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miércoles, 20 de diciembre de 2017
Reseñas breves #9. NO HAY SANTOS de Gabino Iglesias.
Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:
NO HAY SANTOS de Gabino Iglesias.
Fernando es un ilegal y un vendedor de droga de poca monta que ha conocido días mejores. Tras escapar de México hacia los Estados Unidos para alejarse de un grupo de personas que lo querían muerto, ve cómo, de nuevo, la fatalidad se ceba con él: secuestros, maras, brujería, santería, matones rusos, muerte, violencia desenfrenada y el atisbo de un acechante horror ancestral se dan la mano en este vertiginoso noir con ciertas dosis de weird.
Gabino Iglesias es escritor, periodista, ensayista, columnista y crítico literario. Por el momento vive en Austin, TX. Esta es su tercera novela. Lo podéis encontrar en Twitter en @Gabino_Iglesias.
Incluye 11 láminas interiores, 10 de ellas, fotografías del propio autor.
Estamos acostumbrados a que ante una nueva lectura, nuestra mente busque en ella la superposición de unas características por encima de otras, dependiendo de la importancia que les demos, pero ignorando en más casos de los que deberíamos, el valor de muchos factores o considerarlos sencillamente secundarios.
Así, por ejemplo, en la fantasía muchos buscan mundos complejos y originales, llenos de detalles e historia. Los que disfrutan de la ciencia ficción quieren leer algo que les haga mirar hacia un mañana maravilloso, creíble o al menos divertido. Sin embargo, cuando hablamos de terror o novela negra muchos ignoran que lo que debería predominar sobre todo son las sensaciones que su historia provoca en el lector, por encima incluso del universo creado.
Al menos esa es la sensación que he tenido mientras leía NO HAY SANTOS, la novela escrita por Gabino Iglesias y donde ambos géneros mencionados (terror y novela negra) se dan la mano para narrarnos un relato que bien podría ser verídico pero donde se deja cierto espacio para una pequeña dosis de oscura fantasía.
Porque a ver, siendo sinceros, la trama de esta novela es más simple que el mecanismo de un botijo, y no es que deslumbre por su originalidad precisamente. Estamos ante la clásica historia que podría haber escrito y firmado Don Wilson en un rato libre. Narcotráfico, mafias, venganzas, vudú y santería. Un relato lleno de clichés donde no faltan mercenarios, armas de todo tipo de calibre, dinero manchado de sangre y sangre manchada de más sangre. Entonces, ¿Qué es lo que hace la lectura de NO HAY SANTOS tan disfrutable? Pues su ambientación y su puesta en escena.
En el mismo prólogo, Francisco J. Ortiz ya avisa de esa sensación de peligro, del miedo a la muerte que puede contagiarse del protagonista al lector, y en este caso es una afirmación muy acertada. ¿Recordáis la escena de la película Pulp Fiction en la que Butch entra en su apartamento para recuperar las llaves que le llevarán a la salvación? Pues a eso me refiero. Aunque Fernando, el protagonista de esta novela sea un hijo de puta con el que resulta casi imposible sentir empatía y mucho menos sentirse identificado con él, la sensación de tensión, de saber que el peligro acecha en cada vuelta de la esquina es tan constante que se vuelve inevitable. Si, la novela de Iglesias puede parecer un álbum de recortes donde alguien ha compilado los greatest hits de las escenas más repetidas de los relatos de narcotraficantes, pero la dirección casi cinematográfica que impregna a la totalidad del desarrollo convierte su lectura en una experiencia rápida, fluida y sobre todo inmersiva.
Por otro lado, hay quien dice que el apartado paranormal o fantástico apenas tiene protagonismo. A mi eso me parece correcto en esta ocasión, porque yo no buscaba una historia de bandas callejeras dándose de ostias con primigenios tentaculares o criaturas diabólicas. A veces el poder de la superstición (en caso de NO HAY SANTOS representado por las creencias y la oración a distintas entidades con raíces mejicanas, como la santa muerte, llevándolo más allá de unas prácticas que por conocimiento popular se relaciona con actos malignos), de la insinuación en lugar de limitarse a mostrar con todo detalle ese peligro desconocido (hasta entonces) es más fuerte y efectivo, porque hace que nosotros sepamos tan poco como los protagonistas. Gabino Iglesias no hace trampas, no nos proporciona conocimientos únicos ni una cámara de 360 grados que podemos manejar a nuestro antojo y llevar a cualquier rincón del escenario. Simplemente pisamos donde Fernando pisa, miramos donde Fernando mira, y creedme, cualquier cosa aguarda en los ángulos ciegos a los que no tenemos acceso.
El tomo finaliza con un breve ensayo que se centra en la historia de las creencias y cultos que han sobrevivido hasta nuestros días y que muchos tildarían de manera muy precipitada de magia negra. articulo bastante básico (obviamente no podemos pedir más dada la limitación de espacio) con algunos ejemplos tanto reales como llevados a la pantalla que demuestran lo profundas que son algunas raíces, más antiguas de lo que imaginamos.
NO HAY SANTOS no reinventa el género ni lo pretende, y eso se demuestra en una lectura amena, que no decae en ningún momento y que sabe mantener una tensión y un consecuente interés creciente hasta el punto de que su longitud puede parecer insignificante.
viernes, 8 de diciembre de 2017
Reseñas breves #6. UNA CABEZA LLENA DE FANTASMAS de Paul Tremblay.
Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:
UNA CABEZA LLENA DE FANTASMAS de Paul Tremblay.
La apacible vida de los Barrett da un giro cuando su hija Marjorie, de catorce años, empieza a mostrar síntomas horribles de esquizofrenia que los médicos no consiguen mitigar. Muy pronto la situación ha empeorado tanto que su descenso a la locura parece imparable. Desesperado, el padre pide ayuda a un cura para practicar un exorcismo. Y es entonces cuando se produce una vuelta de tuerca: debido a sus problemas económicos, acepta la oferta de una productora de reality shows para grabarlo todo. Quince años después, una escritora entrevista a la hermana pequeña de Marjorie. A medida que ella rememora la tragedia, va desgranándose una impactante historia que plantea interrogantes sobre la memoria y la realidad, los medios de comunicación, el poder de la ciencia y la religión, y la naturaleza misma del mal.
Ganador del Premio de Novela Bram Stoker, Una cabeza de llena de fantasmas es un libro fascinante que combina el terror con el misterio, el drama familiar y la crítica a la sociedad del espectáculo en la estela de El resplandor de Stephen King, La maldición de Hill House de Shirley Jackson y El exorcista de William Peter Blatty.
Vivimos una época en la que las historias de exorcismos han relegado el terror y la angustia que nos provocaron en sus orígenes a un bello y a la vez espeluznante recuerdo. En los últimos años montones de jovencitas (y algún que otro jovenzuelo, pero parece que el demonio tiene afición por las mujeres adolescentes) han protagonizado historias escritas en papel, pero sobretodo grabadas en celuloide, sobre posesiones o cómo dejar que un espíritu desconocido, que igual puede ser un varón del infierno como un vendedor de aspiradoras retirado, ande trasteando en nuestro cuerpo y alma como Cristo por su casa. Cientos de variaciones en las que dichas almas, sin tramar nada bueno, hacen uso de todo tipo de recursos para hacerle la vida imposible a la típica familia americana, y llevando al campo del terror, salvo alguna que otra excepción, al nivel de mero entretenimiento de sobremesa para mayores y pequeños.
Así pues, ante tal panorama, ¿Qué podemos esperar de un título como UNA CABEZA LLENA DE FANTASMAS?, ¿Qué papel desempeña la obra ganadora del premio Stoker escrita por Paul Tremblay?.
Pues bajo mi punto de vista, esta novela supone para muchos el obligatorio momento de reflexión al que todo género debería llegar cuando el sentido de su longevidad se pone en tela de juicio, un punto y aparte que nos obliga a reflexionar sobre lo leído y visto relacionado con el resto de experiencias similares.
Ofrecida como una novela, no pasa desapercibida su faceta ensayística, dando especial importancia al análisis del género tanto en primera como en tercera persona, no desaprovechando la oportunidad para destacar también clichés de constante uso, incluso admitiendo el uso de estos a lo largo de la trama por parte del narrador, pero ofreciéndose bajo el puntos de vista e interés diferentes, haciendo que desviemos la vista de la correspondiente joven con síntomas de posesión (si, una adolescente en edad del pavo) y nos centremos tanto en el resto de los miembros de la familia y su consecuente bajada a los abismos de la desesperación y la impotencia y la repercusión que un suceso como éste puede tener en los medios de comunicación, un mundo que lejos de solidarizarse y ofrecer ayuda o mero apoyo, exprime la oportunidad y la seca en un afán capitalista y de búsqueda de prestigio.
Por lo tanto, ya sea de manera intencionada o no, la estructura de la novela no dista demasiado de lo que hemos visto en las películas hasta caer en el hastío. Es decir, puestas en escena donde predomina la intriga, la búsqueda de la línea que separa el acto sobrenatural de la mera psicosis, para ir alternando con secuencias en que Marjorie, la victima, da rienda suelta a un menú de excesos que incluye cosas conocidas, donde igual te recita el primer capítulo de El Quijote en chino, como te hace una demostración de gimnasia artística merecedora del bronce o se convierte en un aspersor de sustancias de procedencia censurable. Repítase este proceso tres o cuatro veces y ya tenemos un aceptable relato sobre niñas jurando en arameo.
Pero como digo, el uso de clichés y tópicos del género funciona aquí como arma de doble filo, puesto que no solo ofrece el espectáculo que diferencia el thriller de la historia de terror propiamente dicha, sino que Tremblay lo aprovecha para analizar y convertir cada una de estas escenas en un catálogo de significados y emociones, muchas veces ayudándose de diversos prólogos con forma de blogs especializados y otras, trasladando los hechos a una mente ora inocente, ora perversa, variando completamente su significado o sencillamente reforzándolo.
UNA CABEZA LLENA DE FANTASMAS, a través de un estilo natural y creíble es, al mismo tiempo un homenaje y una antología que enseña a ver el miedo real que esconde el drama de enfrentarse a lo desconocido. Es una mirada atrás, a un pasado dorado, pero también un vistazo al horizonte lejano, a lo que algo en apariencia tan sencillo puede aportar aún si se sabe dónde enfocar, qué esquina iluminar, a quién dar voz en el momento adecuado.
Lo que aquí tenemos es un prologo o un epílogo de un género y su historia, según cómo se mire. Del mismo modo, la novela de Paul Tremblay puede ser pasada por alto o puede convertirse en una obra que vaya más allá de una simple lectura, llena de sorpresas que culmina en un desenlace tan desgarrador como impredecible.
miércoles, 29 de noviembre de 2017
Reseñas breves #2: PÍCNIC A LA LUZ DE LA LUNA de Nick Antosca
Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:
PICNIC A LA LUZ DE LA LUNA de Nick Antosca.
A altas horas de la madrugada, en medio de una tormenta terrible, Bram atropella sin querer al perro al que todos los parroquianos del bar adoran. Cuando acude a terminar con su agonía, descubre que el animal ha desaparecido en el bosque. Al día siguiente, una persona emerge de entre los árboles y le entrega un hatillo de huesos que resultan ser los de un niño. Más tarde recibe una visita inesperada que lo llevará a adentrarse en el más allá.
Pícnic a la luz de la luna es una historia escalofriante sobre la soledad y la naturaleza de la muerte; una novela de carretera a través de un territorio que se ha convertido en algo extraño y amenazante.
Descubrí Channel Zero de casualidad, una serie dedicada a los creepypastas más perturbadores que circulan por los distintos medios de comunicación. Es admirable el mérito que supone crear toda una serie de seis capítulos a partir de una leyenda urbana, así que, tras el agradable sabor de boca que me dejó su primera temporada, no podía desaprovechar la oportunidad que Orciny Press nos ofrecía de conocer la faceta de novelista de su principal responsable, Nick Antosca.
PÍCNIC A LA LUZ DE LA LUNA es una novela corta que sí, en ciertos aspectos puede rememorar a Candle Cove, atributos que convierte hábilmente en sus mayores virtudes, pero que también, para mi gusto, no se libra de cierta cojera en otras características que terminan traduciéndose en perjuicios que se arrastran a lo largo de toda la trama.
Lo que empieza como un relato de fantasmas ambientada e impregnada de la esencia de una América desgastada, deprimida, rendida a un porvenir de desesperanza pasa a convertirse en una visita guiada por el Helheim, por el purgatorio personal de cada uno. Una lección sobre la vida, la muerte... pero también sobre la muerte en vida, sobre como afrontar el destino, o sucumbir a él.
Por medio de una atmósfera oscura y fatalista, unos personajes que albergan más secretos ocultos que verdades descubiertas y unos tintes surrealistas que nos hace fantasear con infinitas posibilidades, la trama se convierte no solo en una historia de venganza sobrenatural, sino también en un momento de descubrimiento personal que nos muestra lo peor de las personas, pero también la fragilidad de sus convicciones.
Por desgracia, el fuerte contraste entre la narración y las voces de los protagonistas no es que ayude precisamente a sumergirnos del todo en la historia. La prosa de Antosca es muy buena y maneja las figuras literarias y las metáforas con gran maestría, evocando para el lector un apartado visual tan poderoso como atrayente... pero sus personajes muchas veces desentonan en el conjunto. Como si una viñeta de cómic no consiguiera trasmitir la sensación de movimiento, como un cuadro de vivos colores cuya figura central estuviera bocetada y en tonos grises. Sus diálogos simples, casi esquemáticos y a menudo poco satisfactorios se convierten en puertas cerradas a la empatía y a la conexión con sus pensamientos.
PÍCNIC A LA LUZ DE LA LUNA es como trascribir una pesadilla en papel, con sus momentos emotivos y terroríficos que se mezclan con otros obtusos, contradictorios o poco claros y, como los sueños más extraños, uno corre el riesgo de perderse muchos detalles importantes por culpa de una mala interpretación.
Reseñas breves #1. LAS TRES MUERTES DE FERMÍN SALVOCHEA de Jesús Cañadas.
Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:
LAS TRES MUERTES DE FERMÍN SALVOCHEA de Jesús Cañadas.
En marzo de 1873, recién instaurada la Primera República, Fermín Salvochea tomó posesión del cargo de alcalde de Cádiz. Siguiendo su espíritu anarquista, adoptó una serie de medidas polémicas que le granjearon la simpatía de los pobres al mismo tiempo que la animadversión de las clases pudientes y del clero. Una de esas medidas fue el desahucio del Convento de la Candelaria.
Esto es Historia. El resto de lo que contienen estas páginas podría no serlo.
1907. Fermín Salvochea, legendario alcalde de la ciudad de Cádiz, fallece en extrañas circunstancias. Ese mismo día, Juaíco, un barbero viejo y borracho, decide contarle la historia de Salvochea a su hijo Sebastián.
1873. El joven Juaíco empieza a trabajar para Fermín Salvochea durante su primera semana como alcalde. Una muerte en un burdel los embarcará en una aventura llena de misterios, magia negra y venganza más allá de la tumba.
1907. Un enigmático teatro de los horrores ha llegado a Cádiz. Brutales asesinatos se suceden en los callejones de la ciudad. Sólo Sebastián y sus amigos podrán encontrar la verdad tras la historia de Juaíco y proteger Cádiz del mal antiguo que anida en sus entrañas.
Con LAS TRES MUERTES DE FERMÍN SALVOCHEA, Jesús Cañadas firma no solo su mejor obra, sino una de las mejores lecturas del año que podéis encontrar.
Son muchas las referencias nombradas como reclamo a este título, y eso que ya el mismo nombre del autor es señal de que difícilmente la lectura pueda defraudar. Que si los Goonies, Una Pandilla Alucinante, Penny Dreadful e incluso la obra literaria de Seth Grahame-Smith. Y si, no faltan razones para que estas obras le vengan a uno a la cabeza mientras lee la novela, pero me extraña no haber encontrado comparaciones con el clásico de Burton, Big Fish. Esta es una historia que cabalga entre más de dos mundos, donde la fantasía más mágica y tenebrosa se mezcla con un retrato de la época igual de mágico, igual de terrorífico.
A través de leyendas, mitos, y una imaginación desbordante, Cañadas nos regala un retrato de su Cádiz natal como nunca la habíamos visto. Una ciudad embrujada, que se alimenta del encanto de sus gentes, de las sombras de sus calles y del regusto de su historia.
Podría llenar la entrada de tópicos como que es una de esas obras que deseas que no se acabe nunca, que sus personajes son tan reales como permita la imaginación, que descubre huecos en nuestra mente donde albergamos ternura y crueldad a buen recaudo y que su autor nos arranca, dejando los nervios al aire, sintiendo cada emoción, cada instante de una manera que sabemos que no es pasajera, que ya forma parte del recuerdo... pero me es más fácil y directo preguntaros qué cojones hacéis leyendo esto y no LAS TRES MUERTES DE FERMÍN SALVOCHEA ahora mismo.
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Autor: Jesús Cañadas,
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Editorial: Roca,
Género: Aventuras,
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lunes, 16 de octubre de 2017
Reseña: VIENEN CUANDO HACE FRÍO de Carlos Sisí.
Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:
VIENEN CUANDO HACE FRÍO de Carlos Sisí.
La crisis económica azota Estados Unidos. Joe Harper, residente en Baltimore, acaba de perder su empleo. Mientras sopesa mudarse a un barrio más barato, recuerda que su abuelo, el mítico Cerón Harper, le dejó en herencia una cabaña en Sulphur Creek, un pueblo canadiense. Toma el poco dinero que le queda y se dirige hacia allí. Es un lugar remoto y aislado, al lado de un parque natural, ideal para esperar que todo mejore. Además, el recuerdo de su abuelo, un incansable buscador de oro del que se decía que podía matar osos con la única ayuda de un cuchillo, es un buen acicate.
La cabaña está prácticamente en ruinas, pero Joe no se arredra. Reconvertido en pionero, arregla el tejado, repara con tablones el porche, consigue apartar piedras enormes. Cuenta cada dólar y lo invierte en comestibles, en agua. Y, casi enfebrecido por el cansancio, se siente vivo, un héroe de película, como si Baltimore no hubiera existido nunca. Para su sorpresa, pronto descubre que Sulphur Creek se vacía durante los duros meses de invierno. Con cualquier excusa, los lugareños abandonan el pueblo para mudarse temporalmente. Un hecho curioso, que podría atribuirse a las extremas temperaturas, pero que parece adquirir otro significado cuando uno de sus vecinos le susurra: «No pase aquí el invierno. Ellos vienen. Vienen cuando hace frío». Sin embargo, Joe no cree en leyendas, fantasmas ni demonios. Piensa que los aullidos que se escuchan son sólo un signo de la fuerte ventisca y que las sombras forman parte de la oscuridad característica de la estación.
La historia del entretenimiento audiovisual y literario está lleno de ejemplos de obras que quisieron ser grandes pero que se quedaron a medio camino de su no siempre, admitámoslo, merecida gloria. Escritores con complejo de Ícaro que queriendo alcanzar el sol, o los corazones de los críticos, lo primero que les pille de camino, acaban en una estrepitosa caída al vacío.
¿Y qué es lo que hace que una historia que aparentemente tiene todos los ingredientes para triunfar pinche antes de llegar a la meta? Pues precisamente que uno de esos ingredientes no sea el adecuado, uno que termina destruyendo el propósito de los demás y echando a perder el conjunto completo.
Seguro que todos hemos leído alguna vez una historia fabulosa, capaz de poner los pelos de punta, de sacar a la luz sentimientos y emociones que creíamos olvidados o inexistentes, pero que por culpa de unos personajes mal trabajados, a causa de unos actores que fuerzan el guión o se rinden a la sobreactuación ha sido imposible encontrar esa ansiada conexión con la trama y sus participantes. Hemos visto también casos contrarios, donde protagonistas cuidados hasta el mínimo detalle, protagonizan relatos y escenas que a veces rozan la vergüenza ajena. Ritmos irregulares, lazos inestables, incluso una mala corrección... cualquier mínimo detalles puede darnos un puntapié de manera inesperada y sacarnos fuera de una lectura que hasta ese momento nos parecía impecable.
Sobra decir que la última palabra siempre la tiene la opinión personal de cada lector. Pero también es verdad que muchos criticamos una obra venida a través de cualquier medio no por lo que es, sino por lo que nos gustaría a cada uno de nosotros que hubiera sido. Y el escritor que nos ocupa hoy ejemplifica a nivel personal estos casos de egoísmo lector. Y digo egoísmo porque soy consciente que querer que una historia sea tratada de una manera y no como al final nos la sirven solo obedece al capricho, no a decir que "esto está mal porque no me gusta".
Considero a Carlos Sisí un muy buen escritor, alguien a quien admiro por haber sabido dejar una huella difícilmente borrable en el panorama fantástico literario español. No hay más que ver su carta de presentación, o al menos con la que se dio a conocer de manera más destacable. LOS CAMINANTES, una saga que desde su primera entrega supo captar la atención de los, por aquel entonces, nuevos seguidores del género zombi, y lo consiguió no por una prosa precisamente compleja y elaborada, ni por ideas nunca vistas en una temática bastante limitada en este campo, sino porque sabía dar lo que los lectores reclamaran en cantidades justas. Porque trataba a sus personajes con respeto, pero también con crueldad, dotándolos de vitalidad, personalidad y por su puesto credibilidad. Y ya que estamos, no podemos olvidar la creación de uno de los mejores villanos del género.
El lado más emotivo del escritor (aunque no el único) tiene su mayor expresión en su colección de historietas ilustradas HISTORIAS CON ALMA que en breve verá su segundo volumen editado, pero es el género de terror el que siempre ha destacado en la carrera literaria de Carlos Sisí, así lo demostró con LA HORA DEL MAR, magnífica obra a medio camino entre el eco-thriller y la trama apocalíptica, con un soberbio inicio, una sucesión de escenas desgarradoras que quedan en el recuerdo... y un desenlace desastroso que a más de uno nos dejo sumidos en una decepción de la que difícilmente pudimos salir. Pero eso no fue lo peor...
ALMA arrastraba esa misma decepción desde el comienzo de la historia, y mientras unos veían la dirección tomada como un acierto, otros, yo incluido, no podíamos evitar sentir que la historia que se narraba no iba con nosotros. Cuando leemos una historia de terror esperamos sentir miedo, angustia y momentos que exploren la mala baba del escritor y nuestro aguante, y sin embargo con ALMA la sensación que tuvimos es la de que hemos descubierto lo que pasaría si Paulo Coelho escribiera novelas de terror. Pero insistimos, a cada uno nos da miedo cosas muy distintas y su impacto puede variar dependiendo de cómo es contado y a qué nivel individual o colectivo afecta el peligro al que se enfrentan los protagonistas...
... Y este es el motivo de por qué VIENEN CUANDO HACE FRÍO, la nueva novela de Carlos Sisí es una de esas historias que si... pero no.
Algunos afirman que estamos ante la obra más terrorífica y madura del escritor residente en Málaga. Y yo empezaba a pensarlo cuando comencé a leerla, al menos durante la primera mitad de la misma, hasta llegar a cierto punto y seguía avanzando en la trama que fue cuando empezaba a repetirme una y otra vez "Oh no, ha vuelto a pasar".
VIENEN CUANDO HACE FRÍO es como un cuaderno de recortes de un consumidor de cine fantástico y terror. Un mosaico cuyos fragmentos por separado son fácilmente reconocibles y en su conjunto ofrecen un resultado a ratos magnífico y a veces decepcionante e incomprensible incluso para una novela de tintes sobrenaturales.
Saltar de referencia en referencia se convertirá en una constante a lo largo de toda la obra. Encontramos esa ambientación fría, solitaria y hasta cierto punto hostil del CAZADOR DE SUEÑOS de Stephen King, esa entidad malvada de origen desconocido que nos recuerda a varios personajes del mismo escritor de Maine como Pennywise (IT) o Tak (DESESPERACIÓN). Sam Raimi y su visión del mal también está presente. Hasta ideas que parecen sacadas de Matrix de los hermanos Wachowski, HELLRAISER de Clive Barker o el horror cósmico de Lovecraft pueden ser pensamientos recurrentes de las que Carlos Sisí hace uso para hacerle la vida imposible a nuestro amigo Harper, protagonista de la novela en un ritmo que va in crescendo, ignorando cualquier límite imaginativo.
Hasta aquí todo son buenas palabras como es evidente, y lo más importante, merecidas. El problema viene en la búsqueda de un equilibrio, saber cuando encontrar el límite en el baúl de las ideas, evitando que su contenido rebose y se pierda por descuido.
El escritor sabe como comenzar una historia de terror, algo que nos ha demostrado libro tras libro. En pocas páginas ya ha hecho las presentaciones "Lector, este es Joe Harper, Joe Harper, este es el lector que va a seguir tu historia". En esas mismas breves líneas ya visitamos lo que parece que será nuestro hogar durante un indeterminado periodo de tiempo. Y entonces si, una vez establecido el primer contacto, Sisí se permite levantar el pie del acelerador, recreándose en cada descubrimiento, con las consecuentes incógnitas que suelen traer, presentando un elenco de situaciones casi imposibles de casar unas con otras haciendo lo que se espera, que nos sintamos incómodos, que pongamos en duda si no habrá un sitio más tranquilo al que recurrir en lugar de seguir en una cabaña en medio de la nada.
Si hubiera seguido ese rumbo, si VIENEN CUANDO HACE FRÍO hubiera enfocado su trama a un ámbito más minimalista, limitándose al survival horror que se adivina en su sinopsis y primeros tramos de la obra... quizá entonces seguramente no me costaría ver en esta novela uno de los mejores títulos de terror del año, pero veréis... como comentaba anteriormente, hay mil y una maneras de enfocar algo tan propenso a la mutación y evolución como es el miedo, y a mi, por ejemplo me gustan las historias de fantasmas, principalmente cuando éstas tratan sobre fantasmas. Soy un clasicista al que, sin hacerle ascos a la experimentación, al riesgo y a la innovación, le suele gustar ver las cosas colocadas en su sitio, no creando una montaña desordenada formada por tantas cosas que al final la vista no sabe a donde dirigirse y centrar nuestra atención, porque a veces, más a menudo de lo que algunos pensamos, menos es más.
Resulta especialmente difícil explayarme en este punto sin arriesgarme a desvelar parte del argumento de una de las fases más evolucionadas del libro, así que volvamos al punto anterior, sus elementos básicos: Un hombre, un refugio, una amenaza. Tres. Tres elementos con los que se pueden (y se han hecho) maravillas a la hora de componer historias, sin variar rumbo, sin dejar que se convierta en una bola de nieve que, rodando sin control se convierte en una avalancha.
Carlos Sisí no deja nada al azar, eso es cierto. Las incógnitas se van sumando, la credibilidad de lo que conocemos se pone en tela de juicio constantemente y, con paso lento pero seguro vamos viendo a Harper como un compañero real, vulnerable, que sabe que no es ningún héroe, e incluso es autoconsciente de sus errores a la hora de relacionarse con otras personas o el entorno, aunque con algunas incongruencias, como la extrema credulidad de este, que parece creerse todo lo que le cuentan sin cuestionarse su naturaleza u origen , simplemente aceptando lo que hay en un constante estado de sumisión emocional. Como Santiago Vázquez de Cuarto Milenio pero sin vestir de arrogancia.
Ahora bien, el descubrimiento de varios elementos que superan la comprensión del pobre hombre (recordemos que se lo cree todo sin rechistar), la aparición de portadores de nuevos interrogantes o respuestas que no hacen sino complicar más las cosas y otros giros de guión terminan redirigiendo la trama a algo tan distinto como, en mi caso, progresivamente carente de interés.
Insisto, esa pérdida de interés no tiene nada que ver con el modo en que Carlos Sisí afronta su obra VIENEN CUANDO HACE FRÍO, no me retracto de cuando dije que ésta es posiblemente la obra más ágil e impactante de las que ha creado el escritor, el problema es la brusquedad en el cambio de registro y argumento, que pasa de una obra de terror casi intima, de habitación cerrada, a convertirse en un relato de ciencia ficción macabro de repercusiones universales, donde su autor intenta agarrar más de lo que sus manos pueden abarcar, teniendo la máxima repercusión en su desenlace, muy inmaduro en comparación con el camino que hemos recorrido hasta llegar a él.
Eso si, rebosa de talento a la hora de cubrirse las espaldas cuando se trata de hilar pequeños detalles que suponen los ladrillos de un bien estructurado desarrollo, lleno de sorpresas y grandes momentos de darse la palmada en la cabeza y mencionar un "Así que era por esto".
¿He dicho que Carlos Sisí no deja nada al azar? Si, y mucho menos a la hora de abordar el eje principal de la historia, aunque algunos recursos de los que hace uso sí que parecen fruto de ese azar, o al menos de un impulso poco meditado, casi improvisado, como por ejemplo la aparición de uno de sus personajes en el momento más imposiblemente oportuno, alguien cuyo origen o definición resulta pobre e insuficiente, como si hubiera sido sacado del mismo molde del que salió Joe Harper, pero con prisas, sin molestarse en darle color o un trasfondo coherente. Y si, puede que se convierta en un elemento clave en la historia, o puede que no, pero para mí, la sensación que arrastra desde su puesta en escena es la de ser un intruso, una pieza colocada en el tablero a mitad de la partida incumpliendo las normas, un movimiento desesperado que era necesario para poder atar cabos. Un suplente al que se le ha dicho cuál es su papel, pero no cómo representarlo.
Por otro lado, y aunque parezca mentira teniendo en cuenta cómo me he pronunciado hacia esta novela hasta ahora, VIENEN CUANDO HACE FRÍO es un libro entretenidísimo y disfrutable. Sisí vuelca todo lo aprendido con sus muertos vivientes, sus viajes espaciales por culturas extintas, sus cangrejos gigantes y sus ¿fantasmas que se debilitan si les pones a Alex Ubago? (aunque no tengo claro si ALMA es anterior o posterior a la novela que nos ocupa) y construye con ello una narración que se devora en pocas sesiones, que mantiene un ritmo constante y una acción justa y lo mas importante: hace propias las referencias e influencias de las que bebe, sin caer en el plagio, invitando a rememorar grandes momentos que nos ha dado el cine, la literatura, e incluso los videojuegos de terror pero nunca apropiándose de ellas, como si de una ruta marcada en el mapa se tratara.
Lo dicho, Si habéis disfrutado de ALMA o de las ideas que ayudan al desenlace de LA HORA DEL MAR, en VIENEN CUANDO HACE FRÍO encontrarán una nueva experiencia de lo más gratificante, un trabajo que en ningún momento sigue el camino de las anteriormente mencionadas, pero que mantiene una personalidad fuerte, que hace reconocible de manera inmediata la firma de Carlos Sisí.
Los que no... bueno, creo que aún así recomendaría echar un vistazo a esta novela. Porque a fin y al cabo no estamos hablando de una mala historia... Sisí es, como mencionaba al principio, un ejemplo de que en el mundo de la literatura muchas veces juzgamos las novelas por lo que nos gustaría que hubieran sino, no por lo que es, así que al menos dejadme con mi tonto consuelo de pensar cómo me la habría imaginado yo... quién sabe, igual para otros, igual para tí, Carlos Sisí ha acertado de pleno.
domingo, 1 de octubre de 2017
Reseña: LIBROS DE SANGRE (Volumen IV, V y VI) de Clive Barker.
Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:
LIBROS DE SANGRE (Volumen IV, V y VI) de Clive Barker.
A mediados de los años setenta del siglo XX tuvo lugar una profunda revolución en el cine y la literatura de terror realizados en Europa y los EE.UU. Una auténtica oleada de películas, novelas, relatos y cómics denominados gore o «nueva carne» comenzó a invadir como una plaga los circuitos del género. Familias caníbales, asesinos psicópatas de hacha y sierra mecánica, zombis devoradores de carne humana y enfermedades contagiosas se erigieron en los nuevos protagonistas de las historias de terror. Directores de prestigio como David Cronenberg, Tobe Hooper o John Carpenter se habían atrevido a sacar el gore de su gueto marginal, y el joven británico Clive Barker iba a ser el encargado de llevar esta nueva sensibilidad sangrienta y visceral a la literatura de terror. Este segundo y definitivo tomo de Libros de sangre (1984-1985), obra maestra de Clive Barker, reúne los volúmenes IV, V y VI.
Entre los relatos incluidos en este tomo, podríamos destacar “La Madonna”, en el que un universo líquido, viscoso y mercurial palpita bajo el suelo londinense, “Crepúsculo en las torres”, que nos ofrece un nuevo antihéroe, un mesías salvaje que recuerda al protagonista de su novela «Cabal» (1988), “La Edad del Deseo”, cuyo trágico protagonista ha sido víctima de un experimento digno del primer Cronenberg, o “El cuerpo político”, en el que el lector asistirá incrédulo a la truculenta rebelión de los miembros de un cuerpo humano decididos a independizarse de este de forma sangrienta. El tomo incluye también una de las obras maestras de Barker: “Lo prohibido”, origen de la película de culto «Candyman» (1992), una inquietante crónica de la vida secreta y las leyendas urbanas en los decadentes suburbios residenciales de una gran ciudad, una mezcla tóxica de fascinación erótica y horror, de atmósfera malsana y curiosidad sensual.
¿En qué momento el hombre dejó de tenerle miedo a los cuentos de viejas, a las historias de fantasmas y monstruos de naturaleza inimaginable y empezó a temer a su prójimo, a una amenaza que surge de lo que él mismo considera su lugar seguro, su refugio?, ¿Cuándo empezamos a temer lo que nuestro cuerpo alberga en su interior y, sobre todo, a su derramamiento?
Quizá desde el momento en que éste se descubrió a sí mismo como su propio peor enemigo se convirtió en un lobo para sus semejantes, y estos a su vez en una amenaza similar. Y es que el hombre a lo largo de los siglos, en el desarrollo de la sociedad que construyó, de su propia seguridad y comodidad, también ha sentido cierta necesidad de cierta emoción, una sensación de riesgo o una amenaza que sin ser tomada demasiado en serio, pusiera en riesgo su propio bienestar. Hay muchos precedentes que marcaron ese cambio, ese descubrimiento de la vulnerabilidad del cuerpo humano, donde el miedo a la muerte como hecho deja paso al pánico por las circunstancias de la misma, al dolor o a la grotesca profanación del cuerpo. Precedentes que no solo son encabezados por las guerras o desastres naturales. Recordemos por ejemplo cierto año 1888 en Londres, cuando el miedo más inverosímil y fantástico se reflejaba en esa vertiente gótica literaria llena de fantasmas, demonios o maldiciones nacidas de las leyendas o los cuentos populares, de peligrosos experimentos ideados por hombres de ciencia dementes..., y de repente todo eso pierde sentido y credibilidad cuando alguien empieza a convertir la calle Whitechapel en un cuadro obsceno y sanguinario, firmando la infame obra con el nombre de Jack.
Si el terror es una puerta que permanece cerrada, que se presenta a los valientes dispuestos a asomarse por la mirilla, sucesos como estos entre muchos son llaves que diferencia a los que realmente quieren aventurarse sin temor a lo que puedan encontrar incluso en el interior de ellos mismos, y a los que los horrores de la carne mutilada y la sangre de semejantes derramada han despertado un miedo que se alzan ante ellos como muros insondables. Y así ha seguido a lo largo de los años, en los que tanto la literatura como el cine se han nutrido de gran variedad de temores de todo tipo para que sus historias nazcan, crezcan y se desarrollen fuertes y eficaces, buscando vertientes cada vez más sanguinarias y resultados más viscerales. Y entre la superstición y lo excesivamente realista la constante y no tan fácil como aparenta búsqueda de un nexo que acerca cada vez más ambos puntos, lo fantástico con lo común, al monstruo y al hombre.
Digo que no es fácil porque en los tiempos que corren es complicado sentir propias esas historias de apariciones del más allá, de advenimientos de demonios, lagartos gigantes radioactivos o mil y una maneras más de destruir el mundo. Pocas obras hacen que sucumbamos a una realidad que el que cuenta la historia quiere imponernos, una conexión que muchas veces viene dada, como no podía ser de otra manera, por la sangre.
Me arriesgo a desviarme cada vez más del tema, pero me gustaría que esto se entendiera con un ejemplo actual y a mi parecer maravilloso. Un ejemplo éste que firma Guillermo del Toro con su obra El Espinazo del Diablo. No solo por la bella definición que ofrece del fantasma, sino por la imagen visual que ofrece del mismo. Esa figura difuminada, de piel agrietada como la porcelana, derramando al aire un fino hilo de sangre en un plano existencial que parece no registe por las normas de la gravedad del nuestro. Y aunque en un principio ese mismo hilo carmesí pareciera atender principios puramente estéticos, realmente se le puede encontrar un significado importante, siendo lo que une ambos mundos, el de los vivos y el de los muertos, la representación última de que esa forma errante fue en su momento un niño con los mismos sueños y esperanzas que los que ahora se cubren las cabezas con las sabanas ante su presencia. La sangre representa vida y muerte, cuando nacemos lo hacemos cubiertos de ella, y cuando crecemos y somos conscientes de nuestra propio final solo deseamos no acabar cubiertos de ella.
Pero volvamos un poco atrás en el tiempo y centrémonos en los instintos primarios, dejando de lado el extraño romanticismo que traen las tristes historias sobre muertes prematuras injustas y centrándonos en otro elemento que suele ir ligado al mismo desenlace: la violencia. Y es que acercándonos al final del siglo XX, a la década de los años 70, esta empezó a representarse en medios audiovisuales y literarios de un modo que en cierto modo también buscaba esa conexión entre el espectador y lo que se contempla, un escalofrío que naciera de lo explicitamente expuesto. El movimiento que se conoció como la Nueva Carne empezaba a centrar la importancia del mensaje que se quería trasmitir en un apartado exclusivamente visual. Sangre, tripas, cuerpos terriblemente torturados, heridas expuestas con un realismo casi obsceno eran las imágenes que inspiraban el lado oscuro del hombre y de las creaciones de este, puesto delante del espectador de manera agresiva, sin consentimiento ni advertencia.
Asesinos enmascarados, familias de caníbales, criaturas que no veían esta vez censurados el uso de su mortíferas y afiladas armas... detalles que en su conjunto marcarían un camino a seguir que dura hasta nuestros días y que iluminaron el camino a seguir para mucha gente ansiosa de mostrar al mundo las pesadillas que poblaban sus mentes y que hizo que nombres como Clive Barker se convirtieran en referentes y llamados maestros del terror.
Y por mucho que algunos piensen lo contrario, el escritor inglés ha dejado una impronta en el género del terror contemporáneo que va mucho más allá de los cenobitas de EL CORAZÓN CONDENADO (HELLRAISER) o los habitantes de MIDIAN en CABAL. RAZAS DE NOCHE. Su amplia colección de relatos breves, muchos de ellos recopilados en sus LIBROS DE SANGRE han supuesto una clara influencia tanto para la literatura como para el cine, siendo ademas muchos de esos textos adaptadas a la gran o pequeña pantalla y puesta en varias ocasiones la imaginación del autor al servicio de un ámbito más interactivo como es el de los videojuegos, con trabajos de estética tan sobresaliente como JERICHO o UNDYING. Una influencia de doble sentido la que encontramos aquí, que absorbe muchísimas características que se vieran a principios de los años 70 en esa nueva ola sanguinaria dirigida a un público que buscaba emociones fuertes en forma de un contenido explícito, y que excreta con formas nuevas, en cierto modo reconocibles si, pero dotadas de características que las hacen únicas.
Cuando expresaba mi opinión sobre la primera parte de esta recopilación de relatos reeditados por Valdemar expuse mi definición hacia el autor. Ahora, más de un año después no ha cambiada ni un ápice, pese a que como veremos, sí que lo hace la dirección literaria que toma para seguir impactando. Barker es un arquitecto de la carne, capaz de moldear el cuerpo de los seres vivos para darle formas inimaginables. Sus historias no se limitan a ofrecernos ríos de sangre derramada, explosiones de cabezas o mutilaciones expuestas con sumo detalle y menos lo hace únicamente por satisfacer el morbo de un lector sediento de las escenas más grotescas que se le puedan ofrecer. Lo que Barker hace con cada corte, golpe, desgarro, muestra de dolor o muerte bien puede definirse en ocasiones como un tipo concreto de arte. El creador se convierte en su creación y como su personaje Pinhead y su circulo de cenobitas, nos ofrece placeres que superan la barrera de lo prohibido, un sentimiento de la violencia que en no pocas ocasiones deriva en lo sexualmente placentero, y es que no es raro que se aproveche de una falta de diferencia aparente entre el placer y el dolor usando el sexo tanto para eliminar lineas fronterizas como para crear de otra manera una realidad donde los límites solo los marca una imaginación de la que a veces se duda de su cordura.
Este segundo Omnibus de los LIBROS DE SANGRE completa su primer tomo con los trece relatos que componen los volúmenes IV, V y VI, de los cuales los dos últimos vemos publicados en España por primera vez. Una nueva colección de cicatrices, perforaciones, cortes y escarificaciones que ponen a prueba las ideas más retorcidas y componiendo cuentos cuyos entresijos a muchos nos parecerían impensables si nos lo contaran en lugar de comprobarlo por nosotros mismos. Clive Barker vuelve a crear mundos, seres, maldiciones y puzzles que se conjuntan marcando una dirección concreta a la que se quiere dirigir su peculiar manera de afrontar el miedo. Si bien, sí que se siente un ligero cambio de rumbo, una variación en el punto de vista, en sus maneras de reflejar los horrores en relación con sus primeros trabajos. Así, mientras en estos relatos se nos contaban historias que destacaban por su ataque frontal y directo, que buscaba el impacto visual a través de una arquitectura repugnante y asombrosa a partes iguales, estos nuevos capítulos parecen ahondar más en la búsqueda de un significado más profundo de lo que se nos ofrece, dotando a los elementos de un mayor, digamos, abstracción o simbolismo.
De todos modos Barker nunca ha sido un autor que dé más información de la que él mismo se proponga. Sus historias no son viajes cuya recompensa final sea la explicación de un elemento fundamental que evite dejar cabos sueltos. Cada historia afronta los acontecimientos con una naturalidad de la que extrañamente el lector se ve contagiado, entre otros motivos, por la extensión de los relatos (a veces cercanos a la novela corta), una longitud que da cierto margen de maniobra y especulación y donde en ningún momento notamos que alguien nos apura o empuja a acabar.
Abstracto, irreal incluso, las historias de estos LIBROS DE SANGRE parecen por momentos desarrollarse en un punto intermedio entre el sueño y la vigilia, algo como lo que veremos en relatos como EN CARNE Y HUESO de gran potencia narrativa e interesantísimas ideas que viajan a través de mundos cuyos escenas y por supuesto escenarios se graban en la memoria como hicieran aquellos reinos a los que cierto escritor de Providence viajaba en sueños para volver cargado de ideas y nuevas historias que contar.
Lovecraft se presenta como una clara referencia en ciertos pasajes de Barker, como podrían demostrar esas presencias tan atrayentes en un momento como repulsivas al siguiente que habitan los pasillos abandonados que se describen en LA MADONNA, e incluso en la no tan común lucha entre el bien y el mal (¿Qué es aquí el bien y qué el mal?) de LA ÚLTIMA ILUSIÓN.
Decía también que el escritor inglés no pocas veces ha demostrado que es capaz de crear relatos a partir de ideas que otros fácilmente desecharían a la primera oportunidad, tirándola a la basura y después prendiéndole fuego para que ningún incauto pudiera echarle un vistazo. Podemos leer cosas tan hilarantes como ingeniosas en EL CUERPO POLÍTICO y el comienzo de la más temida revolución largamente postergada o LA EDAD DEL DESEO, capaz de ofrecer momentos donde el lector no sabe si asquearse o carcajearse a lo largo de un espectáculo a medio camino entre lo gore y lo pornográfico, y ¡Sorpresa! el drama más desgarrador.
Algo que también caracteriza a muchos de los relatos que se incluyen en estos LIBROS DE SANGRE es la capacidad de expansión y ampliación de las ideas con las que se juega. Un claro ejemplo lo encontramos en LO PROHIBIDO, historia que aparte de suponer una disección sobre la naturaleza y repercusión de la leyenda urbana como concepto y una muestra práctica del funcionamiento de la hiperstición, su trama principal dio para hasta tres largometrajes que originaron la famosa saga Candyman. Y si hablamos de estiramientos de ideas no podemos pasar por alto LA CONDICIÓN INHUMANA, en cuyas líneas resuenan fuertes ecos de Hellraiser, de la Configuración del Lamento, de la búsqueda de un final que confundimos con la salvación.
Y aunque a estas alturas creo que ha quedado claro que Clive Barker es, por justas razones, uno de los referentes del género de terror y una influencia que dura hasta hoy, hay que admitir que ni siquiera el maestro se salva de la equivocación o de la imperfección, y es posible que algunas historias (siempre teniendo en cuenta el gusto personal de cada uno) no estén a la altura de las expectativas. Por ejemplo, ese brevísimo relato que parece fruto de una fugaz improvisación y que con el título de ¡ABAJO SATÁN! el intento de divertirnos con un sketch cómico sobre como en ocasiones lo que buscamos es exactamente lo que ya poseemos se queda en eso, en un mero intento. LA VIDA DE LA MUERTE llega también en un momento que no consigue dar la talla, y su argumento se ve superado por su propio ritmo deficiente y previsible, o esa nueva muestra de humor que en ocasiones no roza, sino que se abraza a lo absurdo que es LOS HIJOS DE BABEL, clara parodia de la conspiración y el libre albedrío.
Por suerte, cambios de registros que muestran una faceta poco común en el autor no solo no consiguen compensar esas fallas, sino además convertirse en uno de los mejores textos de la colección. Hablo en mi caso de REVELACIONES, una historia de fantasmas narrada desde un concepto y un punto de vista tan poco común como interesante, con un estilo y unas ideas que pueden recordar a un Stephen King en su mejor faceta de cuentacuentos. Una historia preciosa, dramática que deja a un lado el dolor físico para mostrarnos sus heridas más emocionales.
No como ocurre en CÓMO SE DESANGRAN LOS EXPOLIADORES o CREPÚSCULO DE LAS TORRES, distintas maneras de ofrecernos una orgía de sangre donde las maldiciones tienen un papel fundamental, ya sea convirtiéndote en la presa o en el depredador.
Estamos ante una colección de historias con un punto en común evidente y que suele ser el eje central de todo relato de terror: el alzamiento del mal, de una entidad cuyas promesas solo hablan de destrucción caos y muerte. Si bien en ocasiones este elemento desvirtúa de algún modo la conexión entre el lector y la percepción de un mundo real que ofrezca cierta seguridad al otro lado de las páginas, Barker vuelve romper esa barrera que ya demoliera a golpe de sangre, y lo hace con la elección de sus personajes. Aquí no hay héroes y villanos, no hay protagonistas y antagonistas que representen la eterna lucha entre el bien y el mal. Los fragmentos de los que se componen los LIBROS DE SANGRE están protagonizados por sujetos a menudo miserables, asesinos, mentirosos, estafadores, suicidas o fanáticos. El escritor realiza con cada texto un retrato social terriblemente fiel y nada desconocido, y donde los elementos sobrenaturales representados en criaturas aterradoras, enfermedades o experimentos mortales fortalecen y alimentan ese instinto humano que solo puede ser saciado con el enfrentamiento entre dos ideas no muy diferentes, que miran a un mismo punto:la supremacía por medio de la aniquilación del retador.
admito que estos tres últimos volúmenes de los LIBROS DE SANGRE no me han causado la misma satisfacción, ya sea por la sorpresa, el impacto o las ideas que se compilen que los anteriores. No obstante es imposible que su repercusión en la literatura del género de la que hoy disponemos pase inadvertida. Clive Barker no ha creado un concepto nuevo para entender el horror y el miedo a algo tan común y cercano como es la sangre. Lo que ha hecho es abrir los ojos y sujetar las cabezas de aquellos que no querían ver lo que siempre ha estado ahí y obligarles a mirar y aceptar la idea de que por muy sangriento y obsceno que sea lo que se muestre, siempre hay, al fondo de nuestros pensamientos una idea satisfactoria: el culpable consuelo de saber que no somo nosotros... aún.
domingo, 10 de septiembre de 2017
Reseña: INVASIONES de Ismael M. Biurrun
Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:
INVASIONES de Ismael M. Biurrun
Tenemos miedo de lo inesperado. Nos aterra perder el control. Temblamos ante la sola idea de que un cuerpo extraño irrumpa en nuestra casa, en nuestro organismo, en nuestra mente, y transforme el mundo en un lugar desconocido para nosotros.
Ismael Martínez Biurrun, autor de una obra ya consolidada, tan singular como cautivadora, lleva a cabo en esta ocasión un tour de force narrativo y reúne tres novelas cortas, tres segmentos de presente en demolición donde un puñado de seres humanos se atrinchera ante el caos mientras arregla cuentas con sus miedos y sus culpas.
Dos parejas se reúnen para cenar en lo más alto de un rascacielos madrileño, justo la noche en que una plaga de langostas de dimensiones bíblicas se abate sobre la ciudad.
El encargado de mantenimiento de una urbanización turística advierte sucesos insólitos mientras una cadena de seísmos resquebraja la tierra y una sustancia amenaza con emerger de las profundidades.
Una pareja asiste por casualidad al estallido de un meteorito sobre las montañas. Como secuela del impacto, una obsesión se instala en la cabeza del hombre, que se precipita en una espiral sangrienta al dictado de voces inexplicables.
Lo comenté hace poco y de nuevo me reafirmo en mi opinión: disfrutamos especulando sobre como acabará todo. Y no, no me refiero al momento de nuestra muerte, en nuestro lecho rodeado de familiares y seres queridos o de manera inesperada en algún accidente de tráfico a causa de un autobús que no vimos venir. Me refiero al Fin, con efe mayúscula, al gran desenlace, al momento en que se escriba el punto y final de la historia de la humanidad. El jodido apocalipsis para que nos entendamos.
Desde que empezamos a tener uso de razón y somos conscientes de la vulnerabilidad de todo lo que nos rodea y más concretamente, de la vida misma, nos percatamos de que la idea de que nada es para siempre ha anidado en nuestra mente y una nueva cuestión empieza a rondarnos en la cabeza. Ya sabemos el qué... ahora toca imaginar el cómo.
La otra vez creo que en mis pensamientos escritos jugaba con la idea de una especie de odio oculto e indirecto hacia el mundo en que vivimos, como una morbosa necesidad que nos corroe por dentro de ver el planeta saltar en mil pedazos, de acabar de manera definitiva con todos los problemas que ocupan cada aspecto de nuestras vidas, una especie de suicidio global imaginario,... sin embargo creo ahora que la idea no es tan básica, que desde que florece la descabellada idea de ser testigos del fin del mundo, lo que más nos preocupa aparte del cómo va a suceder, es averiguar de qué manera va a repercutir en nosotros cuando sepamos que todo va a acabar. ¿Lucharemos con todas nuestras fuerzas por nuestra supervivencia?, ¿Dejaremos salir al lado más instintivo, irracional y primario de nuestra naturaleza?, ¿O simplemente seremos la paródica imagen del hombre que contempla, recostado en una tumbona sobre el tejado de su hogar y martini en mano, una ola de destrucción que tarde o temprano reclamará su propia vida?
Pero hay otra idea, una suposición que explica esa variedad de reacciones, de finales alternativos y del por qué nuestra imaginación recurre tanto a ello, moldeándolo o asentándolo; No, lo que nos da miedo no es la destrucción del mundo, sino el consecuente fin de nuestra propia existencia, una idea de perdida que abarca nuestros logros y perdidas, victorias y derrotas, algo que va más allá del miedo a la muerte de uno mismo, sino a la desaparición de nuestra memoria, de aquellos testigos que dieran testimonio de nuestros actos, que nos recordaran.
INVASIONES, de mano de la colección El Club Diógenes de la Editorial Valdemar nos trae tres nuevas interpretaciones del comienzo del fin a cargo de Ismael Martinez Biurrun. Y digo nuevas porque el autor pampilonense no es la primera vez que nos trae historias que, de una manera u otra se centran en elementos dentro del terror o la ciencia ficción que determinan el destino de la humanidad (spoiler: y no suele ser muy positivo). Desde amenazas venidas de los mundos de Lovecraft en INFIERNO NEVADO a paisajes postapocalípticos como los que se retratan en UN MINUTO ANTES DE LA OSCURIDAD, o incluso la atemporal amenaza que protagoniza MUJER ABRAZADA A UN CUERVO. Biurrun ha acostumbrado al lector a ver personajes al límite, protagonistas que ya han contemplado el fondo del abismo que ellos mismos han excavado, y saben que el recuerdo de lo que les ha devuelto la mirada les perseguirá hasta el final... un final que puede no tardar mucho en llegar.
Biurrun nos ofrece tres instantáneas de momentos, lugares y circunstancias distintas pero con un objetivo común: vulnerar nuestra sensación de seguridad hasta el punto de la fractura, crear unos personajes no demasiado distintos a nosotros, algunos rotos por el peso de la experiencia, con secretos inconfesables o una vida gobernada por la rutina del día a día para que, de manera progresiva contaminar su entorno, su hábitat de seguridad y contemplar sus reacciones e interacciones en una situación crítica.
Aunque la verdad es que si echamos un vistazo a las tramas principales de las tres novelas cortas de las que se compone INVASIONES, la primera impresión difícilmente sería sorpresa. ¿Plagas de insectos?, ¿Meteoritos y terremotos que traen algo extraño a nuestro mundo?, ¿Acaso hemos vuelto a la época dorada del cine de ciencia ficción del siglo XX, un eco de la literatura pulp donde cualquier "cómo", "cuándo" y "dónde", es posible?
Pero ahí acaban las similitudes con estas novelillas de a penique y películas de serie B, puesto que al contrario de estas, el autor en esta ocasión deja de lado la necesidad de encontrar un origen, significado y solución a esa fuerza destructiva y lo usa únicamente como trasfondo y excusa para que sus protagonistas muestren su verdadero rostro y descubran por si mismos que las ideas que tenían preconcebidas de cada detalle de su existencia quizá no sean del todo acertadas. Así, una horda de insectos, una oleada de movimientos sísmicos o un evento maravilloso acabado en desastre no son solo una amenaza que asedia y aterroriza a sus víctimas, sino que también ejercen el papel de confidente y animador que ayuda con ese empujón a que Ismael M. Biurrun dibuje unas vidas complejas, llenas de recovecos oscuros y cajones con cerraduras cuyas llaves se nos irán otorgando en el momento adecuado.
Pánico, euforia, ira, soberbia y el resto de pecados capitales ilustran a veces de manera directa, a veces de modo inesperado, cómo personas reales en un mundo real que no admite héroes afrontan la situación y descubren su limite cuando sus vidas están en juego.
Para esto, la mano del autor es ideal a la hora de reflejarlo en sus historias, manteniendo un estilo y una narración que le desvincula de cualquier vana y superficial comparativa con el famoso escritor nacido en Maine. Biurrun impregna a su prosa de una voz nítida que a veces se muestra bella y otras grotescamente soez, conservando siempre cierta sensación de miedo a lo inesperado. Y no, no me refiero a sustos y sobresaltos o imágenes grotescas, sino a la falta de anticipación de las circunstancias y a unos protagonistas que van volviéndose más y más imprevisibles con el tiempo.
CORONACIÓN es la primera y sin duda más impactante historia de las que componen INVASIONES y en la que se nos narra cómo una aparentemente apacible reunión de parejas como excusa de un reencuentro tras largo tiempo y el trato de varios asuntos de negocios es convertido en un encierro desesperado provocado por una plaga de langostas como nunca se había visto. Un arresto domiciliario autoinflingido del que se ayuda Biurrun para aumentar una tensión entre los personajes ya de por si bastante inestable, convirtiéndose uno para el otro en una amenaza peor que la que les aguarda en la calle.
Aparte del gran nivel de suspense, el relato sabe crear una fuerte sensación de incomodidad en el lector, que se sorprenderá a si mismo mirando por la ventana de reojo, temeroso de que uno de esos pequeños devoradores le devuelva la mirada. Así mismo, muchas escenas parecer tener cierto carácter simbólico, desde esa misteriosa comunión que Eloy mantiene con el primer insecto que hace acto de presencia después de estar a punto de tomar una difícil y determinante decisión al comienzo de la historia, al clímax final donde la vida y la muerte parecen eliminar esa línea que separa la una a la otra, hacen de CORONACIÓN algo más que un sencillo relato sobre supervivencia, rencor y venganza.
Las cosas tampoco van a ser fáciles para la zona vacacional que protagoniza EL COLOR DE LA TIERRA, en especial para Dimas, su jefe de mantenimiento, que es testigo de cómo una serie de terremotos empiezan a abrir numerosas grietas de las que brotan una extraña sustancia de procedencia y efectos totalmente desconocidos.
En apariencia puede parecer un simple cruce entre la clásica historia de catástrofes naturales y el terror surgido de la locura de The Crazies o Crossed, pero de nuevo la atención es desviada a otro tipo de mensaje más personal, con el que quizá nos sentamos más arraigados porque, a diferencia de los temblores y los peculiares efectos de ese liquido purpura que surge del suelo, encontramos un refugio, un nexo con la realidad en su protagonista, un hombre prisionero de la rutina que huye de lo que no comprende y prefiere encerrarse en su trabajo y su dolor (físico o espiritual), y es este punto de vista del que el autor se vale para trasladarnos a una trama que suma preguntas y esconde respuestas hasta su emocionante desenlace.
No teniendo tanta carga emociona como los anteriores relatos pero sin llegar a aburrir en absoluto, NEBULOSA vuelve a centrar su atención en la amenaza de lo desconocido, y cuando antes mirábamos con temor hacia abajo, ahora lo hacemos hacía arriba... y quizá ni siquiera es donde deberíamos centrar nuestra atención, sino dentro de la mente de Asís, su protagonista que, tras presenciar cómo un evento astrológico casi le cuesta la vida a él y a los que estaban a su alrededor, verá su vida invadida por extrañas sensaciones, emociones e instintos que poco tienen que ver con lo que conoce de su mundo.
A diferencia de los anteriores relatos, este está enfocado como in thriller sobrenatural que no realza la sensación catastrófica de los anteriores, sacrificando de paso ese elemento simbólico y significativo, esa búsqueda del doble sentido, a favor de un apartado más visual, crudo y salvaje. El drama que enriquece INVASIONES deja en este caso espacio para el lado más visceral del terror, a ratos extraño, a veces impactante (sobre todo su desenlace) y no se debe ver sin embargo esta historia como una caída de la calidad o el efecto narrativo, sino como otro modo de enfocar el género que competa con esta trilogía de cuentos la prueba de que una moneda puede tener más de dos caras, de que el terror es más parecido a un dado con infinitas posibilidades.
Con INVASIONES, Ismael M. Biurrun nos devuelve a un mundo donde el terror cabalga entre lo desconocido y lo que creemos normal y cotidiano, donde las luchas más cruentas no se desarrollan dentro de refugios, calles desoladas o guaridas, sino en el interior de la mente de sus protagonistas, volviendo opresivo y hostil cualquier escenario que nos proponga, Historias que no siempre siguen una línea recta, ni siquiera un solo camino o sentido y del lector depende la elección y el resultado final o significado que quiera atribuirle, y en lo que a un servidor incumbe y teniendo en cuenta la mejorable experiencia que me supuso UN MINUTO ANTES DE LA OSCURIDAD en contraste con lo que me marcó su descubrimiento con la maravillosa MUJER ABRAZADA A UN CUERVO, éste titulo supone, no una vuelta a sus orígenes, pero si un recordatorio de que el autor ha sabido crear un estilo propio y siempre satisfactorio.
... Y aunque por estúpida que parezca mi opinión, que lo es pero ¿para qué escribo esto si no es para expresarla?, creo que INVASIONES es un título que habría funcionado mejor, o al menos yo lo habría disfrutado más diseccionándolo en las tres partes que lo componen, en publicaciones en pequeño formato o bolsilibros por separado que tantas editoriales parecen haber resucitado con bastante buenos resultados. Cada historia por larga o corta que sea que escribe Biurrun exige un tiempo para digerirla o meditarla, y que te ofrezcan un nuevo relato inmediatamente de haber acabado el anterior podría perjudicar la opinión que merece cada uno de ellos por separado. Ademas, ¿Por qué homenajear un estilo, una temática, un formato, pudiendo y mereciendo convertirse en él?
domingo, 3 de septiembre de 2017
Reseña: EXPERIMENTAL FILM de Gemma Files.
Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:
EXPERIMENTAL FILM de Gemma Files.
Lois Cairns, una exprofesora de cine, desempleada y al borde de la depresión, descubre la existencia y las películas perdidas de quien se cree que es la primera directora de cine de Canadá. Al investigar su trabajo, Lois descubre que esa directora se veía acosada por unas fuerzas sobrenaturales que ahora amenazan con perseguirla a ella también.
Toda historia real o ficticia es propensa a la evolución, a que sus conceptos e ideas cambien, se adapten a los nuevos tiempos y los nuevos pensamientos, y , por supuesto, a los medios en que dichas historias son trasmitidas, siendo este aspecto en ocasiones fundamental para su entendimiento.
Hemos visto al campo de la música adaptándose a cada época, a los gustos de quienes buscaban nuevas experiencias auditivas y emocionales, al igual que ocurre con el cine y la literatura. Los sistemas laborales, los momentos de confort y ocio... e incluso la religión ha tenido que revisar sus propias leyes y escrituras para no perder adeptos, para usar una y otra vez la quemada excusa de "es que hay que tomarlo de manera figurada, no literal", en definitiva, para no caer en el olvido de una vez.
Pero el reverso de la misma moneda, de la secta capitalista estrella, es sin duda el folclore y la mitología antigua, y sus casos no son muy diferentes, y ya sea por culto o por necesidad de expandir su influencia a través del tiempo por medio de cuentos e historias también han sabido mantener su vitalidad intacta...
... incluso los cuentos de fantasmas.
El fantasma americano puede darnos miedo o no, puede ser muchas cosas o puede no ser ninguna de las esperadas, pero lo que es indudable es que entre lo que sí es, es una esponja de ideas, referencias y recursos. No me voy a centrar en la aparente necesidad que Hollywood tiene de hacer remakes innecesarios de obras que no deberían tocarse más, aunque es evidente que gracias a ellas, nuevas obras se han impregnado de sus influencias y han dotado a sus creaciones de características "importadas" de otras culturas, como por ejemplo como no podía ser de otra manera, la japonesa y sus malvados espíritus o yūrei.
Pero hay que destacar que no solo su apariencia y actos han evolucionado hasta hoy, también el medio, su modo de manifestarse que ayuda a que el ente no se sienta prisionera en su propia morada. Obras como The Ring, Sinister o Poltergeist tienen como elemento en común el uso como canal de apariciones medios audiovisuales que los avances tecnológicos nos han brindado como la televisión y las cámaras de vídeo digitales, traspasando con ello una barrera que no hace mucho estaba limitada a la imagen estática de las fotografías y, ofreciendo un considerable abanico de posibilidades o unas historias de fantasmas que por mucho que se modernicen y se adapten a los nuevos tiempos, no significa que pierdan ese elemento clasicista, incluso gótico.
Sería normal, con este historial de celuloide sobrenatural pensar que EXPERIMENTAL FILM de Gemma Files y sus sinopsis que habla de entes malignos que se ocultan tras el velo de una producción cinematográfica , no es sino una manera llevada a la literatura de aprovechar el tirón, la moda de la creación de fantasmas que se han leído el manual del grabador de vídeo que compraron en vida, de estirar como un chicle la manera de contar historias terroríficas en formato mockumentary, falso documental, o cintas encontradas que parece que todo el mundo querría y podría hacer en casa con una cámara casera y una sabana blanca con agujeros (y de hecho, desgraciadamente se hacen), pero solo nos harán falta unos pocos capítulos de este libro para darte cuenta de que no es así..
... de que no cuesta nada añadir calificativos como brillante, original y complejo a la historia que nos trae la escritora canadiense incluso antes de acabarla.
Y es normal que se sea exigente con las novelas de alguien cuyo currículo incluye profesiones como periodista o crítica e cine, además de novelista. Más aún si la novela en cuestión se centra en el universo de las películas y los primeros pasos de quienes el día de mañana manejarán la magia de la imagen en movimiento. Y si no os es suficiente con las numerosas críticas positivas de lectores cuyas expectativas han sido cumplidas si no superadas, el premio Shirley Jackson del 2016 apoya a la opinión general de que estamos ante un trabajo muy a tener en cuenta. (Que si, que los galardones nunca me han supuesto un elemento determinante para decidir mis lecturas, pero de algunos veredictos aún me fío)
Una de las cosas esenciales que hay que saber de EXPERIMENTAL FILM es que es una novela a la que no gusta vestir con una sola etiqueta como las demás, es una obra coqueta pero que a su vez le gusta mezclar estilos, para lo cual opta por diluir su trama de manera equilibrada e impregnándola con multitud de matices sobre todos los campos con los que se atreve a jugar sin dar la espalda a ninguno, sin restarle la importancia y relevancia que supone en su conjunto final.
¿Es pues esta una novela de terror o no? Si, es innegable, como innegable es que catalogarla únicamente como tal es también limitar el trabajo y el talento que Gemma Files ha volcado aquí, así como el efecto que pueda producir en los lectores, un efecto que no gira solo en torno a un misterio que incumbe a la desaparición de la primera cineasta canadiense y la leyenda que dejó a su paso, puesto que el argumento si bien soporta el mayor peso de la obra, comparte esfuerzo con el modo de ser narrada, y consigue que una trama que nos debería resultar ajena y en la que no sobrepasaríamos el papel del mero espectador cargado de palomitas, refresco y ganas de pasar un buen rato, termine afectándonos casi a nivel personal como lo hace con su protagonista, y siendo éste un enlace entre lo que intuimos real y lo que aseguraríamos que es ficticio, pero cubriendo siempre cada afirmación con el velo de la duda.
EXPERIMENTAL FILM es Lois Cairns, y Lois Cairns es Gemma Files. Bueno, quizá no sea del todo cierto, a fin y al cabo esto no es más que una novela de ficción, ¿no? Pero no es casualidad que la protagonista de la novela, a su vez narradora que cuenta su historia en primera persona, esta peculiar Clarice Starling que ni sabe ni quiere admitir cuándo los acontecimientos le sobrepasan también sea periodista, crítica de cine y madre, como la creadora y autora de sus desdichas. Y el caminar por terrenos conocidos, el poder plasmar en sus páginas el conocimiento que le ha otorgado toda una vida dedicada a su profesión y experiencias, desemboca en un resultado que roza lo autobiográfico.
Hacía muchísimo tiempo que no conectaba así con un personaje, no ya por su carácter o su personalidad, sino por la naturalidad que desprende en cada aspecto que relata. Lois cuenta su historia y lo hace como realmente deben ser contadas por quien las ha vivido, dando importancia al más mínimo detalle, divagando y siendo consciente de ello, cambiando de tema o llevándolo a términos más personales e íntimos.
En el texto esto se convierte en un conjunto de múltiples focos de atención para el lector, y ninguno prescindible, puesto que no solo contemplaremos la evolución de una investigación, sino también la de sus protagonistas, en especial la de Lois cuya vida se compone de fragmentos de espejos que reflejan las manías, costumbres, miedos obsesiones de cada uno de nosotros. Tenemos a alguien obsesionado con su trabajo hasta el punto de que su pareja sea para ella un absoluto desconocido y cuyas acciones aún le sorprenden, alguien que huye de la relación y las obligaciones con un hijo que necesita cuidados muy especiales pero que evita ocultándose en sus proyectos y planes futuros. Puede que interpretemos muchos de sus actos como egoístas, incluso ella misma lo hace, pero es algo más, es como si viéramos a Gemma Files buscándose a sí misma en los actos de Lois, viendo, valorando cómo sería su futuro usando a su creación como guía.
Un ejemplo contrario de esto lo encuentro sin alejarme mucho del trasfondo de esta historia en RINGU, la novela de Kôji Suzuki, más concretamente en el desarrollo de la trama de su remake americano. En esta conocida historia vemos a su protagonista Rachel Keller con un único objetivo, salvar de la maldición de la cinta maldita a su hijo y a sí misma. Sin embargo cuando lo consiguen realmente no vemos ninguna huella, marca o cicatriz emocional que haya dejado el viaje a su salvación. Lo importante para ellos es que su final ha sido feliz, así que ¿para qué preocuparse? Aquí paz y después gloria, y cada uno con lo suyo, con lo que dejaron a medias antes de los acontecimientos...
Sin embargo, EXPERIMENTAL FILM centra su atención precisamente en lo que Gore Verbinski prefiere ignorar, en la carga psicológica que cada nuevo descubrimiento supone para sus personajes y cómo ésta condiciona sus siguientes pasos, en cómo la carga emocional va doblando a los que cargan con ella, hasta el punto de atravesar distintos puntos sin retorno, sabiendo que no hay marcha atrás y que lo que han pasado para llegar hasta ahí no queda en el olvido, sino que ha dejado una huella imborrable que estará presente cuando quieran ignorarlo.
Alguno dirá que al ahondar tanto en sus personajes, EXPERIMENTAL FILM deja de lado el aspecto terrorífico de su trama, y que eso no está bien, porque joder, diréis que os la vendieron como una historia de terror, ¿No?, pero ¿Acaso no será ese estrechamiento con los personajes y esa facilidad de conectar con ellos lo que genera un miedo constante a que les ocurra algo? Lo que da miedo de caerse desde el piso número veinte no es el golpe, tan rápido que ni lo notamos, sino la larga caída. Pues con esta historia ocurre algo parecido, no nos asusta lo que hay al final del camino, algo que desde el principio podemos imaginar, sino cómo llegamos a él, lo que perdemos en el trayecto, pero también lo que ganamos.
Gemma Files nos guía a través de una atmósfera que va volviéndose gradualmente más opresiva, y lo hace sin prisa, no dejando nada al azar y demostrando en muchas ocasiones sus conocimientos del mundo del cine, ya no solo moviendo hábilmente la cámara con sabiduría, enfocando donde debe y mostrando únicamente lo que ella quiere que veamos, ni por el uso de los tiempos narrativos, volviendo al pasado, dejando que espiemos el futuro por el resquicio de una puerta abierta a modo de cliffhanger que juega con el suspense y las suposiciones del lector. Todo esto importa y se vuelve esencial para entender la historia y a quien la cuenta, pero no es solo un libro que cuenta un relato, sino también sobre cómo se debe escribir un relato de terror.
Quien haya leído novelas como LA JOVEN AHOGADA de Caitlin R. Kiernan sabrá a lo que me refiero. Gemma busca la manera de enlazar lo cotidiano y lo sobrenatural y crea con ello un entorno hostil, extraño pero a la vez atrayente. Vivencias personales, curiosidades sobre el universo cinematográfico e historias rurales de las zonas visitadas, leyendas urbanas, correspondencia o prensa, la autora no solo involucra a cualquiera dispuesto a leerla, sino a sí misma, relatando la historia desde dentro, formando parte de ella y desempeñando un papel que sobrepasa el de creadora de todo lo que acontece, también el de victima de su propia inventiva. Y no le son desconocidas las herramientas y recursos típicos del género para hacerlo, sus clichés, aprendiendo a jugar con lo que uno espera en la siguiente escena, con lo que la escuela cinematográfica nos ha educado para prepararnos y reaccionar ante ello y lo moldea a su antojo, ya sea para sorprender o para acomodar al espectador.
EXPERIMENTAL FILM es una sensacional experiencia que nos trae a nuestro país la joven editorial Biblioteca de Carfax, a medio camino entre la novela convencional, el ensayo y la autobiografía. Un libro que trata la superstición no como un cuento para asustar a los niños que no se comen todo lo del plato, sino como parte imprescindible para entender la historia universal. Pero también, y arriesgándome a sonar típico, es una historia sobre encontrarse a uno mismo, una terapia autoinflingida, peligrosa y destructiva que enfoca los temores y nos lo contagia a nosotros mismos.
Gemma Files tiene, en definitiva, una peculiar manera de contar cuentos de fantasmas, bebiendo de multitud de influencias, que duda cabe, pero destinado a convertirse en una de ellas para futuros escritores y escritos. Tiempo al tiempo.
lunes, 21 de agosto de 2017
Reseña: ZOMBIES DE LENINGRADO 2: LA PERSPECTIVA DEL CANÍBAL de Javier Cosnava.
Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:
ZOMBIES DE LENINGRADO 2: LA PERSPECTIVA DEL CANÍBAL de Javier Cosnava.
Novela e historia, terror zombie y canibalismo; hablamos de relatar el valor de un pueblo que decidió llegar hasta el extremo de consumir carne humana antes que rendirse a Hitler y sus hordas.
Se han escrito unas pocas novelas desde la mirada de un muerto viviente, pero siempre se ha tratado de personajes imaginarios en situaciones imaginarias.
¿Pero cómo eran realmente las personas que se comían a sus congéneres en Leningrado durante el asedio nazi?
Si os atrevéis a leer este libro, tal vez halléis una respuesta.
El ser humano es sin duda una maquina fascinante. Engranajes y motores compuestos por células y tejidos en constante funcionamiento y descubrimiento de nuevas habilidades siempre explorando sus límites. Y la historia es una de las mayores responsables de que estas máquinas implacables hayan sido puestas a prueba una y otra vez, llegando al extremo incluso en mundos desarrollados.
¿Y qué mejor campo de pruebas ha existido desde que el primer ser humano fuera consciente de la muerte que la guerra y la violencia?, ¿ Y no es acaso, entre otras, la Segunda Guerra Mundial uno de los terribles acontecimientos que más muestras nos han otorgado para demostrar la extraordinaria capacidad del cuerpo humano de adaptarse para sobrevivir y, desgraciadamente de la imaginación para causar el mayor mal posible?
Son muchos los capítulos, batallas, ubicaciones y personalidades los que han influido en incontables relatos y novelas. Tristes episodios que no solo ponen a prueba, como hemos dicho, el ingenio y las ganas de vivir (o matar) ante los terribles sucesos acontecidos, sino que de nuevo vienen a demostrar que muchas veces la realidad puede ser más espantosa que la mas terrible de las pesadillas imaginables.
Si existe un suceso que pudiera decirse que se convirtió en un auténtico infierno durante la contienda, ese sería sin lugar a dudas la situación que vivió Leningrado durante su asedio por los nazis. Un episodio que nos trajo hace un par de años Javier Cosnava en su novela ZOMBIS DE LENINGRADO. El escritor de obras como 1936 Z: LA GUERRA CIVIL ZOMBI, LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. LA NOVELA, DIARIO DE UNA ADOLESCENTE DEL FUTURO o esa deliciosa ironía titulada CONVIÉRTETE EN UN ESCRITOR SUPERVENTAS nos transportó a un viaje a la bella ciudad de la Unión Soviética, ofreciéndonos asientos en primera fila para ser testigos mudos de los horrores de la guerra, cuando el pueblo ruso cegado por un sentimiento patriótico que rozaba la divinidad hacía frente a las heridas, las enfermedades u el hambre. Un hambre que se convirtió en el elemento principal principal tanto de la historia real como de la novela, llevando a los ciudadanos en un intento desesperado de agarrarse a la vida a protagonizar actos de canibalismo, pero no ocasionales, sino constantes, creando incluso un mercado negro de venta de carne humana, la necesidad de un cuerpo de policía especializado en estos casos... escribiendo con sangre tristes líneas en la historia de la vida, de una humanidad convertida en poco más que bestias depredadoras por supervivencia.
La búsqueda de un lugar seguro fuera de los muros de la ciudad condenada y la caza de un espía dispuesto a lo que sea por cumplir su objetivo son las excusas perfectas de las que se vale Cosnava para traernos una historia de terror que se apoya en estructuras muy reales para ser contada. Cada callejón, cada soldado o ciudadano, cada nueva puerta que abren tiene una historia verídica que contar, muchas de ellas protagonizadas por vidas ya extintas por la inanición, las explosiones o el suicidio, pero también se habla de mordedores, hordas de hambrientos cazadores que poco se diferencian del monstruo que tantas veces ha retratado la literatura Z para mostrarnos el rostro del fin del mundo.
Y ahora, ZOMBIES DE LENINGRADO 2. LA PERSPECTIVA DEL CANÍBAL prácticamente retoma la misma formula para camuflar en forma de novela de ficción, nuevos hechos y anécdotas que los habitantes de la ciudad asediada vivieron durante sus últimos días en el infierno.
Aunque eso no significa que la vuelta a la normalidad vaya a ser fácil, que el terror y la desgracia se esfumen como el humo de las bombas. La aparente tranquilidad va llegando a las calles de Leningrado, los éxitos defensivos contra las tropas alemanas van sumándose, apenas quedan resquicios de "zombis" o mordedores, personas rendidas a la locura del hambre que atacaban y devoraban vivos a los incautos que solo buscaban alimento para ellos o sus familiares, y poco a poco los preciados suministros y víveres van llegando a los pocos supervivientes que se resisten a abandonar sus hogares. Sin embargo, parece que la pesadilla no ha acabado para algunos. Y ahí tenemos al orfanato número 48 y a los niños que ahí se refugian de la guerra, porque ahí fuera aun queda algo que puebla sus pesadillas... y va a por ellos.
De este modo, LA PERSPECTIVA DEL CANÍBAL se desvincula casi en su totalidad de la trama de la primera entrega, pero no en su trasfondo, siendo totalmente independiente de ésta, pudiendo leerse por separado sin ningún problema y demostrando lo evidente: Que tanto el argumento como el significado de las acciones de los protagonistas, si es que existen, quedan en un segundo plano y no son sino una manera de novelizar y estructurar las numerosas circunstancias, vistas panorámicas y curiosidades que rodean a los acontecimientos verídicos que han ido evolucionando desde la primera entrega. Y esto está bien, pero hasta cierto punto...
Cosnava se vuelve a valer de casi cualquier cosa para acercarnos el elemento histórico a la lectura. Un diario olvidado, una retransmisión de radio o el cadáver de alguien pudriéndose en la calle a la vista de todo el mundo. Todo sirve para ser lanzado a la cazuela y crear un guiso de sabores clásicos aunque en ocasiones algo artificiales, también inevitable cuando estos hechos deben casar, compaginarse con la trama inventada en cuestión por el escritor, causando que el desarrollo de la lectura se vea en algunos momentos interrumpida de manera demasiado brusca para contarnos qué pasaba en esos momentos en el escenario donde los protagonistas se encontraban, o indagando más adelante en lecciones de historia sobre civilizaciones y culturas antiguas y no tanto, que demuestran que hay cosas que no tienen por qué haber cambiado tanto desde entonces.
Así que aclaremos una cosa. Si bien esta novela como su antecesora pueden ofrecer momentos realmente escalofriantes, no es gracias a que forme parte de una colección especializada en literatura zombi, porque el que se espere encontrar aquí muertos vivientes resucitados por algún tipo de experimento nazi o hechizo vudú puede llevarse una gran desilusión. No, aquí no hay monstruos sobrenaturales, solo reales. Gente hambrienta que ha dejado atrás cualquier ética a favor de la supervivencia. Es por ello que quizá esta serie resulte un poco oportunista dado el precario nexo y sentido del termino "zombi" que se aplica en esta trama, pero a su favor hay que admitir que es una buena manera de acercar la historia bélica y sus capítulos menos conocidos pertenecientes al asedio de Leningrado a gente que de otra forma nunca se habría molestado o interesado en conocer.
LA PERSPECTIVA DEL CANÍBAL es un relato más intimista, menos global que su antecesora en lo que a acontecimientos y personas involucradas se refiere. Una historia terrible dentro de una historia terrible que, salpicada de misterio, investigación, horror, absoluta pérdida de inocencia y una pizca de filosofía retorcida, nos cuenta como un grupo de niños y adolescentes se enfrentan al último caníbal de Leningrado. El último bastión para volver a lo más parecido a la cordura en un mundo que parece haberse vuelto loco.
Me doy cuenta a estas alturas de la opinión literaria de que no paro de volver una y otra vez al asunto de los elementos verídicos dentro de la historia hilada por Javier Cosnava, y el motivo por desgracia es que creo que sin ellos, ZOMBIES DE LENINGRADO. LA PERSPECTIVA DEL CANÍBAL pasaría por el recuerdo de la literatura Z sin pena ni gloria y que cuando se finaliza uno prefiere mantener en sus recuerdos esos momentos en los que la sensación era de haber pasado el día en un museo dedicado a la Segunda Guerra Mundial, contemplando objetos y documentos expuestos en vitrinas y leyendo el papel que éstos desempeñaron en la historia.
Y si, vale, se nota que el personaje de Ilarion Nyshchenko ha sido (re)creado para representar la piedra angular de la novela con el que los capítulos dedicados al último caníbal de Leningrado cumplen con el cometido que se propone el propio título de la obra, ofreciendo otra perspectiva moral y existencialista a la supervivencia como un modo de vida condicionadas por los terribles actos a los que estuvo obligado a formar parte Ilarion. Y tampoco podemos ignorar ya que estamos, algunos interesantes giros del guión que pueden pillarnos en paños menores...
... Por desgracia tampoco podemos pasar por alto un estigma que arrastra la novela desde su propia concepción, un elemento que si en otros casos pasa desapercibido, en este su factor condicionante a la hora de dar un veredicto es definitivo, y ese elemento no es otro que ser una segunda parte.
LA PERSPECTIVA DEL CANÍBAL no es una mala novela, en ningún momento dije, digo o diré lo contrario, pero es mucha mejor lectura si no se ha leído anteriormente ZOMBIS DE LENINGRADO, de ese modo, uno no lleva consigo esa sensación de estar leyendo algo artificial, forzado e incluso producto de una necesidad de terceros. ZOMBIS DE LENINGRADO es como escuchar un single donde el grupo musical ha volcado todas sus ganas, talento y cariño. Esta segunda entrega es como la cara B y los remixes de la misma canción. Sacando provecho a restos de documentación acumulada que no encontró espacio en el tema principal ya sea porque no era tan bueno como lo demás o porque en su momento no tenía sentido incluirlo. Así que, improvisando un resumen para aquel que se acerque a a esta obra a raíz de haber leído la anterior, podría decir que va a encontrar más de lo mismo pero más insipido, descafeinado. Como beberse un buen whisky escocés y que después te sirvan marca blanca.
Por lo positivo, también encontraremos más de lo mismo en el estilo narrativo de la obra, el cual se muestra directo y ágil, salvo en los constantes paréntesis de los que se vale Cosnava para contar una nueva anécdota en medio de un pasaje escénico o incluso en un diálogo, pero curiosamente a veces son estas interrupciones las que, movidos por la curiosidad o el morbo, nos atrapa sin remisión. La historia mantiene una previsibilidad justa y por fortuna algo engañosa, y como en ZOMBIS DE LENINGRADO sigue eligiendo sabiamente el momento justo en el que sorprender o ejecutar aquel movimiento que habíamos predicho con anterioridad.
Mención aparte merece uno de sus epílogos, que valiéndose de ciertas libertades históricas (sin las cuales este relato no hubiera pasado apenas de su propio planteamiento) remata la jugada convirtiendo el libro en algo más que una novelización de un asedio, sino también la de una inesperada biografía.
Siempre es agradable que cuando algo guste recibamos más raciones de lo mismo... el problema es cuando con las virtudes, también le acompañan sus defectos...
domingo, 13 de agosto de 2017
Reseña: Especial Editorial CERBERO.
Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:
Especial Editorial CERBERO.
A menudo pasear por las redes sociales es como descubrir que no vives en el mismo mundo o multiverso que los demás. Crees que algunos acaban de retirar las manos de sus teclados y salen de su refugio, de su cueva a la que no llegan noticias del mundo real para darse de bruces con que todo lo que ellos creían era mentira. O quizá soy yo el que ha vivido hasta ahora en una burbuja de ignorancia, creyéndome el rey del mundo y de la verdad universal.
Resulta que aún existe gente plenamente convencida de que la literatura de género (refiriéndonos a la ciencia ficción, la fantasía e incluso el terror) ofrece a día de hoy una oferta minoritaria, muy limitada y, en conclusión, vive al borde de su extinción. Y ojo, que no lo dice gente aburrida que no sale de casa y su único modo de darle un poco de emoción a su existencia es inventarse conspiraciones y estadísticas de todo, sino gente que parece que se encontró un título de periodismo en la calle y lo aprovechan al máximo. Así que me reitero en mi opinión de que debo vivir en una realidad totalmente distinta a la del resto, porque cada mes, cada vez que se me ocurre comprobar las novedades y próximos lanzamientos que las incontables editoriales dedicadas a este tipo de literatura van a ofrecernos me siento como cuando era un niño pequeño delante del catalogo de juguetes que El Corte Ingles regalaba cada navidad, marcando con una equis las cosas que me gustan al compás de "lo quiero, lo quiero, lo quiero...".
Pero no, son cosas mías que a veces me queje de la saturación de títulos de una misma temática, son cosas mías que me esté planteando el comer piedras para poder seguir pagando mi dosis mensual de libros de género. Y son cosas mías que cada día veo emerger nuevas editoriales pequeñas que no paran de ofrecer nuevas oportunidades a autores nuevos y conocidos, modestas editoras pero llenas de grandes ideas, propuestas y sobre todo ganas de hacer las cosas bien.
En los últimos años hemos disfrutado de grandes títulos, muchos de ellos premiados por distintas asociaciones, que han llegado a nuestras manos gracias a estas editoriales. como Apache, Cazador de Ratas, Hermenaute, Orciny Press... todas ellas con algunas propuestas innovadoras, que han sabido acercarnos nuevas maneras de ver la literatura de siempre, o recuperando las antiguas formas y formatos, como por ejemplo la editorial Cerbero.
Esta joven propuesta editorial no solo apuesta por la ciencia ficción o el terror más tradicional, aunque siempre aportando nuevas ideas argumentales que vienen marcadas por la constante evolución de estas, sino que propone otorgar a una nueva juventud al bolsilibro, esas novelas "de a duro" que se vendían en kioscos. Pequeñas aventuras de viaje pero que no por su pequeño tamaño se veían obligadas a ofrecer igualmente pequeñas experiencias, sino que estas podrían ser de lo más satisfactorias e impactantes. Desde su nacimiento Cerbero ya nos ha aportado doce de estas historias, creadas por autores y autoras experimentados. Doce formas distintas de afrontar el reto de seguir creando nuevos viajes a distintos tiempos y lugares, metiéndonos en la piel de hombres, animales o maquinas. Doce ejemplos que pueden gustar mas o menos pero que son una prueba de que la literatura fantástica no esta, como algunos pretenden hacernos creer, estancada o agonizante, sino que escritores y lectores creen, algunos más que nunca, en esas ventanas que sirven para mirar a otros mundos, a otras realidades a las que huir.
Y como aquí somos muy chulos y nos gustan los retos no nos hemos limitado a dar nuestra opinión de uno o dos de sus títulos, sino que nos hemos leído los doce bolsilibros publicados por Cerbero y los hemos recopilado en esta colección de breves opiniones. como si un menú de platos de comida rápida pero no por ello carente de talento se tratara
ÚLTIMA NOCHE EN EL PÁRAMO de So Blonde.
Cuando Monica Estanco, ayudante del sheriff de Cerrojazo (Texas), se despertó aquella mañana, no imaginaba lo mucho que podrían complicarse las Fiestas de la Cosecha de ese año. Rednecks votantes de Trump, pornostars en plena gira, televisión por cable, un matadero abandonado y algo que resurge desde las entrañas de la siempre entretenida tierra de Texas.
So Blonde vuelve a calzarse las espuelas para adentrarnos esta vez en el páramo de Cerrojazo.
So Blonde es una de esas autoras que sin quererlo se vuelve para algunos casi omnipresente, un asunto personal pendiente, un "al final me va a tocar leer algo suyo". Ha sido cosa del destino que entre tanto currículo literario, artículos de prensa y tiras cómicas en El Jueves, ÚLTIMA NOCHE EN EL PÁRAMO ha sido la primera toma de contacto con ella, y de la curiosidad por cómo será su obra ha pasado a la necesidad de leer cuanto más de ella, mejor.
Estamos ante una burda gamberrada que es incapaz de tomarse en serio a sí misma, que abraza, para luego amordazar y sodomizar al género de terror más redneck plagado de humor malsano y vísceras de origen desconocido. En efecto, algo que haría salivar de placer a cineastas como Robert Rodriguez y empalmar de gusto a seguidores del cine bochornoso que tiene como modelo sagas como Temblores o Feast. A lo largo de 160 páginas, So Blonde se regocija maltratando a todo ser vivo por medio de excesos sexuales de cualquier tipo, carnicerías descontroladas, chistes de índole sureño-patriótico y topicazos del género de esos que no nos aburre encontrar de vez en cuando.
ÚLTIMA NOCHE EN EL PÁRAMO es una rotunda respuesta a la pregunta de si hay un límite en pasarlo bien con lo políticamente incorrecto, que hace que nos riamos con temas de actualidad que no tienen ni puñetera gracia, y todo ello bajo un telón de fondo dominado por la tierra sucia del desierto, la pólvora, la sangre, los condones usado y el rock´n roll.
36 de Nieves Delgado.
El nacimiento de una nueva Inteligencia Artificial en el CIDIA siempre es motivo de alegría. En el caso de la que ocupará el cuerpo número 36, la felicidad es doble, puesto que, nada más nacer, ha sorprendido a todos los técnicos con un insólito «Buenos días». 36 no es una IA como las demás, se hace preguntas y quiere respuestas. ¿Dónde reside la verdadera identidad? ¿Qué sentido tienen las etiquetas? ¿Es necesario integrarse y aceptar la opinión de la mayoría?
Aparcamos a un lado las gamberradas divertidísimas y salidas de tono para adentrarnos en temas más serios y trascendentales. Nieves elige para esta narración el siempre fascinante y a la vez lleno de enigmas asunto de la inteligencia artificial.
Siguiendo la estela de historias que abordan la capacidad de la maquina para ser autoconsciente y, en cierto modo, ser "más humano que el ser humano", tal como hicieron anteriormente androides como Batty, Sonny, David, Ava o Andrew, pero enfocándolo en diferentes puntos de vista que no se quedan solo en la reflexión acerca de las limitaciones de las IA o dar reconocimiento a esta como ser vivo, sino que además lo dirige hacia un punto tan interesante como es el factor externo, la repercusión que estas investigaciones pueden tener en todo el mundo, y lo hace por medio de un lenguaje y escenografía originales, en una narración basada en el diálogo y la reflexión.
La única pega es que la autora aborda aquí ideas tan interesantes y complejas que por desgracia se ven limitadísimas en un formato como es el bolsilibro, que apenas permite mostrar la punta de un iceberg tan inmenso como es la inteligencia artificial y las redes.
DOMORI de Sofía Rhei
Los domori llevan mucho tiempo en guerra contra las abejas. Las vidas perdidas no pueden ni deben ser olvidadas. Es necesario hacer valer la justicia, que ardan sus colmenas, su ciudad, que no quede rastro del enemigo. Luna Roja es una guerrera dispuesta a todo por vengar a su pueblo, pero el destino le depara otra suerte. ¿Le han contado toda la verdad? ¿Será capaz de descubrir su propia identidad? ¿Qué significa verdaderamente ser una domori?
Teniendo en cuenta que mi única experiencia con la autora madrileña, RÓNDOLA me pareció una experiencia más bien agridulce, era normal que afrontara DOMORI con ciertas dudas, pero he de reconocer que la experiencia, excepto salvedades, no ha sido del todo desagradable.
Lo que aquí tenemos es una de esas historias cuyo género no sabríamos catalogar con exactitud, ni si es inclasificable o viste múltiples ropajes. Tiene algo de aventuro distópica, ciencia ficción, fantasía y un fuerte significado ecológico, pero en la práctica aunque suene raro, termina convirtiéndose en una especie de trama de conquistas a niveles tan microscópicos como universales.
Suena confuso, y el mundo al que nos traslada Sofía hace honor a esa sensación, soltando al lector en medio de un lugar dominado por unas circunstancias que no entendemos, con unos personajes extraños, de determinaciones no menos extravagantes. Por suerte, a medida que avanzamos en DOMORI vamos enlazando las piezas fundamentales para terminar descubriendo un cúmulo de ideas que de nuevo presumen de complejas e interesantes para querer abarcarlas en un espacio tan pequeño, aunque hay que reconocer que uno se puede sentir sobrepasado en momentos en los que el exceso de información nueva va y viene.
Ahora bien, tengo que admitir también su mayor pega la he encontrado en el personaje protagonista. Puedo usar muchos adjetivos para describir lo que me ha conseguido trasmitir Luna Roja, pero los que más se me repiten son sin duda antipática, egoista, manipuladora y cínica, y así obviamente me es difícil empatizar con ella y sus pensamientos.
BARRO. POST SCRIPTUM I de Alicia Pérez Gil
Alicia sabe qué llevará consigo y qué no cuando sus padres deciden cambiar de casa. Sin embargo, hay algunas cosas que quedan fuera de su alcance, como su hermana, su gemela problemática recluida en un centro especial, la única persona a la que quisiera tener a su lado en su nueva vida. Dispuesta a recuperarla, emprende un viaje más allá de las fronteras de lo real, al otro lado de la bruma de los sueños, donde cada uno de los objetos que ha guardado con ella demostrarán su auténtico poder. Y los necesitará, porque en el propio viaje se verá despojada de todo lo que la convierte en Alicia, incluido su propio nombre.
Estamos ante uno de esos relatos difíciles de clasificar y mucho más de dar una opinión clara, porque uno no sabe si le ha gustado o le ha parecido una absoluta ida de olla sin sentido. Y no es que carezca de él. BARRO, único título de este formato que pertenece a la serie dedicada a la ¿fantasía?, narra un viaje, pero no a un lugar común y conocido, sino al más misterioso de los rincones que existen: el interior de la mente. Como si de una versión de ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS, se nos presenta a una protagonista (que curiosamente comparte nombre con la famosa niña descrita por Carroll) que busca una vía de escape, una manera de huir de un mundo cuya estancia solo otorga dolor para que, una vez encontrado, darse cuenta de que tal vez la idea no era tan buena. Y buscar el camino de regreso no será nada fácil, sobre todo cuando uno no recuerda ni su nombre.
Un montón de respuestas a preguntas que que Alicia no sabe formular, y un montón de respuestas que, lo que soy yo, soy incapaz de interpretar.
Tras un primer tramo que sabe atrapar el interés del lector llevándole a un entorno conocido, bruscamente nos vemos sumergidos en algo completamente distinto, a veces bellos, a veces caótico, como si de nosotros dependiera dar un significado a todo lo que se narra... y es algo que se torna en muchas ocasiones una tarea casi imposible.
BARRO es una de esas, si. Un novela que, al pedirnos alguien nuestra opinión, ponemos cara de circunstancia y decimos. "es una historia personal". Y quizá en este caso en concreto demasiado, como si estuviera escrito para uno mismo y los demás estuviéramos invitados a disfrutar (si podemos), pero sinceramente, a veces a mi me ha sido imposible seguirle el ritmo e incluso encontrar parte de lógica.
LA BELLEZA DEL URÓBOROS
«25=2; 12+4=miles de millones. Asúmelo cuanto antes»
¿Quién firma el extraño telegrama? ¿Qué quieren decir esas cifras? ¿Qué relación tienen con un absurdo asesinato del pasado? El uróboros, la serpiente que se muerde la cola, el bucle infinito de la paradoja. ¿Deben los hijos cargar con los pecados de sus padres?
Memorizad bien el nombre de este autor, porque si su anterior novela HORROR VACUI supuso una agradable sorpresa para los seguidores de la ciencia ficción, con LA BELLEZA DEL URÓBOROS se ha subido a la cima de las novelas cortas del género en un ejercicio brillante.
Y es que prometer un thriller que se apoye en bases y teorías científicas complejas y llegue a emocionar es fácil, cualquiera puede hacerlo y tristemente cualquiera lo hace, pero conseguirlo es otra cosa muy distinta. Castañeda usa todos los ingredientes de que dispone para en tan poco espacio, atrapar al lector en una trama que, antes de resolver un enigma ya te está planteando el siguiente, pero sin llegar nunca a saturar. Y así hasta literalmente, la última página.
Es encomiable cómo el autor va desentrañando un problema que se ve salpicado por teorías de la lógica o las paradojas y lo hace mediante un lenguaje y unas explicaciones técnicas completamente claras, ayudándose además para ello de fábulas e historias que sirven para ejemplificar las conclusiones a las que el protagonista va llegando. Vale que algunos aspectos estén cogidos con pinzas y algunos nudos argumentales no quedan del todo apretados, pero el ritmo de la historia, el trato de sus personajes destacando a su protagonista principal y las numerosas referencias tanto a las mencionadas fábulas como al mundo del cómic hace que si tuviera que elegir un imprescindible entre los títulos actualmente pertenecientes a Cerbero, éste trabajo de Javier Castañeda estaría entre los más posibles.
CIUDAD TUMBA de Albert Hadmon
El terror se esconde en las entrañas de Barcelona, extiende sus tentáculos por entre los recovecos de la realidad, hurga en la cordura de sus habitantes desde hace eones. Pastillas, drogas alucinógenas, policías violentos, adolescentes sumergidos en la sangre burbujeante de los monstruos durmientes...
Una novela sobre seres depravados, una ciudad que esconde cadáveres bajo los adoquines y un dios tan antiguo que solo puede despertarnos pavor.
Parece casi evidente que en la colección Tíndalos, dedicada al género del terror, la editorial Cerbero tiene claro cuales son sus directrices y los ingredientes que en sus historias quieren que encontremos. Lo que se traduce en: Criaturas increíbles y repulsivas, retratos casi caricaturescos de una sociedad rendida a los excesos y montones de galones de sangre, vísceras y derivados que luego hay que fregar del suelo.
CIUDAD TUMBA es un nuevo homenaje a la mitología lovecraftiana en forma del más puro Cosmic Horror Exploited cargado una vez mas de muchísima mala baba y montones de reminiscencias pulp.
Una trama que transcurre en dos periodos temporales separados por unas décadas de años nos presenta un mundo y unos personajes abrazados por la locura, cuyo afecto es correspondido por estos, y no tanto por las criaturas de pesadilla que pueblan los rincones mas oscuros de los callejones, así como de la mente, como por los abusos en forma de estupefacientes que pueden llevar a lo que quede de la cordura de un cerebro batido a ponerse de rodillas implorando piedad.
Es una pena, eso si, que con la excepción de F. todos los personajes se presenten bastante huecos, como si el único motivo de la existencia de estos sea verse convertidos tarde o temprano en una masa irreconocible de carne desgarrada y regurgitada, en lugar de ofrecer una profundidad extra a la trama mediante una relación entre estos y el entorno. Aunque supongo que todo esto se compensa con un ritmo endiablado, donde apenas hay momento para la pausa y el cese de violencia gratuita.
RUBICÓN de J. G. Mesa
En algún momento, la cabeza del comandante Guillermo Nox hizo clic y, ante la inminente destrucción de la Tierra, comenzó a llenar su nave, la Julio César, con depredadores tales como el tigre, el oso pardo o el tiburón blanco. A pesar de que debería haber llevado a su tripulación lejos del peligro, mientras Dolmen se acerca de modo inexorable para arrasar el planeta, la Julio César aterriza en mitad de la sabana con el objetivo de rescatar al último depredador en la colección de Nox: el león africano. Masáis rebeldes, impactos megalíticos que anticipan el desastre y una insobornable cuenta atrás se pondrán en el camino del comandante y su misión enajenada y suicida.
Y de cosas venidas de otros mundos con el objetivo de convertirnos en suculentos Happymeals nos vamos a un relato donde el la humanidad no solo lucha por su supervivencia, sino por el recuerdo de su historia.
Disfruté en su momento de su visión personal del más allá y de cómo profundizaba en el mito del fantasma en GENTE MUERTA, así como del recorrido por calles corruptas llenas de delincuencia y vengadores urbanos en sus colaboraciones para el universo TIEMPO DE HÉROES. Ahora, lanzándose de cabeza en la ciencia ficción, J. G. Mesa, en poco más de 100 páginas nos presenta la historia de dos éxodos, el de toda la humanidad ante la inminente destrucción de su mundo y otro más intimo y personal, el de su protagonista Nox, que busca un lugar, un acto de redención que le ayude a escapar de una vez de la culpa, los remordimientos y su pasado.
La trama que se nos propone es interesante y compleja, no solo por los conflictos internos que hacen de sus personajes más atractivos, sino también por la relación de un ser humano perteneciente a una sociedad avanzadísima tecnológicamente con la naturaleza y las emociones que son capaces de ofrecerle estás aunque se las ignore, en un choque de culturas e intereses, destinos y deseos.
Tristemente también son factores todos ellos que en tan corto espacio apenas se nos permite indagar demasiado a fondo como nos gustaría y son tantas las cosas que ocurren que en ocasiones nos cuesta seguir un ritmo y perdemos detalles en momentos claves en los que no somos del todo conscientes de los acontecimientos hasta que ya han pasado. No obstante, su trasfondo es digno de tener en cuenta para próximas aventuras.
LOS ESPÍRITUS DEL HUMO de Mª Concepción Regueiro.
Entre lujos, cuidados y oropeles, Luanda y Gadea, las hijas del gran taumaturgo Antuss, viven ajenas al ajetreo de la gran ciudad, a los Técnicos y su desprecio hacia la magia milenaria, al humo que parece ocuparlo todo. Pero todo esto cambia un día, de la noche a la mañana, y las dos jóvenes hermanas se ven forzadas a enfrentarse contra un futuro extraño y desagradable donde solo se tendrán la una a la otra. Y el recuerdo de la magia y la grandeza. Y a los espíritus del humo.
Aún perteneciendo a la colección Wyser centrada en la ciencia ficción, la novela que nos ocupa apenas se acerca a dicho género, siendo ésta una historia con una atmósfera de corte visualmente victoriano sumergida en la fantasía que otorga la magia y salpimentada con breves retazos de cultura steampunk, La verdad, nada nuevo si tenemos en cuenta obras de ambientación similar escritas por autoras como Victoria Álvarez o Gail Carriger, pero no por ello carente de merito y por supuesto, atractivo.
Contado de una peculiar manera, en segunda persona del plural recurriendo a veces incluso al imperativo, que pretende aumentar la sensación de sentirnos partícipes de los acontecimientos que se narran, LOS ESPÍRITUS DEL HUMO nos muestra una sociedad que ha aprendido a convivir con el casi ilimitado poder de la magia, pero son otras fuerzas, la de las palabras, la sugestión, la creación de la fe y la manipulación las que protagonizan la vida de Luanda y Gadea.
Mª Concepción Regueiro crea aquí un universo muy interesante que invita a su vuelta, un universo donde los poderes de la naturaleza y los de la ciencia rivalizan por la anteposición, el reconocimiento y la supremacía, amable y cruel a partes iguales, representa una antesala al pasado, presente y posible futuro de nuestro mundo. Una buena historia a fin y al cabe, no exenta de cierta moraleja nada nueva y que hace de su desenlace predecible desde la primera página. No permitáis que eso os impida disfrutarlo.
DIOSEROS. MEMORIAS DEL GRAN ANILLO I de Eduardo Vaquerizo.
La cultura de los Funcionarios se extiende por toda la Galaxia desde sus instalaciones en el Gran Anillo, ofreciendo servicios a otras civilizaciones. Sus ministerios proporcionan, entre otras cosas, ejércitos privados, grandes ofertas de ocio o dioses hechos a medida a quien pueda pagarlos.
Un pobre ciego que pide limosna en las calles de Calandanar, ajeno a aspiraciones morales o metafísicas, se cruza en el camino de Isaías y Elena, dos dioseros que viajan a través de los planetas haciendo milagros y sorteando peligros. Desde ese momento, su vida entera, su destino y su propia fe se verán alteradas para siempre. No puede ni imaginarse todo lo que le queda por ver.
Tras leer su interesante aunque por momentos sobrecargado de detalles superficiales NOS MIENTEN, leer algo como DIOSEROS sin saber lo que a uno le espera es más o menos como que te taladren el cráneo y batan tu cerebro con una cucharilla al rojo vivo.
Más que una aventura, esta historia funciona casi como la presentación de un mundo cuyas facetas no dejan de sorprender, que degradan al sueño actual del ser humano de colonizar planetas al nivel de un hobby de aficionado. Múltiples razas extraterrestres, sociedades o culturas componen un universo o universos que muchas veces se confunde con la más pura fantasía, a lo que ayuda una aparente influencia a los viajes interestelares de Star Trek. Y en el centro, sus tres protagonistas, tres caracteres y personalidades que sirven para ofrecer distintos puntos de vista prácticos, éticos o morales que resumen una evolución intelectual que ha llevado a la humanidad a crear incluso sus propios dioses.
Vaquerizo crea una trama tan interesante como su desarrollo, al menos hasta cierto punto, y es que el autor deja claro sin problemas que sabe crear mundos llenos de detalles de innumerables orígenes jugando con todo tipo de ramas que surgen del tronco de la ciencia ficción, pero a la hora de afrontar los acontecimientos decisivos y puntos clave donde por supuesto destacaría su desenlace, parece que éste tira a lo fácil, al irónico dado el caso uso del Deus ex machina más descarado que busca una vía rápida de satisfacción del lector, olvidando que a veces el viaje es más importante que el destino.
CLOROFILIA de Cristina Jurado.
¿Quién es Kirmen? ¿Por qué el joven no se parece a sus padres, ni a su amigos, ni a ninguno de los habitantes del Claustro? En el exterior de las cúpulas que protegen a los últimos habitantes de la Tierra, una tormenta eterna y monstruosa se ceba con el planeta. Kirmen sigue cambiando y, mientras tanto, no deja de soñar con salir. Al exterior. A la tormenta. ¿Qué es Kirmen?
Me resulta difícil y un tanto incomodo valorar esta obra. El motivo es que por cada virtud que le encuentro, no puedo evitar ver asomar nuevos obstáculos personales. Es como cuando uno contempla una obra pictórica acabada, deleitándose con su belleza, hasta que su vista se fija por primera vez en un pequeño fallo que a otros les pasaría desapercibido y, a partir de ese momento cada vez que volviéramos a contemplar la obra automáticamente nuestra vista se dirigiera a ese detalle entre rechinar de dientes.
Esta es una historia que aparentemente retoma el tono ecológico de la ciencia ficción, busca y además encuentra la atención del lector con un primer capítulo, a modo de prólogo que nos presenta un futuro inestable, una puerta de entrada al fin de todo sin siquiera saber cómo hemos llegado allí... para proseguir con una trama que va diluyéndose poco a poco arrebatándonos el interés y causando cierta confusión por sus constantes cambios de escenarios, tiempos y personajes sin previo aviso, ni una misera separación entre los párrafos que nos sirva de guía. ¿Que consigue con esto? Pues sumado a un final que no supone ninguna sorpresa, un conjunto engorroso y poco convincente pese a la cantidad de buenas ideas que albergaba en un principio. Muchos buscamos encontrarle un sentido a todo lo que se nos narra, que, al juntarlo todo al llegar al último tramo podamos contemplarla en conjunto y poder valorarlo. ¿Cual es el error que llama la atención en nuestra vista cuando lo hacemos? Pues en este caso, que prácticamente toda la importancia de lo que se nos narra pierde completamente el sentido, y terminamos CLOROFILIA con una leve sensación de indiferencia.
Esta es una historia que aparentemente retoma el tono ecológico de la ciencia ficción, busca y además encuentra la atención del lector con un primer capítulo, a modo de prólogo que nos presenta un futuro inestable, una puerta de entrada al fin de todo sin siquiera saber cómo hemos llegado allí... para proseguir con una trama que va diluyéndose poco a poco arrebatándonos el interés y causando cierta confusión por sus constantes cambios de escenarios, tiempos y personajes sin previo aviso, ni una misera separación entre los párrafos que nos sirva de guía. ¿Que consigue con esto? Pues sumado a un final que no supone ninguna sorpresa, un conjunto engorroso y poco convincente pese a la cantidad de buenas ideas que albergaba en un principio. Muchos buscamos encontrarle un sentido a todo lo que se nos narra, que, al juntarlo todo al llegar al último tramo podamos contemplarla en conjunto y poder valorarlo. ¿Cual es el error que llama la atención en nuestra vista cuando lo hacemos? Pues en este caso, que prácticamente toda la importancia de lo que se nos narra pierde completamente el sentido, y terminamos CLOROFILIA con una leve sensación de indiferencia.
YABARÍ de Lola Robles.
Muriel Johansdóttir llega a Yabarí dispuesta a contar la verdad sobre lo que está sucediendo con las empresas explotadoras de la inmensa jungla del planeta. Como periodista ve la necesidad de averiguar qué hay de cierto en los rumores acerca de maltrato a los nativos, violaciones sistemáticas de los Derechos Humanos Universales y la aterradora deforestación de su hábitat natural. Para ello deberá adentrarse en el mismo corazón de la selva yabarí y afrontar una serie de peligrosos descubrimientos que la llevarán al límite de sus capacidades físicas y mentales.
Lo he dicho varias veces, una novela policíaca con un par de zepelines surcando los cielos NO es steampunk, así como una aventura por la una selva con varios elementos exóticos cuya existencia viene de la excusa de ser otro planeta, a veces no llega mas que a pisar la línea de la ciencia ficción.
Leer YABARÍ es como ver un capítulo de una ficticia Callejeros Viajeros por la Galaxia, viajando por un mundo selvático parecido al nuestro, lleno de injusticias contra los derechos humanos por culpa de la explotación de bienes y el dinero, como en el nuestro, y con personas que todavía son capaces de jugarse algo más que su trabajo para conseguir que se sepa la verdad... bueno, eso ya no es muy propio de nuestro mundo.
El relato funciona muy bien a la hora de ponernos en precaria situación haciendo uso de clichés típicos de este tipo de historias. Son usados con inteligencia y lo desarrolla con un ritmo pausado pero adecuado que mantiene cierta intriga en la justa medida. El problema es que cuando estamos cerca del final, muchas de las incógnitas siguen siendo eso mismo, incognitas. Hilos que se han ido tejiendo a lo largo de la trama son cortados de golpe y otros acaban perdiéndose hasta el infinito.
Un buen ejercicio, en definitiva, que hubiera mejorado mucho si se le hubiera dado tiempo y espacio para desarrollarse.
Leer YABARÍ es como ver un capítulo de una ficticia Callejeros Viajeros por la Galaxia, viajando por un mundo selvático parecido al nuestro, lleno de injusticias contra los derechos humanos por culpa de la explotación de bienes y el dinero, como en el nuestro, y con personas que todavía son capaces de jugarse algo más que su trabajo para conseguir que se sepa la verdad... bueno, eso ya no es muy propio de nuestro mundo.
El relato funciona muy bien a la hora de ponernos en precaria situación haciendo uso de clichés típicos de este tipo de historias. Son usados con inteligencia y lo desarrolla con un ritmo pausado pero adecuado que mantiene cierta intriga en la justa medida. El problema es que cuando estamos cerca del final, muchas de las incógnitas siguen siendo eso mismo, incognitas. Hilos que se han ido tejiendo a lo largo de la trama son cortados de golpe y otros acaban perdiéndose hasta el infinito.
Un buen ejercicio, en definitiva, que hubiera mejorado mucho si se le hubiera dado tiempo y espacio para desarrollarse.
LOS PRÍNCIPES DE MADERA de Daniel Pérez Navarro.
El príncipe de madera, de Bartók, contiene en sus compases una bomba de relojería. Al menos así lo siente el grupo de David, los cerebritos de Collins, un grupo de ocho jóvenes que se preparan para convertirse en ingenieros y ser enviados a la luna de Agarttha, donde dirigirán la extracción de una valiosa materia prima llamada Jebo. En aquel apartado lugar, sus pensamientos volverán una y otra vez sobre quiénes son y cuál es su verdadero cometido en la vida, como si recorrieran a cada paso el extraño solo de xilófono de la mítica pieza. Los problemas que se cruzarán en su camino acabarán por enfrentarlos con su verdadera naturaleza, con su yo más íntimo, en un vertiginoso in crescendo de acontecimientos.
Concluimos este especial de bolsilibros (por ahora) con otra novela de ciencia ficción cuyo autor me ha recordado a ese profesor que escribe en una pizarra como si le fuera la vida en ello, a una velocidad a la que es difícil de seguir el ritmo para, al final borrarlo todo cuando aún te quedaba un buen trecho por copiar. Así, Daniel Pérez compone una historia que suma tramas e incógnitas, nuevos planteamientos e ideas que surgen cuando aún no hemos asimilado las revelaciones anteriores.
El origen de los seres vivos, de dónde venimos, a dónde vamos, hasta qué punto el hombre ha conseguido emular a Dios y convertir la genética en un montón de arcilla a la que dar la forma deseada para cumplir sus propios objetivos... son varias de las cuestiones que el autor plantea en una historia que usa como eje central una humanidad volcada en la explotación de mundos (resulta curioso como este tema se vuelve tan recurrente en los títulos de esta colección) con fines energéticos, pero sin embargo no es eso lo que más me ha llamado la atención en la historia, sino el mensaje existencialista que domina el primer tramo de la historia, en el que se centra en las distintas personalidades de los protagonistas, en su modo de afrontar retos, miedos y futuro. El problema viene más adelante cuando la conexión de esas enseñanzas se disuelve con las experiencias creando un entorno difuso y un tanto inconexo (no digo que no exista dicho nexo, sino que a mi me cuesta encontrarlo) y reconozco que venía escarmentado, ya que la lectura de LA SONRISA DE LOS MUERTOS del mismo autor demuestra que su obra no es sencilla, que exige un esfuerzo por parte del lector para saber distinguir el camino que se marca.
El origen de los seres vivos, de dónde venimos, a dónde vamos, hasta qué punto el hombre ha conseguido emular a Dios y convertir la genética en un montón de arcilla a la que dar la forma deseada para cumplir sus propios objetivos... son varias de las cuestiones que el autor plantea en una historia que usa como eje central una humanidad volcada en la explotación de mundos (resulta curioso como este tema se vuelve tan recurrente en los títulos de esta colección) con fines energéticos, pero sin embargo no es eso lo que más me ha llamado la atención en la historia, sino el mensaje existencialista que domina el primer tramo de la historia, en el que se centra en las distintas personalidades de los protagonistas, en su modo de afrontar retos, miedos y futuro. El problema viene más adelante cuando la conexión de esas enseñanzas se disuelve con las experiencias creando un entorno difuso y un tanto inconexo (no digo que no exista dicho nexo, sino que a mi me cuesta encontrarlo) y reconozco que venía escarmentado, ya que la lectura de LA SONRISA DE LOS MUERTOS del mismo autor demuestra que su obra no es sencilla, que exige un esfuerzo por parte del lector para saber distinguir el camino que se marca.
Es posible que si, que debería haber empezado por hablar de una pega que se ha vuelto recurrente en casi todas las novelas aquí comentadas, y es que no estoy acostumbrado a este formato y posiblemente sea por ello que muchas veces vea el espacio dedicado para contar sus historias insuficiente. Me he encontrado argumentos realmente complejos que necesitarían varios centenares de páginas para ser narrados de manera profunda y satisfactoria, sin olvidarnos el papel que suele desempeñar el carácter y personalidad de sus protagonistas para con la trama, otro sacrificio en pos de la brevedad.
Pero tengo que admitir que he disfrutado mucho de estas pequeñas novelas, lo suficiente para asegurar que estaré atento a próximos títulos.
Y si eres de los que siguen pensando que la ciencia ficción o la fantasía apenas levanta la cabeza, no te voy a recomendar que le eches un vistazo a algunas de estas píldoras que Cerbero nos ha traído. Y es que como ellos mismos bautizan a sus obras, esto son "Libros para soñadores despiertos"... así que igual despertar es lo primero que deberíais hacer...
Pero tengo que admitir que he disfrutado mucho de estas pequeñas novelas, lo suficiente para asegurar que estaré atento a próximos títulos.
Y si eres de los que siguen pensando que la ciencia ficción o la fantasía apenas levanta la cabeza, no te voy a recomendar que le eches un vistazo a algunas de estas píldoras que Cerbero nos ha traído. Y es que como ellos mismos bautizan a sus obras, esto son "Libros para soñadores despiertos"... así que igual despertar es lo primero que deberíais hacer...
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Autor: VV.AA,
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