miércoles, 5 de agosto de 2015

Reseña: BOLA TRECE de Korvec



Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

BOLA TRECE de Korvec.

Esta compilación incluye nueve de los relatos que, por uno u otro motivo, le han parecido a su autor los más destacados de su producción durante los últimos cuatro años. Entre ellos, se encuentran Balsa de sangre, finalista de mejor relato en castellano IV Premio Ovelles electriques; y Un sueño sencillo, finalista del premio Domingo Santos (2011).

Demoniacos parásitos intestinales, esclavitud infantil, western sobrenatural, enfermedades mentales, narcosatanismo, supersticiones, héroes improbables, o incluso una enfermiza historia de amor y canibalismo. Todos estos temas y alguno más tienen cabida entre las páginas de Bola 13.

¿Qué lleva a un autor a publicar una antología de sus relatos? Las respuestas que he encontrado a lo largo de los años que llevo sumergido entre libros son numerosas y variadas.
He visto antologías que han surgido a raíz del lanzamiento de la ópera prima de un autor, una manera como cualquier otra de aprovechar un tirón que ha tenido más o menos éxito. Los hay que usan esta alternativa para darse a conocer como escritores (hay quien dice que si un libro contiene 10 historias, por estadística al menos una te tiene que gustar... bueno, yo he comprobado en mis carnes que no siempre es así)
No faltan los que siempre han tenido preferencia por el relato corto más que con la novela y se centran en la tarea de participar en montones de antologías y, de vez en cuando, recopilar varios de sus relatos en una colección de único autor. Aunque en este caso, habría que saber diferenciar entre el que recopila esos relatos porque no hay manera humana de encontrarlos o, sencillamente los que hacen un compilado de reciclado, sacacuartos, como quieran llamarlo...

La cuestión es, que la antología es una de las facetas más atrayentes y atractivas en el mundo de la literatura. Ya sea de diversos autores o de uno solo, suponen una veraz promesa de diversidad, frescura, y cierto descanso, sobretodo tras leer alguna obra densa o demasiado larga.
Yo, como muchos, me intereso por este tipo de lanzamientos. Es una manera fantástica para descubrir nuevos autores (y descartar otros) y profundizar en la variedad de temas que ofrece cada uno de los relatos.
Y así llegamos al título que hoy nos ocupa. Una colección de relatos firmados por Korvec, un autor del que desde hace mucho tiempo, no recuerdo el motivo, tenía conocimiento. Quizá se debió a que, como seguidor de la literatura zombi (Hoy no voy a hablar de si lo sigo siendo o no) sentí curiosidad por un ejemplar que vi de PUNTO SEGURO III/7, CONTENCIÓN. Lamentablemente, y con todo el respeto que puedo mostrar hacia el responsable, la portada me pareció tan nefasta que mi interés se fue al limbo y no acabó en mi estantería. Sí... ya se que lo importante es el contenido, pero también pienso que el envoltorio hay que cuidarlo, y bajo mi punto de vista, no fue el caso.

Korvec en su BOLA TRECE escribe principalmente terror. No hay que ser muy listo para darse cuenta al contemplar la ilustración de la antología. Y tengo que reconocer que se desenvuelve francamente bien. Recuerdo haber leído su relato Selección Laboral en la antología VAMPIRALIA, donde la creación de la atmósfera era muy adecuada, pero el argumento me dejo ligeramente trastocado debido, digámoslo abiertamente, a lo absurdo que me parecía.
No obstante, el autor tiene buenas ideas. Algunas sí, parece que beben de historias anteriores, otras parecen spin-offs de otras tramas... pero estamos hablando de un género treméndamente explotado, donde a los autores cada vez le cuestan más crear cosas originales, y cuando encontramos a un autor que no llega a ser 100% original, pero no cae en el descarado plagio como otros que encima tienen la desfachatez de ir de eruditos... pues oye, punto a su favor.
Y se nota que es un autor al que le gusta lo que hace. Puede gustar más o menos, pero en cada texto se desenvuelve muy bien, destacando un estilo sencillo y directo, que se centra más en los acontecimientos que en pararse con interminables descripciones o perderse en innecesarias reflexiones dentro de la cabeza de los personajes. No es un estilo con demasiadas pretensiones, es un estilo para contar historias que entretengan, diviertan, aterroricen, alegren, entristezcan o asqueen.
Sí habría que cuidar alguna expresiones o vigilar las estructuras de las frases en algún momento. Más de una vez me he encontrado con que se repite una misma palabra en la misma frase, (Ej. ficticio: "mientas contemplaba el hielo que cubría el paisaje, puso un pie sobre el hielo") que no es que esté mal, o sí, no lo se... pero chirría.

BOLA TRECE se compone de 9 relatos cortos, donde la variedad se convierte en otro punto a favor:

Un sueño sencillo abre ésta colección de relatos, en el cual encontraremos una historia que si bien apenas supone muestras excesivas de originalidad, innovación y la constante sensación de haber leído partes muy similares o encontrado elementos similares en otras obras, sí que actúa no solo como una buena carta de presentación al autor, sino que el entretenimiento está asegurado. A ello ayuda un familiar entorno en que giran los acontecimientos, muestras y alusiones a situaciones casi cotidianas en el día a día, y una equilibrada mezcla entre el suspense (aunque terriblemente predecible desde el principio) y el humor negro.

Sindicato no es un relato de terror propiamente dicho, pero resulta terrorífico. Un episodio que tristemente podría haber pasado en el mundo real, que pudiera estar pasando o que pasará. Un nuevo punto de vista, quizá tomando un cariz necesariamente revolucionario y vengativo tan estupendamente relatado que cuando acaba te hace desear que hubiera ocupado el grosor de la antología entera.

Y es que... ¿ Qué mas pruebas necesita uno para convencerse de que un relato es bueno que desear que no acabe? Es lo que ocurre con Por un puñado de mantas, un western sobrenatural cuyo mayor atractivo lo encontramos en su protagonista y su perfil de antiheroe, delincuente a tiempo parcial y buena persona en sus ratos libres, que no son muchos. Uno de esos personajes de los que deseas disfrutar en más aventuras como ésta, con un equilibrio perfecto entre la acción y los diálogos ingeniosos.

Y demasiado alto deja el listón, porque el siguiente relato no llega a convencer. Se lo llevó la calaca es como una versión mejicana de La serpiente y el Arcoiris, donde las leyendas urbanas se convierten en terrenos pantanosos donde no es recomendable profundizar. Lamentablemente su ritmo y una trama que no llega a generar el interés previsto lo rebajan al nivel de telefilm de suspense de sobremesa.

El gato negro parece más un ejemplo de lo que pasa si se abusa de las drogas y se tiene un procesador de texto a mano, que un relato de terror. Se se deja la cordura a un lado, es fácil disfrutar de esta paranoia que salta entre la fábula y lo salvaje, sin olvidar un toque que roza la ridiculez y que dependiendo del lector puede desembocar en una genialidad o una inmensa tontería, entre reírse o aterrorizarse.

Pero no siempre un argumento absurdo o lo primero que se te pasa por la cabeza tiene que funcionar necesariamente plasmado al papel. Y es lo que le pasa a la siguiente historia, Toque de difuntos, cuya idea inicial es fascinante y su comienzo es cuanto menos interesante. Y uno puede pensar que un trasfondo así da para muchísimas historias paralelas o independientes. Pero por desgracia su desenlace te termina dejando casi con la sensación de haber perdido el tiempo. De que te han mostrado la manzana mas bella del árbol sin saber que por dentro empieza a pudrirse. Una lastima porque insisto, la idea da para cosas mucho mús interesantes.

Con El viaje nos encontramos con una curiosa mezcla de ciencia ficción y terror. Una receta sazonada con un poco de Perdidos y La Cúpula, donde encontraremos situaciones muy cotidianas y casi imprescindibles en este tipo de relatos que también bebe un poco del pulp y la cultura pop, aunque adaptada a los tiempos actuales, lo que se traduce en otras escenas nada comunes e incluso algunas que no tienen ni pies ni cabeza. No obstante es un relato que, pese a su aparente simplicidad y una práctica inexistencia de respuestas a muchas de las preguntas que la historia nos plantea, resulta muy entretenido y deja un agradable sabor de boca.

El autor traslada esta vez el terror a un mundo de fantasía oscura con Balsa de sangre, uno de esos relatos que más que ser autoconclusivos parece dependiente de un inicio y un desenlace que no existen, lo cual deja algo descolocado al lector, desconociendo dónde, cuándo, qué y por qué. A su favor destaca una ambientación logradísima, oscura, decadente y repulsiva. Y sobretodo sanguinaria. Un más que digno homenaje a las ideas mas macabras de Clive Barker.

El último relato, El Levantacostras encuentra al Escupesangres es, como habréis adivinado con el título, sencillamente repugnante. Un autentico ejercicio que intenta, en pocas páginas intentar ser lo más repulsivo y vomitivo posible. Con un trasfondo al que últimamente estamos demasiado acostumbrados en las novelas de terror actuales, nos sitúa en unas circunstancias nada comunes. Es más, la puesta en escena resulta bastante confusa y desconocemos muchas cosas. Material quirúrgico, mala baba y mucho sadismo se juntan en esta historia que resulta ni buena ni mala, pero no deja indiferente.

Así pues, BOLA 13 ofrece en sus 9 relatos una amplia variedad de temática, donde encontraremos temas clásicos y otros más originales, con algunos altibajos en lo que a calidad se refiere, pero esto influenciado, sobretodo, por el nivel de interés que pueda suscitarnos el tema principal de cada historia. Una lectura rápida, amena y sencilla llenas de situaciones familiares, terror, suspense y mucha casquería, que nos descubre a un autor con fantásticas ideas a explorar, con sus virtudes y sus defectos, pero por el que no cuesta mucho apostar en un futuro próximo (o pasado, igual me estoy perdiendo una magnífica trilogía zombi).



1 comentario:

  1. Se agradece una reseña tan detallada de cada uno de los relatos de la antología. Un saludote.

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