martes, 31 de mayo de 2016

Reseña: HIJO DE UN DIOS CANÍBAL de Juan Alcudia.



Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

HIJO DE UN DIOS CANÍBAL de Juan Alcudia.

Issei asesina a René y devora su cadáver para consumar su amor por ella

Philip recurre a sus conocimientos de alquimia para fugarse de la prisión más segura del estado de Tejas.

Enriqueta secuestra y eviscera niños para ofrecer sus órganos a una secta en la Barcelona de principios del siglo pasado.

En el Japón medieval, un señor feudal busca en la tortura la respuesta al ciclo de las reencarnaciones con resultados inesperados.

Y así hasta completar las nueves historias que componen "Hijo de un dios caníbal".

A veces creo que cuando más terror lee uno, más difícil es que sus ideas, sobretodo cuando se tratan de relatos cortos, sorprenda como las primeras veces que nos aventuramos en el género. Llega un momento en que casi todas las historias nuevas tocan temas, tramas y argumentos que otros autores ya han aprovechado con anterioridad (Un ejemplo extremo es la actual escasez de originalidad en la literatura zombi), y no faltan incluso los que se limitan a la reescritura de libros ya existentes con intención, según el escritor, de dar un nuevo punto de vista a la narración... lo que viene a traducirse en un calco de lo de siempre cambiando protagonistas y ocasionalmente decorados.

Con un panorama así, ¿Quién se atrevería a probar suerte en el campo de la literatura de terror? Y más complicado todavía, ¿Alguien lo haría con una colección de relatos cortos?. Pues si, parece que ante un mercado donde la publicación de antologías individuales o colectivas alcanza casi el nivel del colapso, aún hay autores que se atreven a dar a conocer su obra, llenos de confianza, buenas intenciones y promesas de lo más variadas.

Uno de esos autores es Juan Alcudia que, tras haber probado suerte de manera satisfactoria con sus relatos en diversas publicaciones decidió crear una recopilación de estos bajo el nombre de HIJO DE UN DIOS CANÍBAL, cubriéndose las espaldas frente a la preferencia de terror que busca cada lector, puesto que se ha dividido la antología en dos partes, centrando su primera mitad de relatos en el lado más visceral y sangriento del género (Cuentos de la carne) y dedicando su segunda parte a un miedo más profundo que ataca directamente al alma y la razón del ser humano (Cuentos del espíritu).

A ver... dicho así suena interesantísimo, pero a la hora de la verdad las diferencias no se dejan notar tanto. Todos los relatos de HIJO DE UN DIOS CANÍBAL conservan esa esencia violenta tan necesaria en el género, variando el origen y consecuencias de este en el entorno y personajes, pero aquí realmente las características que definen una o la otra mitad de los relatos terminan mezclándose haciendo difícil diferenciar el objetivo principal al que va dirigida la mortal flecha ¿A la mente o al cerebro?, ¿Cuerpo o espíritu?.
Si, es cierto que por ejemplo el relato que da título al libro despierta en el lector ese morbo insano, pero es narrado con un detalle casi melancólico que lo aleja de la simple satisfacción gore para ofrecer mucho más. Y en la segunda mitad no faltan escenas realmente espeluznantes donde la sangre no pierde protagonismo, así que a mi modo de ver no creo que existiera ni motivo ni excusas para esta división.

A favor hay que decir que el autor sabe adaptar su voz a cada una de las historias, con un estilo camaleónico, pero manteniendo varias pautas que respetan su estilo personal, de modo que independientemente de la mucha o poca profundidad que sea capaz de plasmar tanto a personajes como a emociones, la escritura de Alcudia es notable, ni demasiado simplón ni tan recargado para resultar aburrido y cargante, como demuestra su primer relato:

PIEL DE MEMBRILLO
es el primer contacto, la primera sangre derramada por Alcudia en la antología, y como acercamiento inicial no se si darle un merecido aprobado o un sonoro suspenso. Cuando leo el primer cuento de la colección de un autor del que no he leído nada anteriormente me gusta prestar atención especial al estilo narrativo y la prosa, porque los argumentos pueden cambiar pero la forma de contar las historias de un escritor suele (digo suele, siempre hay sorpresas) mantener unas maneras. En el caso de Juan Alcudia descubrimos un estilo sencillo pero eficaz, con un punto justo de elegancia que diferencia, como decíamos anteriormente, lo simple de lo demasiado recargado, y nos presenta a personajes bien trabajados que se mueven con bastante fluidez y coherencia. Sin embargo al poco que nos metemos en la trama de la historia, empieza a crecer la sospecha en nuestra mente y más tarde se convertirá en evidencia, de que carece completamente de originalidad, siendo esto una mezcla ligeramente sazonada de CARRIE con elementos lovecraftianos, horriblemente previsible en su desenlace y algo falto de información en su contenido pese a lo entretenido que pueda resultar.

Más original, aunque con reservas es A IMAGEN Y SEMEJANZA, una imaginativa historia que juega con la percepción del lector y, por supuesto, con su interés. Desarrollo fluido e interesante donde se narra el paso por una penitenciaría de Philip Guggenheim, un joven mudo, extraño, acusado del secuestro y violación de una menor y con unas habilidades que irán desvelándose para horror del resto de los presos. La principal pega es el desenlace. No es confuso, pero genera muchas más cuestiones de las que resuelve, como si el autor se hubiera limitado a narrar los hechos a medida que le van viniendo a la cabeza, sin explicar como o porque ocurre una cosa u otra... lo que hace que a veces engrandezca la calidad de un relato, pero que en esta ocasión se echa mucho en falta.

Ahora bien, si en el anterior relato nos quedamos un poco fríos con su desenlace, en LOS CÍRCULOS DE LA CARNE, Juan Alcudia lo borda esta vez. El comienzo del texto tiene la habilidad de desubicar al ignorante espectador, un inicio de esos en los que alguien te coloca en medio de un fuego cruzado sin ningún tipo de explicación y con el único deseo de salir de ahí. Por suerte poco a poco vamos siendo conscientes de la situación, y conducidos a paso lento pero seguro a través de una trama donde el odio racial y la magia negra adquieren principal protagonismo. Muy bueno.

Os lo pregunto en serio... ¿Qué os pasa a los escritores de terror con la figura de Issei Sagawa? Es la tercera o cuarta vez que veo que un escritor basa su relato en este japones cuya historia real estremeció al mundo entero, y no solo por lo terrible de los hechos, sino por sus repercusiones que duran hasta el día de hoy, pero de ahí a darle más protagonismo a este, para muchos desconocido asesino que a por ejemplo Charles Manson, resulta cuanto menos curioso. Alcudia se aleja de la ficción en el relato HIJO DE UN DIOS CANÍBAL, no convierte a Issei en un psicópata sanguinario y mucho menos en un personaje de videojuego como ya hiciera alguno, sino que se limita a plasmar en el papel el memorándum de la retorcida mente del asesino para que, a modo de diario nos muestre pasado, presente y futuro del célebre nipón y dar así su visión personal de sus más profundas ideas y pensamientos. ¿Qué consigue con ello? Crear uno de los más interesante y profundos relatos de la colección y con diferencia la mejor biografía dedicada al tema que he leído. Sobra decir que como punto negativo es evidente la falta de originalidad en la historia...

Le sigue LA CASA AZUL, otra historia que usa la confusión y la ignorancia del lector a su favor y que como un puzzle desmontado, tendremos que ir construyendo escenario y actos con los hechos narrados. Con fuertes reminiscencias a terror clásico, no alcanza a que la imagen resultante del rompecabezas siga desteñida y un tanto aburrida al final, causado principalmente por una constante sensación de no tener realmente claro a donde nos quiere llevar el autor, o quizá sea que la esencia del texto sea tan sencilla que inconscientemente optamos por buscarle un lado enrevesado que no existe.

CASA DE CAMPO supuestamente cierra un ciclo caracterizado por el terror visceral y se adentra en los campos mas emocionales y psicológicos, y lo hace con un relato que resuena con ecos de terror gótico en toda su amplitud. La historia se apoya en el mundo del folclore y las creencias arcanas que, resultan interesantes si, pero termina resultando una mesa que cojea de dos patas. La primera es la falta de actitud o personalidad y por lo tanto de empatía hacia los personajes, y la segunda es la sensación de que el autor quiere meter demasiado trama en el mismo texto, confundiendo complejidad con exceso y creando a ratos sin quererlo un refrito que cuesta tragar. Pese a eso genera curiosidad en abundancia y te deja con varias astillas clavadas que Alcudia no se molesta en sacar.

Seguimos con reminiscencias de avatares de terror clásico. Esta vez ESPINAS CEÑIRÁN TU FRENTE  recuerda en cierto modo a la obra de Chambers, sobre todo a su reconocido Rey de Amarillo. Alcudia consigue que nuestra imaginación evoque escenas y momentos aterradores, pero también confusión y desorientación a medida que nos acercamos a un desenlace cuyo significado me temo que se me ha escapado.

Relatos como ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA son de esos con los que fácilmente podrían construirse una novela entera y no perder alicientes, sino ganarlos. Entre todos los ingredientes de los que Juan dispone para elaborar esta historia ha optado por buenas dosis de surrealismo y esta vez, desde su rotundo comienzo hasta el desenlace la historia no decae en ningún momento, generando escenas dignas del mejor terror psicológico (del de verdad, no el de sustos y subidas de volumen) pero como indico al principio, si este relato de 30 páginas se convirtiera en una novela de 300, sería na adquisición más que recomendable.

Finalizamos el recorrido por la manera de ver el terror de Juan Alcudia con MUJO, la cual nos traslada a las dinastías japonesas de la edad antigua y a una de esas historias que, como muchas protagonizadas por fantasmas y maldiciones orientales mantiene cierto tinte a leyenda o cuento popular, (aunque conservando aspectos lo suficientemente oscuros para no ser aptos para niños a no ser que quieras mantener a una bola babeante traumatizada de por vida), y donde el autor lleva el arte del shibari a límites extremos y somete al publico con un escalofriante final. Una grata manera de acabar la colección.

HIJO DE UN DIOS CANÍBAL es, en definitiva una buena colección de relatos, con bastantes altibajos pero que intenta abarcar muchos temas e ideas distintas, ofreciendo bastante variedad y estilos.
Quizá falle en su originalidad en ciertas ocasiones, ya lo hemos comentado (no dice mucho a favor que uno de mis relatos favoritos esté basado en hechos reales) y a fin y al cabo hablamos de un género donde cada vez cuesta más ser innovador, pero cumple de sobra el objetivo de hacer pasar un buen rato al lector y presentarnos a un autor que, tras un par de capas de barniz puede ofrecer cosas realmente interesantes.

Sobre el tema de la portada no me voy a extender demasiado, sobra decir que me parece un desastre. El uso de una obra tan conocida como Saturno devorando a un hijo de Goya resulta tan obvia que puede llegar a espantar a la gente, y cuando un autor quiere darse a conocer eso se convierte en una gran desventaja. Menos mal que su versión digital ha arreglado el problema... aunque, bueno, tal vez no del todo.

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