lunes, 12 de enero de 2015

Reseña: MAÑANA ES HALLOWEEN de Israel Moreno



Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

MAÑANA ES HALLOWEEN de Israel Moreno

 La historia nos traslada al poblado de Naime, un escenario montañoso popular entre turistas amantes de esos paisajes y, a la vez, aficionados a lugares ricos en mitos y leyendas. Nos encontramos en la víspera de la noche de Halloween y, partir de un lugar y fecha en común, se nos presentan varios personajes de forma independiente. Una pareja que viaja a conocer a unas amistades cibernéticas. Un agente de policía obligado a trabajar esa noche en un lúgubre ayuntamiento en obras. Y una pandilla de adolescentes que busca emociones fuertes en una gran mansión supuestamente encantada. Dichas historias contadas de forma paralela conformarán un entramado de situaciones entrelazadas que nos someterán a cuestionarnos qué es real, las intenciones de los personajes y de cómo han llegado a ésa situación.

Existe la extraña creencia de que la literatura indie hace peligrar la calidad de las novelas que nos leemos. De ahí que algunas personas opinen que no debería existir, que debería regularizarse e incluso no permitir que la gente autopublique novelas a la ligera y se exigiera un mínimo de calidad.
Vamos a ver, en el campo de la autoedición me he encontrado autenticas catástrofes literarias, (Que no nombraré porque alguno despotricará y berreará diciendo que siempre voy a por los mismos) pero también títulos de lo mas interesantes, como los trabajos de Juan Manuel Peñate o Manuel Osuna, sin olvidarnos esa primera edición del magnifico CIUDAD HUMANA de Carlos J. Lluch editada por Circulo Rojo.
A mi estas guerras intelectuales me la traen al pairo. Me da igual quien o como se distribuya una novela, si el argumento resulta interesante a mi me basta y me sobra. La autoedición, al igual que las grandes editoriales tienen grandes obras, sorpresas, decepciones intolerables... y algunas mas tolerables, si...

MAÑANA ES HALLOWEEN, el debut literario de Israel Moreno es uno ejemplo de decepción, tolerable, y en ocasiones necesaria.

En su novela, Israel Moreno nos traslada al pueblo ficticio de Naime (¿Naime? Suena a homenaje al tito King y su tierra natal, Maine) para contarnos una historia contada muy al estilo de película como Pulp Fiction, 11:14, o mas adecuadamente con el caso que nos ocupa, Trick´r Treat. Es decir, estamos antes una serie de historias que, en un principio de carácter independiente, terminan entrelazándose formando un todo con trama común. Esta trama aúna principalmente temas como la brujería o los rituales demoníacos. Eso si... de una manera que, a mi punto de vista no veo correcta.
El autor se empeña en convencernos de que siempre ha habido una relación estrecha entre la figura de la bruja y la adoración al diablo. Bueno, eso depende de los distintos puntos de vista, y los mas cerrados de mente, cuya principal muestra radica en la iglesia, le darían toda la razón. Sin embargo la historia antigua y actual nos enseña que el mundo de la brujería va mas allá de los mitos clásicos llenos de ancianas de narices puntiagudas, berrugas y marmitas, un estereotipo del que no se sale en MAÑANA ES HALLOWEEN. Me gustan mucho las historias de brujería, quizás sea por eso que hace tiempo que rechacé esos tópicos tan básicos a favor de orígenes mas complejos.

Pero este no es el único tópico que vamos a encontrar en la novela. Preparaos para subiros al tren de la bruja de vuestro pueblo, porque la historia se convierte en un festival de escenas, circunstancias y personajes tan clásicos en los relatos de la noche de Halloween que en ocasiones tenemos la sensación de estar leyendo un relato de miedo mas propio del publico infantil: Rituales demoníacos, gatos negros, un columpio que se mueve solo, huertos de calabazas, espantapájaros siniestros, helechos que se mueven agitados por seres desconocidos, aullidos... (Y todo esto en un solo capitulo). En definitiva, una concentración de clásicos colocados de manera aparentemente tan forzada que mas que producirnos incomodidad, nos causa risa.

Sin embargo, si que se puede admirar una buena habilidad a la hora de entrelazar y aunar los distintos argumentos, haciendo que ninguna de las intrigas que se presenten al principio queden al final al aire. Si podemos contemplar entonces que la obra en si enganche al autor, aunque solo sea para resolver una u otra incógnita que se presente.
Y por supuesto no faltaran algunas escenas que nos recordarán que no, no estamos ante una historia para niños. Una mezcla extraña y confusa al mezclar los mencionados estereotipos de las historias de miedo de disney con secuencias realmente sangrientas y escabrosas.
Si en un principio el autor quería rendir homenaje al cine ochentero, o que recordáramos en sus lineas la magnifica Una Pandilla Alucinante, lo siento mucho, pero no... La sensación se asemeja mas a un refrito recalentado y pasado de sal.

Pasemos a la narrativa, porque aquí es donde la obra se cae con todo el equipo.

Si bien es cierto que se nota cierta influencia de la experiencia que el autor posee como guionista, lo cual le da a la historia cierto aire cinematográfico, sí habría que tener en cuenta un párrafo que encontramos en la pagina 39 de la novela:

"Componer una historia de terror que provoque miedo al lector no es tan simple. La acción debe protagonizar el texto, sacrificando el estilo. Es muy similar a lo que ocurre en la ciencia ficción, que si el escritor la llena de florituras y suspensos artísticos, el hilo de los acontecimientos pierde fluidez y el lector se aburre soberanamente."

Vale. Se puede estar mas o menos de acuerdo con esta reflexión. Se puede aplaudir o debatir esa idea. Pero si el escritor está tan convencido de lo que dice... ¿Por que no se lo aplica a el mismo? Son precisamente el exceso de adornos y el querer engordar el texto con intentos elegantes de captar la atención lo que frena el desarrollo de la novela, ya sea a modo de uso abusivo de adjetivos, descripciones interminables o idas y venidas dentro de la cabeza de los protagonistas. 
Esa es otra. En numerosas ocasiones la historia nos lleva a recuerdos, flashbacks de los protagonistas que tienden a darnos una información que no hemos pedido ni nos interesa, y lo hace en los momentos menos oportunos, como cuando esta realizando una acción de suma importancia o incluso cuando esta a punto de recibir una indigestión de ostias. Suma y sigue para concluir que el avance de la obra se torna pesado y aburrido.

La historia está narrada en primera persona, aunque cada capitulo lo hace con distintos personajes, alternándolos y ayudándonos a entender lo que le pasa por la cabeza a cada uno de ellos. Hasta ahí claro. El problema es que todos hablan y narran la historia exactamente igual que los demás, independientemente de la educación, profesión o edad que tengan. Seremos testigos de como un escritor de fama razona exactamente de la misma manera y con las mismas expresiones que una cría de 16 años, lo que vuelve a llevarnos al mismo sentimiento de antes: confusión. Mas cuando al comienzo de cada capitulo no se indica el nombre del protagonista y tenemos que esperar a leer varios párrafos para centrarnos y darnos cuenta de quien es el personaje que narra la historia.
Algunos dirán que acrecenta la sensación de intriga... para mi solo ayuda a que el caos sea mayor.

Ademas, sorprende la educación erudita de algunos de los protagonistas, lo que se ve en el engorde y uso de adornos en los textos con expresiones que a nadie se le pasaría por la cabeza en uno u otro momento. Por ejemplo, si a un chaval de 16 años le han dado un martillazo en la cabeza lo mas lógico es que piense "Me han abierto la cabeza con un martillo", no "Me hirieron en la testa con una herramienta de trabajo".
Eso cuando el protagonista no se sumerge en reflexiones existencialistas tipo "el dolor es la expresión mas básica del universo porque las energías cósmicas y blablabla..." Vamos, textos que parecen sacados de películas de Masamune Shirow y que no pintan nada. 

Todo esto, para mas inri, nos da un catalogo de personajes poco creíbles, que mas que actores de una obra de teatro renacentista merecerían incluso que mejor formaran parte del decorado. No faltará una camarera de bar de carretera experta en física y geología o un profesor de primaria para el que la demonoligía mas avanzada no tiene ningún secreto, los cuales, cuando nos ofrecen una información que necesitamos parecen recitarla como si fueran guionistas de documentales de la 2, dando la sensación de que el autor quiere presumir de los conocimientos que posee y lo bien que se ha documentado antes de escribir la novela, pero que sin embargo lo ínico que demuestra es un descarado uso del corta y pega en la wikipedia (Sobretodo cuando nos habla del Satanismo. Solo le ha faltado citar la fuente y la editorial)

MAÑANA ES HALLOWEEN es, en definitiva, un buen intento de exploración en el mundo de la narrativa novelistica, con usos adecuados en ocasiones y en otras no de escenas y estereotipos ya dados de si, con una buena historia, no lo niego, aunque no comparto, como he dicho anteriormente el punto de vista del autor respecto a la brujería. Un argumento bien ensamblado y sin pretensiones. Pero que se le queda como asignatura pendiente el estilo y la narración, muy deficientes para mi gusto debido a sus personajes planos y sin carisma, sentimientos ni, que coño, personalidad.

1 comentario:

  1. Yo me he leído el libro completo, a mi criterio cumple con su objetivo de entretener, y esta claro que el autor lo hizo dirigido a un publico joven, es la razón de su ambientación, el decorado y un sin fin de datos mas. Con lo de unir tres historias diferentes no sabia de donde surgía, y estaba muy curioso por averiguarlo, ahora que lo supe veo que no es tan ingenioso como lo imagine sabiendo que es un estilo tomado de otras obras, pero por el resto que mencionas del clásico estereotipos de brujas narizonas y verdes existe en innumerables obras y películas, y vamos, no desecharemos su obra por hacer uso de ello, tampoco es un pecado capital. De mi punto de vista no es tan mala como dices, solo es de entender el publico al que el autor quiso dirigirse.

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