro del ser humano en pequeñas pero constantes dosis que puedes encontrarte tiradas en la puerta de tu casa.
Sobra decir que estamos ante una novela muy dura, con escenas que nuestra ética rápidamente censuraría, y la moralidad es mandada a paseo a patadas por el culo, pero no por ello quiero decir que cada página busque el morbo. Para eso hay otros autores y otros géneros. MALDITA NOSTALGIA lo que hace es agarrarnos la cara y evitar que la giremos cuando sabemos que vamos a ver algo desagradable, pero al mismo tiempo todo nos resulta tan tristemente natural que no tardaremos en sentirnos identificados con personajes como Ángel, Álex o Isabel.

Solo puedo encontrar una pega a ésta obra, y es que se cuentan tantas cosas, y se hace tan corta al mismo tiempo que uno se siente decepcionado por no haber podido indagar en el pasado y el dolor de muchos de sus personajes. Eso si, una cosa tengo clara, después de ésta experiencia, ALMAS GRISES se ha convertido en un objetivo claro.

Una novela negra no siempre tiene por que estar protagonizada por un detective intentando resolver un caso, y Marín opta por agarrar con fuerza el significado literal de "negra" para describir el alma de las personas que encontraremos en MALDITA NOSTALGIA.


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